La ¨²ltima bruja de Europa
El Parlamento suizo rehabilita a Anna G?ldi, decapitada y torturada en 1782
Una sesi¨®n por lo menos inusual fue la que tuvo lugar en el Parlamento del cant¨®n suizo de Glaris el mi¨¦rcoles pasado. En dicho plenario se discuti¨® de la absoluci¨®n y rehabilitaci¨®n p¨²blica de Anna G?ldi (o G?ldin), considerada como la ¨²ltima bruja de Europa.
La mujer, de 48 a?os, fue ejecutada mediante decapitaci¨®n el 18 de junio de 1782. Aunque, seg¨²n otras fuentes, la verdadera ¨²ltima bruja habr¨ªa sido una polaca ajusticiada en 1793.
La rehabilitaci¨®n de la supuesta bruja suiza fue posible por 37 votos contra 29. Pero dicha decisi¨®n no cuenta con el benepl¨¢cito de la Iglesia protestante de la regi¨®n, que considera "dif¨ªcil certificar su inocencia tras 225 a?os". Esta Iglesia particip¨® en la ¨¦poca de su proceso y ejecuci¨®n.
La condenada era la supuesta amante de su jefe, quien la denunci¨®
Tampoco las autoridades municipales de la peque?a localidad est¨¢n muy conformes con la decisi¨®n. El Ayuntamiento se mostraba m¨¢s bien partidario de financiar una investigaci¨®n hist¨®rica sobre la vida de la condenada. Suiza, Alemania, los Pa¨ªses Bajos, Francia e Inglaterra fueron pa¨ªses donde el integrismo religioso no cat¨®lico cre¨® un cintur¨®n de dureza equiparable al de los peores tiempos de la Inquisici¨®n cat¨®lica (que tuvo su auge un siglo antes).
Aunque parezca dif¨ªcil de creer, un hecho acaecido hace m¨¢s de dos siglos puede a¨²n generar debate. Y el caso de la ¨²ltima bruja lo ha reabierto en esta tranquila regi¨®n de la Suiza profunda. El diputado Fritz Schiesser, impulsor de la rehabilitaci¨®n de Anna G?ldi, afirm¨® que "ahora se reconoce, por fin, que la mujer fue condenada injustamente".
La historia comienza cuando Anna G?ldi, nacida en una familia pobre en 1734, se mud¨® de Sennwald a Glaris, donde ejerci¨® modestos empleos de criada. Primero trabaj¨® en casa de los Zwicky, y luego en la del doctor Johann Jacob Tschudi, donde fue finalmente denunciada.
La mujer hab¨ªa sido contratada para ocuparse de las cinco hijas del m¨¦dico. La raz¨®n de su condena fue que una de las peque?as de su patr¨®n, Anne-Migeli, de 8 a?os, habr¨ªa encontrado agujas y objetos punzantes dentro de su comida. Finalmente, la ni?a cay¨® enferma tras hallar repetidamente cuerpos extra?os en su leche y su pan.
Ante la imposibilidad de explicar el fen¨®meno, G?ldi fue denunciada y arrestada. Sometida a tortura para que aceptara "sus pactos con el diablo", Anna G?ldi termin¨® por reconocer los hechos que se le imputaban. Aunque, seg¨²n un reportaje hecho p¨²blico la semana pasada por la TV suiza, la verdadera raz¨®n de la acusaci¨®n de su patr¨®n habr¨ªa sido que ¨¦ste y G?ldi eran amantes. La excusa de la brujer¨ªa aparece entonces como una salida para el denunciante de librarse de una situaci¨®n molesta.
Pero el tiempo ya no era tan propicio. Los juicios por brujer¨ªa comenzaban ya a ser impopulares en esa ¨¦poca, y G?ldi pudo salvarse de ser quemada viva (castigo tradicional a las condenadas como brujas) y fue, en lugar de ello, decapitada como envenenadora.
El inter¨¦s por el personaje no viene de hoy, al menos en Suiza. Ya en 1991 se rod¨® la pel¨ªcula Anna G?ldi, die letzte Hexe (La ¨²ltima bruja), dirigida por Gertrud Pinkus. Ahora se ha desatado una modesta g?ldimania que toma la forma de documentales televisivos, la inauguraci¨®n de un museo en su honor donde se exponen las actas del proceso y los instrumentos de tortura utilizados, as¨ª como numerosos art¨ªculos en prensa, la publicaci¨®n de libros y hasta la creaci¨®n de una peque?a calle que llevar¨¢ el nombre de la ¨²ltima bruja en la ciudad de Mollis.
Seg¨²n diversos historiadores, a partir de 1490 dio comienzo la caza de brujas, tanto en los pa¨ªses cat¨®licos como protestantes. Entre los Siglos XV y XVII, unas 100.000 personas fueron quemadas vivas en Europa bajo acusaciones de brujer¨ªa tras ser sometidas a tortura. De entre ellas, m¨¢s del 80 % eran mujeres.
Esta manera de actuar se repiti¨® en todos los pa¨ªses europeos -antes y despu¨¦s de la reforma protestante de mediados del XVI-, donde todo lo inexplicable, o aquello que ten¨ªa una raz¨®n que no quer¨ªa reconocerse p¨²blicamente, se elimin¨® de la sociedad con la excusa de brujer¨ªa. As¨ª cayeron disidentes pol¨ªticos, enfermos mentales, supuestos herejes, comadronas, abortistas o simples buscavidas.
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