"Juego para que me recuerden"
Una onda de autodestrucci¨®n sacude al f¨²tbol italiano y no s¨®lo se manifiesta en las tribunas. Los tiempos convulsos tambi¨¦n se reflejan en el destino arduo que deben soportar ciertos jugadores. Lo mismo que Zola o Baggio, el actual bota de oro, Francesco Totti (Roma, 1976), es una especie de genio amenazado.
Pregunta. Lleva 20 a?os en el Roma. En el f¨²tbol moderno, el suyo es un caso raro de lealtad.
Respuesta. Siempre me he inclinado por las alternativas sentimentales. Crec¨ª en el sector juvenil del Roma y la primera vez que fui a un estadio fue a la curva del Ol¨ªmpico. Quedarme fue una elecci¨®n de coraz¨®n, no una decisi¨®n profesional.
P. En el fondo, debe de estar lo que ciertos romanos llaman romanit¨¢. ?Puede explicarlo?
"Quiero divertir a la gente y divertirme. Es mi objetivo. Ganar viene despu¨¦s"
"Quedarme en el Roma fue una elecci¨®n del coraz¨®n, no del profesional
"Se valora m¨¢s la musculatura que la t¨¦cnica. Falta calidad; sobre todo, en Italia"
"Menos un 9, Messi puede ser cualquier cosa. Y como extremo es devastador"
R. La romanit¨¢ es eso: ser romano y del Roma. Para un chico criado en la romanit¨¢ lo m¨¢ximo es ser capit¨¢n del Roma. Yo lo consegu¨ª, afortunadamente.
P. De haberse marchado, ?ad¨®nde habr¨ªa ido?
R. Al Madrid. Si me viera en la obligaci¨®n de elegir, fuera de Roma, no hay otra posibilidad.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque crec¨ª viendo a Butrague?o, Chendo, Hugo S¨¢nchez... De peque?o, ve¨ªa todos los partidos que pod¨ªa por la tele y siempre miraba al Madrid porque era el que jugaba mejor.
P. El Milan de aquellos a?os gan¨® m¨¢s trofeos.
R. Pero a m¨ª me gustaba el f¨²tbol del Madrid. Elegir a los equipos por los t¨ªtulos ser¨ªa demasiado sencillo. Es cierto que el Milan era m¨¢s poderoso con Van Basten, Gullit y Rijkaard. No estaba mal. Pero, como romanista, no pod¨ªa admirarlo.
P. El gol que fall¨® ante Corea del Sur en el Mundial de 2002 hizo que cuestionaran su validez para su selecci¨®n. Dribl¨® a tres surcoreanos, se qued¨® ante el portero y, en vez de tirar, esper¨® a que llegara un defensa para regatearlo otra vez. Perdi¨® la pelota y en Italia lo criticaron much¨ªsimo. ?Qu¨¦ se propuso? ?Hacer un monumento al gol?
R. No me propuse nada conscientemente. El instinto me dict¨® que deb¨ªa regatear al que me persegu¨ªa. Es normal. Habr¨ªa sido lo m¨¢s hermoso. No me propuse un gol inolvidable. Lo importante es que la pelota entre. Para buscar el gol, siempre me gu¨ªo por el instinto.
P. Ese instinto es una especie de sentido art¨ªstico. ?Es una de sus virtudes?
R. Afortunadamente, s¨ª.
P. ?No choca con el pragmatismo del f¨²tbol italiano?
R. En el campo siento que debo divertir a la gente. Primero, porque tengo la posibilidad de hacerlo. Segundo, porque paga para ver algo m¨¢s. Debo intentarlo. Es normal.
P. La pr¨¦dica m¨¢s extendida dice que vencer es lo esencial.
R. En Espa?a se busca el divertimento. Son formas distintas de jugar. En Italia pesan m¨¢s el esfuerzo y la lucha que la habilidad. Insisto, quiero divertir a la gente y divertirme. Es mi objetivo. Ganar viene despu¨¦s. Cuando se hacen las cosas m¨¢s bellas suele ser cuando se gana.
P. ?Se propone quedar en la memoria de la gente?
R. Tal vez mi instinto me hace buscar algo m¨¢s. Lo hago en cada partido. Escapa a mi control. Es un segundo. Un segundo en el que deseas que la gente te recuerde para siempre.
P. Empez¨® a jugar en las calles. ?Le ha dotado el asfalto de alg¨²n gesto t¨¦cnico especial?
R. Hasta los 11 a?os no jugu¨¦ sobre hierba. Pero no me influy¨®. Lo que soy como futbolista lo llevaba dentro. Se lo debo al azar. A la fortuna. Es un don.
P. Ahora vive en la periferia, cerca de Trigoria, donde se entrena. ?Cu¨¢nto hace que no visita el centro de Roma?
R. Casi diez a?os.
P. ?Se acuerda del Coliseo?
R. Pas¨¦ hace tres o cuatro a?os con un casco de moto cubri¨¦ndome la cabeza. Pero la gente me reconoc¨ªa igual cuando me ve¨ªa los ojos.
P. Dicen que Roma le adora m¨¢s que al Papa.
R. El Papa es el Papa. Mi situaci¨®n tiene pros y contras. Tener el afecto de la gente me enorgullece porque significa que lo hago bien dentro y fuera del campo. El problema es que he perdido libertad para llevar una vida privada. La gente me ve con otros ojos... Es complicado salir a la calle. El otro d¨ªa, en un bar, estuve media hora firmando aut¨®grafos.
