NORIEGA DA EL GRAN SALTO
El papel m¨¢s dif¨ªcil de su carrera y un estreno en Hollywood. A los 34 a?os, Eduardo Noriega se descubre como un actor adicto a los retos.
La culpa fue de una chica. Estoy en un grupo de teatro, le dej¨® caer ella mientras charlaban en un ropero de la calle de Santa Luc¨ªa, en Santander. P¨¢sate un d¨ªa, si quieres.No cuesta mucho imaginar qu¨¦ llev¨® a la adolescente a invitar al guapo Noriega a la actividad extraescolar. Pero Eduardo s¨ª recuerda qu¨¦ le hizo a ¨¦l aceptar: la curiosidad por algo que resultaba francamente ex¨®tico en su colegio, los agustinos. Con un amigo se dej¨® caer por el local pensando en ampararse en la discreci¨®n del patio de butacas. Pero all¨ª, el que entraba sub¨ªa al escenario. Nada de mirones. El amigo se fue, ¨¦l se qued¨®. El grupo gan¨® un nuevo socio, que acabar¨ªa siendo el m¨¢s c¨¦lebre de todos.
Hab¨ªa una inquietud, una curiosidad que no s¨¦ muy bien de d¨®nde ven¨ªa. Yo sol¨ªa decir que nunca hab¨ªa querido ser actor, pero mi hermano ??igo, el mayor, me replica que, al contrario, lo he querido toda la vida. Me recuerda los concursos de disfraces del colegio cuando ten¨ªa ocho a?os. Los ganaba todos porque cuando hac¨ªa de John Travolta no s¨®lo me vest¨ªa.Mi hermano me pon¨ªa el radiocasete y yo bailaba y cantaba invent¨¢ndome la letra. Ellos dicen que tengo una vena art¨ªstica desde cr¨ªo, y es cierto que, de repente, descubro una carpeta en la que de ni?o met¨ª fotos de actores de los a?os veinte y treinta ordenados alfab¨¦ticamente.
COMO BIEN SABE TODO el que haya participado en uno, tener hermanos mayores otorga una gran ventaja en cualquier concurso de disfraces. As¨ª que no s¨®lo el gracejo infantil de Noriega debi¨® in'uir en sus repetidos triunfos. Pero ser el peque?o de seis, el cuarto chico, no s¨®lo le ayud¨® en la competici¨®n carnavalesca. El camino est¨¢ siempre allanado. El peque?o es m¨¢s escurridizo, m¨¢s p¨ªcaro, el que pilla de aqu¨ª y de all¨¢Y es el mimado, claro.Aunque crezcas, algo del peque?o de la casa siempre te queda. En todo caso, ahora mismo, pocos utilizar¨ªan semejante expresi¨®n para referirse al actor de 34 a?os. No es la cazadora de cuero envejecida, la barba o la moto negra lo que le da empaque. Han pasado 11 a?os desde que se diera a conocer como el bollito pijo de Tesis, y a su cara en este tiempo le han salido esquinas. Su mirada se ha endurecido y, a¨²n socarr¨®n, amable y bromista, su atractivo ha madurado y se ha puesto serio.
EDUARDO ES UN AMOR, un ser maravilloso y muy cari?oso, apunta Elena Anaya. La actriz coincidi¨® con Noriega en el a?o 2000 en El invierno de las anjaras y volvi¨® a encontrarse con ¨¦l en Alatriste. Empezamos casi a la vez. Cada uno ha ido haciendo su carrera, pero siempre lo he sentido muy cercano. Es el mismo que conoc¨ª hace muchos a?os, pero ahora le veo m¨¢s mayor, m¨¢s consciente. Aunque sigue siendo una persona de grandes valores, rodeado de cari?o y afecto. Tiene un fuerte apoyo en sus hermanos y sabe cuidar de la gente que le rodea. Anaya no s¨®lo ha sido su compa?era de reparto. Adem¨¢s, fue c¨®mplice en un proyecto que habla mucho de la entrega y dedicaci¨®n de Noriega. Ellos y otros, como Ernesto Alterio o Candela Pe?a, buscaron el tiempo, el lugar y el profesor para organizar grupos de trabajo que les permitieran continuar form¨¢ndose m¨¢s all¨¢ de lo que un papel concreto les exig¨ªa. Es un actor muy concienciado, con un intenso deseo de prepararsey mejorar, explica Anaya.
