Gallard¨®n retrasa el informe de impacto ambiental de la M-30
Bruselas esperaba el estudio a finales de octubre, como prometi¨® el alcalde
M¨¢s de tres a?os despu¨¦s de que comenzara la transformaci¨®n de la M-30, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, sigue sin aportar un s¨®lo informe de impacto medioambiental sobre la macroobra. "S¨®lo le importan los votos", opinan los vecinos del Nudo Sur, una de las zonas m¨¢s afectadas, y la oposici¨®n, que denuncian el incumplimiento de las promesas municipales respecto a la M-30.
Han pasado ya 18 meses desde que la Comisi¨®n Europea rega?ara por primera vez al Ayuntamiento por la falta de un estudio de impacto medioambiental en las obras de soterramiento y 10 meses desde que la ¨²ltima advertencia tuviera ya car¨¢cter de amenaza de terminar ante los tribunales comunitarios. Ni con esas. El Ayuntamiento no ha movido todav¨ªa un dedo.
El pen¨²ltimo cap¨ªtulo de la historia medioambiental de la circunvalaci¨®n se dio en enero, cuando Bruselas emplaz¨® a realizar el informe "cuanto antes". No hab¨ªa plazos, pero Ruiz-Gallard¨®n explic¨® en una rueda de prensa el pasado 11 de enero que el Ayuntamiento hab¨ªa propuesto un calendario. Las fechas "acordadas" hablaban de elaborar el estudio de los proyectos ejecutados o en ejecuci¨®n "entre enero y octubre". Unas intenciones que contradicen a lo que ahora asegura el Ayuntamiento. "Propusimos diciembre y vamos a demorarnos s¨®lo un mes m¨¢s", explica una portavoz. Pero no es exactamente as¨ª. El plazo de diciembre era s¨®lo "para los proyectos no iniciados", seg¨²n explic¨® Gallard¨®n.
"El alcalde ha vuelto a incumplir los plazos", se?ala el eurodiputado socialista Carlos Carnero. ?l fue quien remiti¨® la primera queja ante las autoridades europeas en febrero de 2004. "La Comisi¨®n deber¨ªa adoptar medidas urgentes", emplazaba Carnero en una pregunta parlamentaria de octubre. "?Nos toma el pelo el alcalde o piensa cumplir sus compromisos?", pregunta.
Con Gallard¨®n tambi¨¦n est¨¢n molestos los vecinos. Su divorcio viene de lejos. "Jam¨¢s nos ha recibido", cuenta Roberto Tornamira, portavoz de la Asociaci¨®n de Vecinos Nudo Sur. "Se reunieron con las concejales de Urbanismo y Medio Ambiente", justifica el Consistorio.Pero la "indignaci¨®n" vecinal tambi¨¦n apunta a la UE: "Da la sensaci¨®n de que en asuntos econ¨®micos Europa act¨²a contundentemente, mientras que deja hacer cuando son problemas vecinales".
El desencuentro entre Bruselas y el Ayuntamiento nace en abril de 2006, cuando la Comisi¨®n abri¨® un procedimiento de infracci¨®n. "Este macroproyecto deber¨ªa haber sido sometido a una declaraci¨®n formal y global de impacto ambiental", se?al¨®. En junio de 2006, Bruselas envi¨® a dos eurodiputados a Madrid para que evaluaran a pie de obra la magnitud del proyecto, que cost¨® 3.508 millones de euros. El irland¨¦s Proinsias de Rossa (socialista) y la danesa Margrete Auken (verde) concluyeron que el soterramiento deb¨ªa haber contado con una declaraci¨®n de impacto.
El truco para evitar el estudio ambiental fue el cambio de la calificaci¨®n de la M-30 de carretera a v¨ªa urbana. Nac¨ªa la Calle 30, denominaci¨®n at¨ªpica para una autopista de hasta seis carriles. El rebautizo se hizo el 4 de marzo de 2004. A s¨®lo 10 d¨ªas de las elecciones generales en las que el PP perdi¨® el poder, el Ministerio de Fomento traspas¨® la M-30 al Ayuntamiento. Adem¨¢s, la obra se troce¨® en 19 tramos. El m¨¢s largo ten¨ªa cuatro kil¨®metros y 900 metros. Casualmente, a partir de cinco la ley madrile?a obliga a realizar un informe de impacto. "Es la estrategia del salchich¨®n", ironiza Francisco Segura, de Ecologistas en Acci¨®n. Seg¨²n ¨¦l, "el incumplimiento es clar¨ªsimo".A pesar de las tretas municipales, los eurodiputados y el propio Segura sentencian que "la ley europea prevalece". Y la ley dice que hay que hacer la declaraci¨®n medioambiental, olvidada por Gallard¨®n.
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