Que fabriquen ellos
Las marcas automovil¨ªsticas encargan cada vez m¨¢s la producci¨®n completa de modelos a fabricantes externos
Hace unos d¨ªas, la alemana Porsche AG y la finlandesa Valmet Automotive decid¨ªan prolongar hasta 2011 el idilio que mantienen desde 1997 y del que ya han nacido m¨¢s de 180.000 ejemplares de Boxster y Cayman. Es uno de los ejemplos m¨¢s cercanos de un fen¨®meno cada vez m¨¢s extendido como es el de la producci¨®n automovil¨ªstica por parte de fabricantes ajenos a la marca, algunos de los cuales fabrican incluso para varias marcas.
En el caso de Porsche, seg¨²n el director general de la filial espa?ola, Joachim Lamla, "esta alianza es importante para mantener la flexibilidad y poder tener a tope la capacidad de producci¨®n de las f¨¢bricas". El control de la calidad tanto de los productos como de los procesos log¨ªsticos resulta fundamental en casos como ¨¦ste, en el que se ensamblan en Finlandia motores procedentes de Alemania.
Con periodos de mayor o menor intensidad, la tendencia a la especializaci¨®n ha sido imparable desde hace m¨¢s de cien a?os
En un contexto de capacidad ociosa instalada y saturaci¨®n del mercado como el actual, podr¨ªan desaparecer hasta cien plantas de ensamblaje
El fen¨®meno de la fabricaci¨®n subcontratada ha crecido en paralelo al de las alianzas y los desarrollos conjuntos de determinados modelos por parte de varias marcas. Uno de los ¨²ltimos ejemplos que han salido al mercado se trata de un todoterreno producto de la aportaci¨®n de Mitsubishi en un 50%, Citro?n un 25% y Peugeot otro 25%. Y son tambi¨¦n cada vez m¨¢s frecuentes las colaboraciones en nuevas tecnolog¨ªas, como la pila de combustible.
Pero en el caso de la fabricaci¨®n subcontratada, la cosa puede ir m¨¢s lejos. Seg¨²n un estudio de Benito Arru?aga y Xos¨¦ V¨¢zquez, "cada vez son m¨¢s las empresas cuyos productos no han sido tocados nunca f¨ªsicamente por ninguno de sus trabajadores", ya que los construyen empleados de otras compa?¨ªas ajenas.
Con el desarrollo de la microelectr¨®nica y el desarrollo de nuevas f¨®rmulas contractuales, muchas empresas, tradicionalmente industriales, han dejado de ver en la fabricaci¨®n la parte fundamental de su negocio y prefieren centrarse en investigar, dise?ar y vender el producto dejando la fabricaci¨®n en manos de nuevos especialistas: los contract manufacturers.
El sector electr¨®nico ha sido el pionero de esta actividad, con los primeros ordenadores de IBM subcontratados ya en 1981, aunque fue a partir de 1990, seg¨²n Arru?ada, cuando el fen¨®meno "se extendi¨® r¨¢pidamente a productos tan corrientes como juguetes, prendas de vestir, zapatos o cerveza".
Seg¨²n el director general del Instituto de Estudios de Automoci¨®n, Miguel Aguilar, la realidad es que los fabricantes tradicionales tienen que crear valor para sus accionistas en una econom¨ªa global y un poco tiranizada por los propietarios de las acciones. Y eso puede llevar incluso a "la eliminaci¨®n de ¨¢reas de bajo valor a?adido en las que haya expertos que s¨ª pueden sacar valor de esa parte en la que t¨² eres incapaz de hacerlo por econom¨ªas de escala o por ineficiencia de unos equipos que no se est¨¢n dedicando a su negocio tradicional".
El origen del fen¨®meno se encuentra en el lanzamiento de modelos de los que se producen series peque?as. El acuerdo entre Renault y Matra se encuentra en los or¨ªgenes del mismo y funcion¨® muy bien durante bastante tiempo. Durante los ¨²ltimos a?os, los ejemplos han crecido como setas dando lugar a gigantes como Magna o la alemana Karmann. De sus l¨ªneas de montaje han salido modelos de Audi, Mercedes, Volkswagen Renault, Ford, BMW, Chrysler, Saab... o incluso modelos propios desarrollados por ellos, como el Karmann Ghia.