LA IMPLICACI?N Noriega en la construcci¨®n de sus personajes ha alcanzado una de sus cotas m¨¢s altas con la pel¨ªcula Canciones de amor en Lolitas Club, de Vicente Aranda. La adaptaci¨®n de la novela, publicada en 2005 por Juan Mars¨¦, se estrena el 30 de noviembre. En ella,Noriega interpreta a dos hermanos gemelos: uno sufre un retraso mental, el otro es un polic¨ªa autodestructivo y alcoholizado; ambos, enamorados de la misma prostituta drogadicta. Este dram¨¢tico tri¨¢ngulo amoroso de alto voltaje er¨®tico, ambientado en un club de carretera, es, en muchos sentidos, trascendental para su carrera. El mayor reto en una trayectoria recorrida por el riesgo. Noriega estuvo implicado en el proyecto desde el principio y pas¨® siete meses prepar¨¢ndose. Estaba tan asustado, que lo primero que hice fue llamar a Vicente Fuentes, que hab¨ªa sido mi profesor de voz en la escuela. Le cont¨¦ que ten¨ªa que hacer dos personajes, que quer¨ªa conseguir que mirasen, caminaran y sintieran de forma diferente. Ha sido un viaje apasionante.
NO FUE LA ?NICA AYUDA que busc¨®. Casi inmediatamente empez¨® a visitar la Fundaci¨®n Carlos Mart¨ªn, en Vallecas, un centro que asiste y prepara a discapacitados intelectuales para el mundo laboral. Se meti¨® en la cocina, e igual que hace Valent¨ªn en la pel¨ªcula, se ofreci¨® como pinche. Es incre¨ªble el trabajo que realizan, y han tenido una paciencia in) nita, porque ni yo mismo sab¨ªa muy bien qu¨¦ iba a hacer all¨ª. Entraba a las ocho de la ma?ana y pelaba patatas. A los chicos les cont¨¦ que era actor y que estaba preparando un personaje. Estaba el colegio revolucionado. Jugaba al b¨¢squet con ellos y me preguntaban: ?qu¨¦ haces t¨² aqu¨ª? Y la verdad era que nada en particular, s¨®lo estar con ellos. No s¨¦ para qu¨¦ serv¨ªa, pero todo enriquece. La preparaci¨®n es el momento m¨¢s interesante. Est¨¢s m¨¢s creativo y menos miedoso. Investigas y creas. Luego, en el rodaje, vienen la presi¨®n y las prisas.
Noriega sell¨® un pacto con Aranda, apenas dos horas despu¨¦s de reunirse con ¨¦l y llevarse el primer gui¨®n, cuando le llam¨® para decirle que aceptaba el papel. Acordaron que estar¨ªan juntos en esto. Vicente, a punto de cumplir 81 a?os, te sorprende por su juventud y su esp¨ªritu l¨²dico. Es contagioso. Rodar le da la vida.Hemos conectado muy bien. Hemos discutido y hemos chocado, pero de forma creativa. A m¨ª me gusta implicarme. No puedo evitarlo. Es mi manera de trabajar y Vicente lo ha agradecido. Yo he peleado por todo. La mayor¨ªa de las cosas no las ha aceptado. Otras, s¨ª.
FUE ANDR?S VICENTE G?MEZ quien, en realidad, quiso a Noriega para el papel. El productor quer¨ªa un gal¨¢n, alguien que hiciera que la gente se volviera al entrar en una habitaci¨®n, cuenta el veterano director. Y, para m¨ª, Eduardo ocupa el lugar de Imanol Arias en otros tiempos. Me ha recordado mucho a ¨¦l, sobre todo en el humor. Eduardo es m¨¢s serio, pero se parecen. En alg¨²n momento he tenido la sensaci¨®n de que el tiempo no hab¨ªa pasado. Con Imanol hice tres pel¨ªculas y hubo una relaci¨®n muy intensa. Para uno de los proyectos, tal vez el pr¨®ximo, estoy pensando otra vez en Eduardo. Por m¨ª es muy posible que la relaci¨®n contin¨²e. El v¨¦rtice del tri¨¢ngulo que Noriega forma consigo mismo en Lolitas Club es la actriz Flora Mart¨ªnez. Conocida por su explosivo papel en Rosario Tijeras, la colombiana desaf¨ªa al encasillamiento con otro personaje t¨®rrido que se pasa media pel¨ªcula s¨®lo vestida con su propia piel. Eduardo es gal¨¢n, a pesar de s¨ª mismo. No puede dejar de serlo porque es muy guapo. Lo lleva puesto, por as¨ª decirlo. Pero ¨¦l no juega a eso. Se hace querer por todo el mundo, porque es muy generoso. ?sta, de alguna forma, es su pel¨ªcula. Todos est¨¢bamos all¨ª por ¨¦l. Un todos que no es pura ret¨®rica. Noriega ha metido mano en tantos aspectos como ha podido, del maquillaje al di¨¢logo. Cada departamento hace sus propuestas y todas se debaten.
