Las letras est¨¢n que se salen
El dise?o gr¨¢fico y la tipograf¨ªa toman formas tridimensionales
Salirse del papel y trabajar las tres dimensiones en un ejercicio creativo y manual al estilo "h¨¢ztelo t¨² mismo" es una de las tendencias m¨¢s extendidas entre los dise?adores gr¨¢ficos j¨®venes. Quiz¨¢ por demostrar que saben algo m¨¢s que manejar software o tal vez porque, ante el predominio de lo digital, buscan ver sus dise?os gr¨¢ficos plasmados en objetos tangibles.
Tipograf¨ªas hechas con bandejas de carne picada o en papel con un revisado estilo origami son dos de los ejemplos m¨¢s palpables (nunca mejor dicho) de una tendencia que est¨¢ arrastrando tambi¨¦n a ilustradores, estilistas y artistas.
En los ¨²ltimos a?os se ha asistido al paso en dise?o gr¨¢fico de una est¨¦tica limpia y perfecta a la ornamentaci¨®n. Primero, mediante elegantes juegos de tipograf¨ªas con remate. Despu¨¦s, introduciendo elementos decorativos como plantas y flores en silueta, algo que empez¨® como tendencia y ha terminado hasta en la sopa.
Un libro publicado recientemente por la editorial alemana Die Gestalten Verlag, especializada en libros sobre dise?o y especialista en detectar tendencias, recopila m¨²ltiples muestras de este giro hacia las tres dimensiones y su interacci¨®n con otras disciplinas. El volumen se llama Tactile y se hace eco de interesantes ejemplos de estas intromisiones que ponen de relieve, de nuevo nunca mejor dicho, una liberaci¨®n de formas y un gusto por lo hecho a mano.
Sus editores encuadran sus ra¨ªces en los a?os sesenta. No se puede decir que sea completamente nuevo. Daniel Gil ya practicaba este tipo de composiciones en sus famosas portadas para Alianza Editorial. M¨¢s recientemente, Jaime Hay¨®n convirti¨® sus mu?ecos en expositores tridimensionales para mostrar su perfil gr¨¢fico. Tactile muestra trabajos similares a ¨¦stos.
En este af¨¢n por experimentar con las tres dimensiones, Tactile recoge trabajos de dise?adores gr¨¢ficos, publicitarios y estilistas que han construido a mano tipograf¨ªas, los elementos de un cartel o los objetos utilizados en el estilismo de fotograf¨ªas y bodegones. Virutas de lapiceros, listones de madera, ma¨ªz, pelotillas de tela, ladrillos y, sobre todo, papel han sido utilizados para dise?ar todo tipo de tipograf¨ªas. En la elaboraci¨®n de carteles, los elementos se dibujan a mano o se imprimen y despu¨¦s se recortan para realizar un collage o un montaje que fotografiado posteriormente se convertir¨¢ en un p¨®ster. Una forma de trabajar un tanto deconstructiva, que dir¨ªa Ferran Adri¨¤.
Tactile tambi¨¦n re¨²ne ejemplos de esta tendencia aplicada a objetos y productos. Entre los m¨¢s representativos est¨¢n las bolsitas y almohadones de Emma Ferguson impresos con objetos existentes pero dibujados: cintas de m¨²sica, consolas port¨¢tiles y hasta los mensajes de error que emit¨ªan antiguos sistemas operativos.
El libro dedica tambi¨¦n dos cap¨ªtulos a instalaciones de interior y exterior. Aqu¨ª se incluyen los trabajos m¨¢s art¨ªsticos as¨ª como escenarios plagados de referencias gr¨¢ficas. Una l¨¢mpara de cristal de techo con forma de calavera y con unas tibias cruzadas como el icono de Peligro veneno o infinitas muestras de arte callejero que realizan juegos tipogr¨¢ficos con las cercas urbanas de acero, pintan composiciones gr¨¢ficas en las antenas parab¨®licas, hacen emerger tri¨¢ngulos de fachadas o bocadillos de c¨®mic en un edificio de viviendas y hasta inundan con tremendas flechas la ciudad.
Otros artistas, a menudo vinculados con la moda, como Nagi Noda, realizan tremendos peinados en forma de garras que rodean un cuello, una melena que se confunde con un plato de espaguetis o que representa todo un zoo sobre la cabeza.
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