Una exposici¨®n fotogr¨¢fica recorre la intensa vida de Pedro Arrupe
La colecci¨®n de 86 im¨¢genes conmemora el centenario de su nacimiento
Quienes conocieron a Pedro Arrupe (Bilbao, 1907-Roma, 1991), superior general de la Compa?¨ªa de Jes¨²s entre 1965 y 1983, recuerdan el encanto personal de un optimista con una expresi¨®n especial en sus ojos. "Era un rasgo muy caracter¨ªstico de su personalidad: una mirada penetrante y aguda, pero c¨¢lida al mismo tiempo, que interpelaba sin intimidar", explican. La exposici¨®n La mirada de Arrupe recoge al conmemorarse el centenario de su nacimiento una colecci¨®n de 86 fotograf¨ªas que recorren su vida.
La mirada de Arrupe estar¨¢ abierta al p¨²blico en el Museo de Bellas Artes de Bilbao hasta el 16 de diciembre. Buena parte de las fotograf¨ªas proceden de los archivos privados de la familia de Arrupe y aportan el toque m¨¢s ¨ªntimo de los a?os de la infancia y la vida de estudiante, pero las fotograf¨ªas de agencias internacionales y del archivo de la Curia Generalicia, de Roma, acaban mostrando la dimensi¨®n internacional del m¨¢ximo responsable de los jesuitas durante 18 a?os.
'La mirada de Arrupe' recorre su biograf¨ªa hasta su muerte en 1991
"Interpelaba sin intimidar", recuerdan quienes le conocieron
La mirada de Arrupe arranca con las fotos de la familia Arrupe-Gondra en Bilbao y los retratos rescatados del ¨¢lbum familiar de Pedro Arrupe ni?o, del joven estudiante de Medicina, compa?ero de facultad en Madrid de Severo Ochoa, y de los a?os posteriores en los que abandon¨® el proyecto de ser m¨¦dico para ingresar en la Compa?¨ªa de Jes¨²s. En 1938, dos a?os despu¨¦s de ser ordenado sacerdote, Arrupe se traslad¨® como misionero a Jap¨®n. En aquellos a?os fue testigo de la explosi¨®n de la bomba at¨®mica en Hiroshima y de la penuria de la postguerra. El recorrido a trav¨¦s de las fotograf¨ªas sigue con el nombramiento como provincial de la compa?¨ªa en Jap¨®n en 1958.
El siguiente salto cualitativo en la vida de Arrupe se dio en 1965, cuando fue elegido prep¨®sito general de los jesuitas. Se abri¨® entonces la etapa m¨¢s intensa de su vida, con un papel determinante en la renovaci¨®n de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. Las fotograf¨ªas muestran sus viajes por todo el mundo, las im¨¢genes del Concilio Vaticano II, y reproducen su rostro en la portada de la revista Time.
Tambi¨¦n aparece Arrupe retratado en Roma en reuniones con Pablo VI y, posteriormente, con Juan Pablo II, mostrando siempre un gesto cordial, a pesar de las tensiones que rodearon sus relaciones y las llamadas al orden que recibi¨® con Wojtyla en el Vaticano.
La exposici¨®n no ignora la decadencia en la vida de Arrupe al quebrarse su salud. En 1981, de vuelta en Roma tras un viaje por Extremo Oriente, sufri¨® una trombosis cerebral. Dos a?os despu¨¦s renunci¨® al cargo de general de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. En el tramo final de La mirada de Arrupe se muestra una fotograf¨ªa de su cuerpo sin vida en la capilla ardiente. Pero, para cerrar el recorrido por su vida, se ha elegido un retrato sonriente y con la mirada penetrante que recuerdan quienes le conocieron.
M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 44
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