March debuta en la direcci¨®n con un cl¨¢sico melodrama
Hace no muchos a?os, era habitual ver a Jos¨¦ Enrique March (Valencia, 1974) trabajando como periodista en los preestrenos cinematogr¨¢ficos que llegaban a Valencia. Ayer, March estuvo en el otro lado de esa orilla imaginaria que linda entre el periodista y el sujeto de la noticia. Porque quien fuera cr¨ªtico de cine para diversas publicaciones y emisoras de radio daba el salto a la direcci¨®n de largometrajes con Escuchando a Gabriel, un filme protagonizado por Javier R¨ªos y Silvia Abascal que llegar¨¢ a las salas comerciales este viernes.
Escuchando a Gabriel es "una pel¨ªcula cl¨¢sica", explica su director. Un melodrama rom¨¢ntico en el que March ha trabajado con una sola premisa: "Hacer una pel¨ªcula que a m¨ª me habr¨ªa gustado ver". Para ello, con un gui¨®n de Maxi Valero, March construye un filme en el que el amor y el misterio, la tragedia y el perd¨®n, se entremezclan para crear una atm¨®sfera que recuerda, en muchos momentos, a las pel¨ªculas de Douglas Sirk.
Pero lo m¨¢s sorprendente de esta opera prima es el inusual desparpajo que demuestra Jos¨¦ Enrique March en el manejo de la c¨¢mara y las situaciones. "Si eres cin¨¦filo y est¨¢s en contacto diario con el cine, las referencias a otras formas de trabajar te salen solas, porque te fijas en las cosas que te gustan e intentas hacerlas propias", cuenta este realizador, que rod¨® la mayor¨ªa de su filme en Valencia, "porque es mi ciudad", pero tambi¨¦n porque "se prestaba a la idea de descontextualizar la historia, presentarla como algo atemporal que puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier ciudad". Para ello, el propio Maxi Valero, en compa?¨ªa de Sergi Rajadell, compuso una m¨²sica que da sentido a la relaci¨®n que en la pantalla mantienen un pianista y una estudiante de viol¨ªn, marcada por la tragedia y la enfermedad, por las cuentas pendientes con la familia y el reencuentro con la infancia.
Esa historia cl¨¢sica, ubicada en un mundo sin coches ni se?ales de tr¨¢fico, en el que todo parece existir solo porque existen sus personajes, hace llorar y re¨ªr, emociona. "Quer¨ªamos crear una magia especial entre los personajes", dice su guionista, "que llegara a todo el p¨²blico y que le tocase la fibra m¨¢s ¨ªntima", apostilla su director. Una pel¨ªcula, en fin, que, puesto en su antiguo papel de cr¨ªtico, gusta a su creador: "Me gusta much¨ªsimo, porque tiene la suavidad y la contenci¨®n que hab¨ªamos pensado para contar la historia".
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