Lo aprend¨ª de Guillermo del Toro. ?l se mete en todo, pero todo. Para pedir una l¨¢mpara de ¨¦poca, la dibuja con minucioso detalle. A la semana viene el atrezzista con una bastante parecida. Y ¨¦l le dice: Si no me traes exactamente la que te he pedido, me tienes que traer cinco distintas para elegir. La primera vez que oyes algo as¨ª, piensas que es un ogro. Pero, para empezar, es el director, y yo tengo muy claro qui¨¦n manda.
Lo de trabajar en un equipo en el que todo el mundo mete baza es, en realidad, parte de la formaci¨®n sentimental de Noriega. Es lo que aprendi¨® en los cortometrajes de estudiante, al poco de llegar a Madrid, dejando en Santander una carrera de Derecho en la que apenas se hab¨ªa matriculado. Intensos rodajes en super 8 en los que se forj¨® un grupo de amigos que revent¨® el cine espa?ol con Tesis. Entre ellos est¨¢ Alejandro Amen¨¢bar, por supuesto, pero tambi¨¦n el director y guionista Mateo Gil y Jos¨¦ Ram¨®n Cadi?anos. Cadi?anos era en 1993 un estudiante de direcci¨®n esc¨¦nica. Hoy es el representante de Noriega y de Fele Mart¨ªnez. Compaginaba los estudios con mi trabajo como profesor de ingl¨¦s en un instituto, recuerda. En aquella ¨¦poca, todos hac¨ªamos de todo, pero una noche, en Malasa?a, de ca?as, Fele y Edu me propusieron que fuera su representante. Les dije, medio en serio, que s¨ª, pero que no pensaba llevar fotos suyas a ning¨²n lado. Luego, cuando Tesis fue el bombazo que fue, la cosa se puso seria y acab¨¦ por dedicarme a esto por completo.
?RAMOS MUY J?VENES ten¨ªamos muchas ganas y nos une para siempre haber empezado juntos, cuenta Noriega. Los cortos de estudiantes tienen algo de campamento de verano. La intimidad y absoluta dedicaci¨®n a la que obligan establecen una peculiar complicidad entre los que juegan a las pel¨ªculas. Juegos que, como en este caso, pueden acabar en una explosi¨®n de genialidad. Noriega recuerda, por ejemplo, una noche en la que tirado entre colchonetas en el suelo de un piso en Malasa?a le despert¨® un ruido. Chacha- cha-chan. Alguien cantaba. Era Amen¨¢bar, que, en su cabeza y mientras dorm¨ªan, estaba montando y poniendo m¨²sica no ya a los planos que les hab¨ªan ocupado durante la larga jornada, sino a los de su siguiente proyecto. Tuve la suerte de estar en la primera pel¨ªcula de un t¨ªo que, con su talento, se llev¨® todos los premios del mundo y revolucion¨® no s¨®lo Espa?a, sino tambi¨¦n el mundo, dice con indisimulada admiraci¨®n. Su amigo Amen¨¢bar le coloc¨® en el centro de una de las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas del cine espa?ol. La silueta que recorre una apocal¨ªptica Gran V¨ªa vac¨ªa en Abre los ojos. Una imagen que hizo que hasta Tom Cruise quisiera ser ¨¦l y se llevara la idea a Nueva Cork con la fallida Vanilla sky. Pero han tenido que pasar 10 a?os para que sea el propio Noriega quien entre en plano en una gran producci¨®n de Hollywood. Para febrero est¨¢ previsto el estreno de En el punto de mira, donde comparte cartel con Matthew Fox, William Hurt, Sigourney Weaver, Forest Whitaker o Dennis Quaid. No es su primera pel¨ªcula en el extranjero, ni siquiera la primera en ingl¨¦s, pero s¨ª su estreno con un gran estudio estadounidense. Una pel¨ªcula que, adem¨¢s, ha perseguido con ganas. La historia de un atentado contra el presidente de Estados Unidos, contada desde ocho puntos de vista, le enganch¨® desde el principio. El cine seg¨²n los americanos le ha dejado un mont¨®n de an¨¦cdotas. La primera, ver la plaza Mayor de Salamanca, donde sucede la acci¨®n, re creada en cart¨®n piedra en pleno desierto de M¨¦xico. La segunda, las caravanas de las estrellas: Las cinco eran enormes e iguales. Cuando las estrellas no estaban, los actores normales hac¨ªamos excursiones a verlas y flip¨¢bamos con el jacuzzi. Con s¨®lo poner un pie en un set americano, a Noriega le llovieron los agentes. En el punto de mira supone un salto cualitativo, opina Cadi?anos. Pero es un arma de doble *lo porque ¨¦l no es el t¨ªpico latino. De todas formas, ahora, el cine estadounidense se est¨¢ europeizando y eso puede darle m¨¢s posibilidades. Antes nos hab¨ªa llegado alg¨²n proyecto, pero era muy estereotipado, tipo narco colombiano. En todo caso, no est¨¢ obsesionado con trabajar all¨ª.. Me encantar¨ªa hacerlo de vez en cuando, tercia Noriega. Pero una carrera en Hollywoodme parece complicada.No s¨¦ si yoles interesar¨¦, en primer lugar, e irme a vivir all¨ª me da una pereza horrible. Hay todav¨ªa muchos directores con los que quiero trabajar en Espa?a, Francia y Latinoam¨¦rica.