Aunque de momento se trata de producciones de nicho, descapotables y todoterrenos fundamentalmente, la "evoluci¨®n l¨®gica", seg¨²n Aguilar, si se tienen en cuenta el concepto de conjunto de componentes y el camino seguido por esta industria, que en pocos a?os ha pasado de una oferta completamente dispersa a ofrecer equipos completamente integrados.
El papel del titular de la marca podr¨ªa reducirse a la selecci¨®n del producto, la vigilancia de la calidad, la certificaci¨®n global, la venta y el cuidado posterior del cliente, abandonando la creaci¨®n f¨ªsica del producto, algo que no est¨¢ claro de momento, seg¨²n Aguilar, "aunque lo recuerden de vez en cuando las consultoras". "Aunque en algunos casos no le salgan los n¨²meros, el mejor posicionado sigue siendo el fabricante".
Sin embargo, reconoce que hay algunos factores que pueden acelerar ese proceso en algunos ¨¢mbitos, como es la presencia cada vez mayor en este sector de los fondos de inversi¨®n y la banca de negocios. Con otra visi¨®n m¨¢s flexible, menos comprometida y tratando de crear valor a toda costa y a corto plazo.
Aunque reconoce que se trata de un c¨¢lculo "totalmente subjetivo", el director del Instituto de Estudios de la Automoci¨®n considera que superar un nivel del 30% en la producci¨®n final subcontratada ser¨ªa "muy gordo y supondr¨ªa que se ha reinventado el papel del fabricante, pero hoy por hoy no lo veo".
Tama?o y eficiencia
Por su parte, Arru?aga y V¨¢zquez, de las universidades Pompeu y Fabra y Vigo, respectivamente, tienen clara la pr¨®xima consolidaci¨®n de los contratos de fabricaci¨®n por varias razones, entre las que destacan la continua disminuci¨®n de los ratios de rentabilidad, como consecuencia de la capacidad ociosa instalada, y la saturaci¨®n del mercado, que lleva a guerras de precios y promociones agresivas, un contexto en el que "podr¨ªan llegar a desaparecer hasta cien plantas de ensamblaje".
En ese escenario, los especialistas en ensamblaje que produzcan para varias marcas pueden alcanzar con mayor facilidad el tama?o m¨ªnimo eficiente, al mismo tiempo que los propietarios de las grandes marcas pueden reducir la cuant¨ªa y el riesgo de sus inversiones en producci¨®n.
Por otro lado, la consolidaci¨®n y la reducci¨®n de las plataformas tambi¨¦n favorecen la externalizaci¨®n del proceso de ensamblaje, ya que se reduce la variedad sin perjudicar la personalizaci¨®n del producto.
Los beneficios de la especializaci¨®n han guiado las estrategias de este sector desde hace m¨¢s de cien a?os, en los que ha habido periodos de mayor o menor intensidad, pero "la tendencia ha sido imparable".
La 'pinza' de proveedores y distribuidores
La difusi¨®n de los contratos de fabricaci¨®n puede modificar sustancialmente las circunstancias actuales del sector automovil¨ªstico. Por si ¨¦ramos pocos y poco competitivos, si se reducen las barreras de entrada, los niveles de competencia pueden recibir todav¨ªa un nuevo empuj¨®n.
La reducci¨®n de los costes fijos facilitar¨¢ la creaci¨®n de nuevas empresas ya que no ser¨¢ necesaria una producci¨®n m¨ªnima eficiente al poder proveerse a trav¨¦s de un gran productor con costes unitarios m¨¢s reducidos. Lo cual nos lleva a la posibilidad, tal como se?alan Benito Arru?ada y Xos¨¦ V¨¢zquez, de la creaci¨®n de macas propias por parte de los fabricantes por cuenta ajena. "A medida que los contract manufacturers alcanzan niveles similares de coste tras agotar sus efectos de experiencia intentar¨¢n desarrollar nuevas ventajas competitivas". Los nuevos fabricantes vender¨¢n su saber hacer a los distribuidores m¨¢s poderosos, los cuales a su vez tienen as¨ª m¨¢s f¨¢cil sacar al mercado sus propios productos, por lo que "no resultar¨ªa descabellado" un acuerdo entre un contract manufacturer y grandes distribuidores para vender utilitarios con una marca del distribuidor.
Qui¨¦n sabe si dentro de unos a?os podemos comprar coches con marca El Corte Ingl¨¦s o Carrefour fabricados en instalaciones del Grupo Antol¨ªn o Irausa o encargados a fabricantes extranjeros como Valmet, Karmann o Magna Steyr.
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