P. ?No se arrepiente de haber permanecido en Roma?
R. No me puedo arrepentir de las decisiones que se toman con el coraz¨®n. No me ha ido mal. S¨¦ que en otro club habr¨ªa podido ganar diez trofeos m¨¢s. Lo que pasa es que, para m¨ª, uno con el Roma equivale a 16 con otro club.
P. ?No ha pensado que le ha privado del Bal¨®n de Oro?
R. La m¨ªa fue una decisi¨®n infantil. Decid¨ª ser romanista de ni?o y punto. En una ¨¦poca tuve problemas que me hicieron reflexionar sobre el cambio de idea. Habl¨¦ con mi familia, mis amigos, mi gente... Con los amigos romanos que hab¨ªan emigrado. Me dijeron que fuera les falt¨® todo. Absolutamente todo.
P. Dicen que su madre, Fiorella, tuvo un papel decisivo en su carrera. ?Por qu¨¦?
R. Me ense?¨® a comportarme como persona y como futbolista.
P. Cuando le fracturaron una pierna, a dos meses del Mundial de Alemania, el ¨¢rbitro ni amonest¨® a su agresor. ?Le sorprendi¨® que en Italia tuviera tan poca repercusi¨®n el que la selecci¨®n se quedar¨ªa sin 10?
R. La mayor parte de los periodistas se alegr¨® de mi lesi¨®n. Para ellos, nunca fui decisivo en la selecci¨®n. Era un excedente. Sobraba. Como la mayor¨ªa son del Norte, tienen m¨¢s poder que los del Sur. Pueden gestionar el ambiente. Son muy listos.
P. ?Tiene Italia otro mediapunta adem¨¢s de usted?
R. No lo s¨¦. Lo importante para muchos es que Totti no estuviera en Alemania.
P. Gan¨® el Mundial y, sin embargo, renunci¨® a la selecci¨®n. ?Se ha sentido una especie de fuera de la ley en el calcio?
R. No. Hablan los n¨²meros. Que la gente diga y haga lo que quiera. Contra las palabras dichas y escritas es dif¨ªcil luchar.
P. ?Por qu¨¦ le han dispensado un trato discriminatorio?
R. Soy romano. Soy distinto.
P. Hace dos a?os empez¨® a jugar de punta-punta. ?Por qu¨¦?
R. Por casualidad. Nos quedamos sin delanteros por las lesiones y el m¨ªster me situ¨® arriba. No hemos cambiado. Llevo 50 goles en dos a?os.
P. El pasado gan¨® la Bota de Oro. ?C¨®mo bati¨® a un especialista como Van Nistelrooy?
R. Lo m¨¢s gratificante fue conseguirla en el Roma. Me convert¨ª en su primer jugador en ganarla. Una suerte. Me pas¨¦ siete jornadas sin marcar.
P. ?No le parece triste que uno de los pocos 10 genuinos se desperdicie como goleador?
R. Nunca di importancia al n¨²mero. Lo hice por el bien del equipo y el m¨ªo. Me adapt¨¦ con naturalidad. Mis compa?eros supieron encontrarme.
P. ?Su h¨¦roe de ni?o?
R. Giannini.
P. Otro mediapunta.
R. Lamentablemente, el f¨²tbol ha cambiado. En el futuro no se ver¨¢n jugadores as¨ª. Hay que olvidarse de los Zidane, Maradona o Cruyff... Del Piero era otro 10, pero ha tenido que readaptarse: lo ponen a la derecha, a la izquierda... No saben c¨®mo utilizarlo porque los equipos ya no juegan con enganches. Se valora m¨¢s la musculatura que la t¨¦cnica. Cada d¨ªa falta m¨¢s calidad. Sobre todo, en Italia.
P. ?Son excesivamente permisivos los arbitrajes en Italia?
R. En Espa?a, los jugadores creativos tienen m¨¢s protecci¨®n. En Italia, no. No lo sufro s¨®lo yo, que tengo el privilegio de jugar para uno de los cuatro grandes. Los que lo pasan peor son los que divierten a la gente y militan en clubes peque?os. Es una pena porque el p¨²blico no s¨®lo va a ver equipos. Cuando paga una entrada, quiere ver jugadores espectaculares.
P. ?Los ¨¢rbitros le habr¨ªan cuidado m¨¢s en la Juve?
R. Seguramente, s¨ª.
P. Es quien m¨¢s faltas recibe. ?Se siente desprotegido?
R. S¨®lo siento que me dan patadas todos los domingos.
P. ?Le sorprende la libertad de los centrales del calcio para pegar sin ver una tarjeta hasta el minuto 80?
R. Act¨²an como si su primer objetivo no fuera evitar goles, sino parar a los adversarios.
P. ?Le condiciona esto mentalmente en el campo?
R. No. Me condiciona f¨ªsicamente cuando llego a mi casa. A veces tengo los tobillos tan hinchados que me cuesta caminar.
P. ?Y la federaci¨®n? ?Le han ignorado los dirigentes?
R. Mitad y mitad. Con algunos mantengo una buena relaci¨®n. Otros me han despreciado.
P. ?Se ve a s¨ª mismo como una especie en extinci¨®n?
R. No tan pronto. Me quedan cinco o seis a?os.
P. ?Cu¨¢l es el jugador que m¨¢s le gusta?
R. Messi. Menos un 9, puede ser cualquier cosa. Y como extremo es devastador.
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