La identidad detr¨¢s de los tratados

La construcci¨®n europea empezada hace medio siglo con el Tratado de Roma es una realidad jur¨ªdica tan original que en ocasiones faltan palabras para definirla. Pero, m¨¢s all¨¢ de su estructura institucional, ?existe y se puede definir un m¨ªnimo com¨²n denominador que anima la convergencia de los Estados europeos? ?Una identidad europea? Alrededor de esa pregunta de fondo se celebr¨® ayer en Madrid un congreso organizado por la Fundaci¨®n Bertelsmann y al que participaron, entre otros, el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Mar¨ªn, y el secretario de Estado para la Uni¨®n Europea, Alberto Navarro.

"Europa es una manera de ver el mundo, un conjunto de valores compartidos", argument¨® Navarro en la sesi¨®n plenaria de apertura. La homogeneidad de sus valores se nota, seg¨²n Navarro, compar¨¢ndolos con los de otras sociedades aparentemente cercanas. "La adhesi¨®n a Kyoto, la abolici¨®n de la pena de muerte, el apoyo a la ONU son elementos que a la vez definen Europa y marcan su distancia con otras sociedades que parecen cercanas, pero no lo son tanto".

"La igualdad ante la ley deber¨ªa ser el centro del debate", dijo Cebri¨¢n

Hay momentos hist¨®ricos que han definido un sentir com¨²n. Pero compartir valores no significa necesariamente identidad com¨²n. "Hay dos momentos fundamentales, creo, en la historia de Europa", dijo Juan Luis Cebri¨¢n, consejero delegado del Grupo PRISA. "El primero es la romanizaci¨®n, que funda una unidad cultural alrededor del concepto de civis. El segundo es la ¨¦poca carolingia, que anuncia el conflicto alrededor de la religi¨®n. Un conflicto que vivimos ahora", reflexion¨® Cebri¨¢n.

Se?alados esos momentos decisivos en la historia del continente, Cebri¨¢n expres¨® sus dudas sobre la oportunidad de pensar a la construcci¨®n europea en t¨¦rminos de definici¨®n de una identidad com¨²n. "Creo que ese debate no tiene soluci¨®n. Y si lo planteamos as¨ª, las minor¨ªas nos van a seguir presionando para el reconocimiento de sus derechos. Lo mejor que se puede hacer es centrarse en los valores de la ilustraci¨®n. La igualdad de todos ante la ley por encima del reconocimiento de las identidades".

En el respeto de la ley, toda identidad es bienvenida, a?adi¨® Cebri¨¢n. El concepto remite tanto a las dificultades de relaci¨®n con los 19 millones de inmigrantes extracomunitarios que viven en la Uni¨®n Europea, como a las exigencias avanzadas por colectivos e instituciones de las sociedades europeas, incluso religiosas.

Frente a la elevada heterogeneidad de la Europa a 27, Manuel Mar¨ªn apost¨® por el recurso a las cooperaciones reforzadas. "El Tratado de Lisboa es infinitamente menos claro que el proyecto de Constituci¨®n abandonado. Hemos perdido algo. Pero reduce el poder de veto, y permite a grupos de nueve Estados de hacer cosas por su cuenta. Eso es importante. En los pr¨®ximos a?os habr¨¢ que aprovechar esa oportunidad en materia de inmigraci¨®n, terrorismo y pol¨ªtica exterior. Al igual que un grupo reducido de pa¨ªses miembros se lanz¨® en el euro", dijo. Mar¨ªn, no cree que vaya a ser posible hacer mucho m¨¢s que eso en los pr¨®ximos a?os.

"Es sabido que la construcci¨®n europea alterna fases de expansi¨®n y de estancamiento. Evoluci¨®n y metamorfosis han sido rasgos caracter¨ªsticos del europeo. Eso no debe ser una excusa para ablandar el esfuerzo de la construcci¨®n", dijo Ignacio Polanco, presidente del Grupo PRISA.