Marbella descubre que el edil fugado Carlos Fern¨¢ndez es insolvente
El Ayuntamiento no encuentra bienes a su nombre para cobrar 82.000 euros
Desaparecido e insolvente. Los servicios jur¨ªdicos del Ayuntamiento de Marbella (M¨¢laga) han encontrado un doble escollo a la hora de reclamar al ex concejal Carlos Fern¨¢ndez que abone 82.000 euros de indemnizaci¨®n que ha sido condenado a pagar junto al empleado municipal Antonio De Sola por malversaci¨®n de caudales p¨²blicos.
Sab¨ªan que el antiguo edil del PA lleva desaparecido 16 meses -desde su imputaci¨®n en el caso Malaya- pero no tiene ni un solo bien a su nombre en el registro de la propiedad. "S¨®lo figura en alguna sociedad familiar y como apoderado, por lo que no se pueden reclamar los bienes que tengan esas empresas para el pago", se?alan fuentes municipales.
Una sentencia le obliga a indemnizar con 82.000 euros al Ayuntamiento
Ante esta circunstancia, el Consistorio ha solicitado que Antonio de Sola, antiguo personal de confianza del ex edil, se haga cargo de la responsabilidad civil en solitario. El empleado, ya jubilado, s¨ª tiene propiedades a su nombre.
Los familiares de De Sola han confirmado que se les ha solicitado el pago, sin embargo, han rehusado hacer comentarios. En el entorno de Carlos Fern¨¢ndez a?aden que "se le ha notificado que ir¨¢ a la c¨¢rcel si no puede resarcir la deuda". Un portavoz de la familia Fern¨¢ndez asegur¨® ayer que los padres del ex edil no permitir¨¢n este extremo. "Si Antonio de Sola no tiene recursos suficientes para hacer frente al pago, la familia de Carlos har¨¢ lo posible por aportarlos, se trata de una cuesti¨®n humana y de car¨¢cter moral, ya que Antonio era una persona de confianza y muy querida por Carlos", se?al¨®. "Otra cosa muy diferente es que est¨¦n de acuerdo con la sentencia", a?adi¨®.
En diciembre de 2005, la Audiencia de M¨¢laga consider¨® que Carlos Fern¨¢ndez se hab¨ªa apropiado de parte de unas subvenciones municipales destinadas a pagar los salarios de los jugadores del equipo de f¨²tbol Uni¨®n Deportiva San Pedro, del que era presidente en la temporada 1997-1998.
Ocho jugadores le acusaron de obligarles a firmar recibos por cantidades de dinero que nunca vieron bajo amenaza de quedarse sin contrato. Los futbolistas explicaron que la persona que les tendi¨® esos recibos era Antonio de Sola. En las vistas se dijo que el ex alcalde de Marbella Jes¨²s Gil le trataba "como a un hijo", pero que le ech¨® cuando le descubri¨® robando "el pan de los jugadores". La denuncia desencaden¨® la dimisi¨®n de Fern¨¢ndez como delegado de Deportes y le enfrent¨® a Gil, que interpuso una querella en nombre del Ayuntamiento.
Diez a?os despu¨¦s, con la sentencia recurrida hasta el Tribunal Supremo, la condena ya es firme. Los servicios jur¨ªdicos recibieron la notificaci¨®n a comienzos de octubre y comenzaron a trabajar en la recuperaci¨®n del dinero de forma inmediata.
Tanto Fern¨¢ndez como De Sola tienen la obligaci¨®n de indemnizar de forma conjunta y solidaria, por lo que el Consistorio puede reclamar a ambos el pago. Si alguno de los dos no puede responder por esa cantidad, el otro est¨¢ obligado a satisfacerla por completo.
Adem¨¢s del caso Malaya, Fern¨¢ndez figura como imputado en otros diez procesos judiciales entre los que sobresalen las acusaciones por prevaricaci¨®n y delitos contra la ordenaci¨®n del territorio. Tiene una orden de busca y captura internacional por la trama de corrupci¨®n marbell¨ª que le llevar¨ªa directamente a prisi¨®n, adem¨¢s de varios requerimientos judiciales de car¨¢cter nacional.
Durante su larga ausencia se ha especulado con la idea de que se haya convertido en testigo protegido, algo que la Polic¨ªa niega categ¨®ricamente. En uno de sus autos, el juez Miguel ?ngel Torres estimaba que era la tercera persona del Ayuntamiento de Marbella que m¨¢s dinero recib¨ªa en el reparto de la tarta de corrupci¨®n urban¨ªstica marbell¨ª.
En su a?o largo de alejamiento, diversas informaciones le han situado en pa¨ªses latinoamericanos, en Marruecos y hasta en el chal¨¦ de sus padres, situado en la lujosa urbanizaci¨®n de Cabo Pino. "Las pistas no han sido buenas", seg¨²n fuentes policiales.
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