EN LA CASILLA DE ESTRENOS pendientes figura tambi¨¦n Transsiberian, una coproducci¨®n europea, dirigida por Brad Anderson (El maquinista), con Ben Kingsley, Woody Harrelson yEmily Mortimer. Y aunque ya ha perdido un poco la fe en que nunca llegue a los cines, Che Guevara. Una pel¨ªcula estadounidense, m¨¢s que indie, de baj¨ªsimo presupuesto. La rod¨® en febrero de 2005 y es probable que pase directamente al DVD en Estados Unidos, donde la amenazan, entre otras cosas, conflictos de derechos con la versi¨®n del mito que prepara Steven Soderbergh con Benicio del Toro. El Che me parece uno de los personajes m¨¢s extraordinarios del siglo XX. Cuando ataco un personaje
hist¨®rico, trato de no juzgarlo. Documentarme al m¨¢ximo y ver el hombre que hay detr¨¢s del s¨ªmbolo, de la bandera, del p¨®ster. ?l me despierta la mayor admiraci¨®n porque lo dej¨® todo por los dem¨¢s. La minuciosidad de Noriega se emple¨® a fondo con el controvertido guerrillero, de plena actualidad por el 40? aniversario de su muerte. La experiencia en s¨ª misma tambi¨¦n tuvo algo de guerrilla, debido a las estrecheces presupuestarias. All¨ª no cab¨ªa discusi¨®n sobre el tama?o de las caravanas: hab¨ªa s¨®lo una y era para todos.
AUNQUE SE HA TENIDO que preparar para poder rodar en ingl¨¦s, los idiomas no son un problema. Por mucho que en los agustinos suspendiera cuatro o cinco asignaturas cada a?o, luego se ha revelado como un alumno disciplinado. Fue capaz de dar el pego en franc¨¦s en Novo: se aprendi¨® el gui¨®n fon¨¦ticamente, a pesar de no ser capaz de cruzar ni media palabra con el equipo una vez que gritaban corten. Y para rodar Les mans buides conMarc Recha se someti¨® a un intensivo de tres semanas de catal¨¢n que incluy¨® la fillmograf¨ªa completa de Ventura Pons. Tambi¨¦n con Recha ha funcionado la sinton¨ªa. Se conocieron en un festival suizo o italiano cuando en una cena se enzarzaron en una conversaci¨®n escatol¨®gica, muy divertida y muy bestia. El resto de la mesa apenas pod¨ªa creer que aquel tipo fuera el sensible director de Pau y el seu germ¨¤, como recuerda entre carcajadas Noriega. Yo dec¨ªa: S¨ª, es este energ¨²meno que es capaz de todo. Un a?o m¨¢s tarde me llam¨® para rodar conmigo. Marc no es un tipo f¨¢cil, pero supongo que yo tampoco. Es un director con una mirada distinta y ¨²nica. Filma sin medios, pr¨¢cticamente. ?l, Guer¨ªn hay gente en Espa?a que me interesa mucho. Lo ideal ser¨ªa poder combinar proyectos m¨¢s comerciales con otros como ¨¦stos. Un pie metido en la pel¨ªcula m¨¢s cara de la historia del cine espa?ol, y otro, en una pel¨ªcula que apenas encuentra distribuci¨®n.
De las caravanas de las estrellas al cine de guerrilla: Da igual el dinero que haya en una pel¨ªcula: cuando gritan acci¨®n est¨¢s igual de solo. Fiel a un credo, el del riesgo, y a su exigente forma de entender su trabajo. Es lo bastante fuerte para que no le afecten la fama y los comentarios. Si est¨¢s con ¨¦l tomando un caf¨¦, se ocupa de verdad de la conversaci¨®n y no de los que se giran a mirarle, explica Anaya. Le deseo que tenga
carrera all¨ª, aqu¨ª y donde quiera, pero ojal¨¢ que se quede mucho con nosotros y podamos disfrutar de ¨¦l
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