Momentos de Inge Feltrinelli
La librer¨ªa barcelonesa La Central re¨²ne instant¨¢neas de la gran editora
El pez espada llevaba varios d¨ªas muerto; Hemingway ofrece el rostro abotargado de los que viven demasiado tiempo acumulando excesos de alcohol y Gregorio Fuentes, el marinero que hab¨ªa inspirado El viejo y el mar, tiene los ojos semicerrados. La bella joven mira hacia abajo y sonr¨ªe a una c¨¢mara a la que ella misma ha puesto el disparador autom¨¢tico. Esa instant¨¢nea, y de alguna manera la fotograf¨ªa en general, cambi¨® la vida de la joven alemana Inge Schoenthal hasta convertirse en la gran dama de la edici¨®n: Inge Feltrinelli.
Inge tom¨® las riendas del negocio familiar y consolid¨® un imperio editorial
La imagen no es quiz¨¢ t¨¦cnicamente muy buena, pero refleja oportunidad, ese momento decisivo que capta todo un mundo y que reclamaba el maestro Henry Cartier-Bresson. Ocurre en buena parte de la obra de Inge, como puede apreciarse en el medio centenar de instant¨¢neas que hasta el 5 de diciembre la librer¨ªa La Central de Barcelona expone en sus dos tiendas (en la calle de Mallorca y La Central del Raval) como homenaje a la veterana editora.
Con una sonrisa y un entusiasmo desarmantes que a¨²n conserva a sus 77 a?os, una pesada c¨¢mara Rolleiflex y los contactos que le facilit¨® un irrepetible editor, Heinrich Maria Ledig-Rowohlt, Inge se pertrech¨® para abordar el mundo de la fotograf¨ªa. El trabajo que la joven realiz¨® durante dos semanas de 1952 en Finca Vig¨ªa, refugio cubano del ¨¢spero y dips¨®mano Hemingway (vino Valpolicella para las comidas, Martini con hielo en casa, daiquiris en el Floridita..., ingestas que le dejaban tumbado en el suelo de su casa, como recoge una instant¨¢nea), lleg¨® a la prestigiosa revista Paris Match. La hasta entonces desconocida joven hab¨ªa trabajado para publicaciones alemanas menos cosmopolitas: Constanze y Kristall. Su ¨²nico notorio scoop hab¨ªa sido hasta la fecha otro instante decisivo durante una breve estancia suya en Nueva York. Fue azar y decisi¨®n: nadie la hab¨ªa reconocido, pero ella s¨ª; la mujer estaba erguida, esperando en un sem¨¢foro para cruzar Madison Avenue, con un gorro como el que llevaba en Ninotchka. La esquiva Greta Garbo, la divina, deb¨ªa de estar resfriada y sac¨® un pa?uelo. Zas. La foto fue a parar a la revista Life y con ella Inge gan¨® sus primeros 50 d¨®lares.
El reportaje de Hemingway fue el gran salvoconducto para llegar a Picasso, Simone de Beauvoir, Marc Chagall, a actores de Hollywood en pleno glamour de la d¨¦cada de 1950... Y de alguna manera para acercarse, en 1958, tambi¨¦n a Giangiacomo Feltrinelli, un editor italiano, tan t¨ªmido como rico y comunista, que en los dos ¨²ltimos a?os hab¨ªa alcanzado gran notoriedad por la publicaci¨®n de El Gattopardo y Doctor Zhivago. Lo encontr¨® en una fiesta convocada por Ledig-Rowohlt. ?l record¨® la imagen y la joven bella que la hizo y la coprotagonizaba. Fue "un coup de foudre", como ella reconoce. De ah¨ª salieron un hijo (Carlo) y un matrimonio intenso que en parte se rompi¨® por la sorprendente radicalizaci¨®n pol¨ªtica del editor, que falleci¨® unos a?os despu¨¦s, en 1967, mientras manipulaba un artefacto explosivo. Inge tom¨® las riendas del negocio familiar y consolid¨® un exquisito imperio editorial que actualmente posee, adem¨¢s, un centenar de mod¨¦licas librer¨ªas.
La intensa vida junto al editor italiano hizo olvidar la vieja Rollei en el fondo de un armario, del que Inge s¨®lo la hac¨ªa emerger para inmortalizar momentos especiales o guardar un recuerdo personal. Es as¨ª como Allen Ginsberg, un irreconocible por jovenc¨ªsimo Umberto Eco, R¨¦gis Debray y Alberto Moravia aparecen distendidos o en actitudes impagables en Villadeati, la finca de los Feltrinelli adonde fueron invitados. O como Fidel Castro asoma en 1964 en su casa en pijama, uniforme con el que trabajaba junto a Feltrinelli en unas memorias que nunca llegaron.
Las instant¨¢neas y los negativos fueron rescatados hace unos a?os por Carlo Feltrinelli, que organiz¨® una exposici¨®n para rendir homenaje a su madre, que ahora se presenta en la librer¨ªa La Central de Barcelona, a la que la editora acudi¨® a inaugurarla.
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