"El estigma del sida se va reduciendo"
Per Engebak, director regional de Unicef para el Este y Sur de ?frica, conoce bien la carga que llevan sobre sus hombros los siete millones de hu¨¦rfanos que ha dejado el virus a su paso. Ni?os condenados a formar parte de una fatal espiral: vieron morir a sus padres a causa del sida, y quiz¨¢s ellos mueran por el mismo mal. O no, el ¨²ltimo informe Innocenti, Protegiendo la infancia, describe avances. "El estigma del sida se va reduciendo", afirma. Pero tambi¨¦n desaf¨ªos.
De los 15 millones de hu¨¦rfanos en el mundo atribuidos al sida, m¨¢s de la mitad viven en ?frica subsahariana. Un continente en el que llueve sobre mojado, con una larga tradici¨®n de hu¨¦rfanos por otras causas. En los ¨²ltimos a?os, un tercio de los hu¨¦rfanos africanos lo son por el virus del sida. Se estima, adem¨¢s, que de los 400.000 ni?os que se infectan al a?o, el 80% son africanos.
Pregunta. Se ha roto la cultura del silencio y se atisban cambios. ?Hay razones para la esperanza?
Respuesta. Ni?os y j¨®venes podr¨ªan convertirse en poderosos agentes del cambio si se les da informaci¨®n y se les ayuda a salir del c¨ªrculo vicioso en que se hallan: la generaci¨®n de sus padres ha sido sacrificada. El reto actual es salvar la suya.
P. ?El compromiso de los gobiernos es ahora mayor?
R. Los gobiernos de Kenia, Tanzania y Malaui, entre otros, desarrollan planes de acci¨®n para ayudar a las familias que sufren la ausencia del padre, de la madre o de ambos. En Zimbabue, por ejemplo, el 8% de los ni?os son hu¨¦rfanos. En Lesoto, pa¨ªs muy afectado, se han arbitrado subsidios para las abuelas. Algunas cuidan a nueve o diez ni?os. La solidaridad es muy fuerte en los n¨²cleos pr¨®ximos: el 80% de la ayuda se canaliza a trav¨¦s de las comunidades locales. En Kenia se intenta movilizar a los j¨®venes para frenar el contagio.
P. Hasta hace poco el tratamiento se centraba en los adultos. ?Aumenta la sensibilidad por el sufrimiento de los ni?os?
R. Hace cinco a?os s¨®lo el 5% de los hu¨¦rfanos recib¨ªa ayuda, ahora ¨¦sta llega al 30%. Aunque la prioridad es atender a los adultos, los j¨®venes de 15 a 19 a?os son los m¨¢s vulnerables a la infecci¨®n: el riesgo del contagio sigue siendo alto. Por otra parte, para tratar a los ni?os ha habido que calibrar la dosis pedi¨¢trica. Estos medicamentos ya est¨¢n calibrados y las compa?¨ªas ya no tienen excusas para producirlos. Por ahora, s¨®lo el 5% de los ni?os seropositivos recibe cotrimoxazol, un antibi¨®tico de bajo coste que puede reducir a la mitad las muertes de estos chicos por infecciones asociadas al sida. Uno de los objetivos de Unicef para 2010 es que el 80% de los que lo necesiten reciban tratamiento antiretroviral o cotrimoxazol.
P. ?Hasta qu¨¦ punto hu¨¦rfanos y afectados rehacen su vida?
R. En Botsuana, y los pa¨ªses en que las familias reciben ayuda, apenas se han detectado diferencias en la escolarizaci¨®n de los ni?os afectados por el sida y los que tienen una vida familiar normal.
P. Muchos de estos chicos viven verdaderos dramas...
R. Est¨¢n traumatizados por la magnitud de su esfuerzo: algunos han cuidado y han visto morir a sus padres. Muchos requieren atenci¨®n psicosocial: su vulnerabilidad los hace potenciales v¨ªctimas de la explotaci¨®n sexual. Adem¨¢s, al perder a sus padres, carecen de experiencia agr¨ªcola para autoabastecerse. Nadie les ha ense?ado.
P. En algunas ¨¢reas el virus se ceba en las mujeres. ?Un reflejo m¨¢s de la desigualdad de g¨¦nero?
R. En Suazilandia, el 50% de las mujeres est¨¢n infectadas. Y las jovencitas entre 15 y 19 a?os tienen altas tasas de infecci¨®n: inician antes sus relaciones al alcanzar la madurez sexual antes que los chicos. A estas edades, adem¨¢s, su autoestima no es muy alta para negociar sus relaciones y protegerse. Hay campa?as dirigidas a que desarrollen estas habilidades.
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