M¨¢s muletas para el cine espa?ol
El Congreso consolida hoy con la Ley del Cine el controvertido apoyo a la industria nacional - El modelo proteccionista es paralelo al descr¨¦dito general
?M¨¢s muletas para el cine espa?ol? El Parlamento consagrar¨¢ hoy en la Ley del Cine un modelo que protege la industria espa?ola, pero que est¨¢ vinculado a cierto descr¨¦dito de las pel¨ªculas subvencionadas. "Las ayudas p¨²blicas son un lastre ideol¨®gico para nosotros, y lo ideal ser¨ªa que desaparecieran y que se lograra atraer al cine a los inversores privados", asegura Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, uno de los grandes cineastas espa?oles.
Querejeta: "Los poderes pol¨ªticos se han ocupado muy poco del cine"
D¨ªaz Yanes: "Las ayudas p¨²blicas son un lastre ideol¨®gico para nosotros"
El pleno del Congreso de los Diputados intentar¨¢ hoy dar carpetazo a una azarosa y furiosa guerra de intereses entre los sectores de la industria cinematogr¨¢fica espa?ola -productores, directores, exhibidores, distribuidores y operadores televisivos, b¨¢sicamente-, y cimentar las bases de lo que deber¨ªa ser el nuevo marco legal del cine espa?ol. Un marco que consolidar¨¢ el muy controvertido principio de la necesidad de ayudas p¨²blicas a la producci¨®n de pel¨ªculas y que, en virtud de la nueva ley, superar¨¢n los 550 millones de euros de aqu¨ª a 2013.
Una de las evidencias hist¨®ricas m¨¢s parad¨®jicas es que las siglas pol¨ªticas y las ideolog¨ªas no han sido determinantes en el tratamiento de las subvenciones. Las actuaciones que en materia de pol¨ªtica cinematogr¨¢fica han protagonizado en los ¨²ltimos 25 a?os gestores como Pilar Mir¨®, Carmen Alborch, el propio Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar o Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero han sido sucesivos eslabones de una err¨¢tica reflexi¨®n en torno al cine espa?ol y sus apoyos p¨²blicos.
Una reflexi¨®n en la que, como inmarcesible objeto de debate, han estado siempre las subvenciones. Pero el debate no se refiere s¨®lo a la aportaci¨®n directa de dinero p¨²blico a la puesta en marcha de proyectos concretos. Lo que est¨¢ en el centro de la pol¨¦mica actual es toda una bater¨ªa de medidas de apoyo al cine: unas, s¨ª, en forma de ayudas autom¨¢ticas en virtud de los ingresos obtenidos, en una especie de meritocracia de taquilla (las pel¨ªculas que obtienen ingresos superiores de 300.000 euros tienen derecho a ayudas p¨²blicas); otras, bajo la f¨®rmula de subvenciones a proyectos de nuevos realizadores o a pel¨ªculas "de especial inter¨¦s cultural" (sin que tampoco quede claro en los textos legales qu¨¦ es eso exactamente y c¨®mo se calibra).
En la actualidad, la cifra total de ayudas econ¨®micas al cine espa?ol procedentes de las arcas p¨²blicas puede situarse en torno a los 100 millones de euros al a?o, si se suman las aportaciones de la Administraci¨®n central y las de las diferentes comunidades aut¨®nomas. Dentro de este cap¨ªtulo se incluye el dinero que el Ministerio de Cultura suele conceder a las pel¨ªculas que acuden a festivales internacionales.
Pero esa intervenci¨®n estatal en defensa del cine espa?ol no llega s¨®lo en forma de euros contantes y sonantes, sino tambi¨¦n en otros formatos. Los dos que m¨¢s ampollas han levantado y siguen levantando son la cuota de pantalla (obligaci¨®n para los exhibidores de programar un 25% de cine espa?ol y europeo frente al de "terceros pa¨ªses" -eufemismo recurrente para nombrar a Estados Unidos-) y la norma que conmina a las televisiones a invertir un 5% de sus ingresos totales en proyectos espa?oles y de la UE.
La cuota ha soliviantado tanto al sector de la exhibici¨®n que, el pasado 18 de junio, los due?os de los cines englobados en la mayoritaria Federaci¨®n de Cines de Espa?a (FECE) cerrar sus salas por primera vez.
La FECE, aunque se sigue considerando el sector menos presente en la ley, valora positivamente el reconocimiento que la nueva ley hace de la competencia desleal en lugares que no sean salas de cine registradas, as¨ª como la inclusi¨®n de ayudas derivadas de la obligatoriedad de cumplir la cuota de pantalla. Sin embargo, los exhibidores conf¨ªan en que esas ayudas se concreten a lo largo del desarrollo reglamentario.
"Es la primera vez que se reconoce la contribuci¨®n de la exhibici¨®n a la diversidad del cine europeo", asegur¨® ayer Rafael Alvero, director de la FECE, "pero creemos que es necesario que se concrete de una forma m¨¢s favorable para los intereses de los exhibidores". En el punto en el que no han conseguido nada es en el de la regulaci¨®n de las ventanas de exhibici¨®n -el tiempo que tiene que transcurrir entre el estreno de un filme, su venta a trav¨¦s del DVD, el alquiler y su proyecci¨®n en las televisiones-.
La segunda gran familia del descontento en lo que a las ayudas estatales al cine se refiere es la de los grandes operadores televisivos. Paolo Vasile, el gran jefe de Tele 5 se muestra as¨ª de contundente: "Nuestra opini¨®n es que la situaci¨®n es injusta y va en contra del mercado y de las empresas modernas".
El desacuerdo m¨¢s notorio de las televisiones est¨¢ en la obligatoriedad de invertir un 5% de los ingresos en proyectos de cine europeo, medida adoptada por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y que el actual gabinete no ha cambiado.
En el anteproyecto presentado en diciembre del a?o pasado por la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo, se aument¨® a un 6% la obligaci¨®n de invertir por parte de las televisiones. Ante la guerra desatada por los operadores, el Gobierno decidi¨® dejar la situaci¨®n como hasta ahora. "Estamos m¨¢s tranquilos porque es igual que cuando a un enfermo le diagnostican que tiene un c¨¢ncer y luego le dicen que es una mera bronconeumon¨ªa. La alegr¨ªa es por tanto enorme", explic¨® Vasile.
M¨¢s all¨¢ de la l¨®gica dicotom¨ªa entre los modelos econ¨®micos y culturales defendidos por PP y PSOE, el tema de las ayudas p¨²blicas sigue provocando mares de opiniones encontradas, tanto en la calle como en el seno de la propia industria. Un sondeo realizado el pasado verano por Sigma Dos arrojaba el siguiente dato: respecto a si el Gobierno debe seguir o no subvencionando el cine espa?ol con dinero p¨²blico, un 58% se mostraba partidario de la permanencia de las ayudas, frente a un 35,6% que se declaraba abiertamente enemigo de ellas. Otra encuesta, sin embargo, realizada el pasado junio, revelaba que un 58% de los espa?oles considera que el cine de producci¨®n nacional es "mediocre" o "nada interesante", y que su tem¨¢tica es lo m¨¢s rechazable. Otro dato curioso en la encuesta de Sigma Dos: casi el 70% reclamaba la posibilidad de dejar constancia, en su declaraci¨®n de renta, de su decisi¨®n de apoyar al cine espa?ol con su aportaci¨®n personal.
Pero al margen de sondeos y estudios sociol¨®gicos m¨¢s o menos fundamentados, es innegable hoy en d¨ªa que la imagen de un cine subvencionado despierta entre el gran p¨²blico evidentes reacciones de rechazo. No faltan quienes opinan que, si se da dinero p¨²blico a los productores de cine, por qu¨¦ no se hace lo propio con los fabricantes de neum¨¢ticos o los productores de patatas fritas. "Bueno, hay que dejar clara una cosa: el cine no es algo imprescindible, no es como la comida, pero una cosa est¨¢ clara: si se quiere que exista el cine espa?ol y no se vaya a la porra, las ayudas p¨²blicas son necesarias hoy por hoy", explica el productor, exhibidor y distribuidor Enrique Gonz¨¢lez Macho, propietario de la cadena de cines Renoir.
Agust¨ªn D¨ªaz Yanes admite impl¨ªcitamente la existencia de ese descontento popular: "Es que a menudo, ante la gente llegamos a parecer unos paniaguados". Y defiende la inversi¨®n privada que convierte all cine en negocio.
Y esa ha sido y es una de las obsesiones de algunos de los impulsores de la nueva ley, y en concreto de Pedro P¨¦rez, presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Productores Audiovisuales de Espa?a (FAPAE), quien asegura tajante: "Lo verdaderamente importante es un sistema de desgravaciones fiscales importante, que atraiga hacia la industria del cine a inversores potentes. Lo dem¨¢s es pan para hoy y hambre para ma?ana".
Lo cierto es que fue la mism¨ªsima vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, quien antes del verano, y a instancias de Rodr¨ªguez Zapatero, convenci¨® a Pedro Solbes para que diera el deseado "s¨ª" a un nuevo sistema fiscal. Seg¨²n la nueva ley, todo inversor privado desgravar¨¢ un 18% de del dinero que meta en proyectos cinematogr¨¢ficos.
Hasta el mism¨ªsimo El¨ªas Querejeta, memoria viva de la producci¨®n cinematogr¨¢fica de este pa¨ªs, est¨¢ de acuerdo en que el papel de la vicepresidenta ha sido decisivo. Aunque remacha desde su proverbial y socarrona lucidez: "La historia del cine es corta, pero en su cortedad, los diferentes poderes pol¨ªticos de este pa¨ªs se han ocupado muy poquito de ¨¦l".
Palabra de Querejeta.
Hacia la nueva ley
- Incentivos fiscales. De la inversi¨®n que particulares y empresas realicen en proyectos cinematogr¨¢ficos se podr¨¢n deducir un 18%.
- Sector independiente. Por primera vez se define y apoya la figura del productor independiente, el distribuidor y exhibidor.
- Televisiones. Los operadores tienen obligaci¨®n de producir todas sus pel¨ªculas con productores independientes si quieren acceder a las ayudas p¨²blicas.
- Exhibidores. Se regulan ayudas, todav¨ªa sin concretar, a la exhibici¨®n para compensar su cumplimiento de la cuota de pantalla.
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