La poes¨ªa sobre tapices de Olga de Amaral
Los tapices de Olga de Amaral (Bogot¨¢, 1932) cuelgan de las paredes del Metropolitan de Nueva York y de numerosas galer¨ªas europeas y americanas. Sus obras enlazan las ra¨ªces de la cultura precolombina y colonial. Con tejidos puros como base, Amaral ofrece en cada una de sus piezas la esencia de la memoria de su pa¨ªs. El Centro Cultural Casa de Vacas de Madrid ofrece estos d¨ªas una retrospectiva en la que se incluyen 62 tapices y dos instalaciones.
Rodeada de estelas de oro suavemente iluminadas, Olga de Amaral explica que el oro est¨¢ asociado a toda su memoria cultural. "Era el sol, la vida para el mundo precolombino, pero su luz y color presidieron luego los altares de las iglesias coloniales. Conservo el recuerdo de aquella luz como conservo tambi¨¦n el recuerdo del olor a cera quemada en los templos". Su forma de crear es ¨²nica y dif¨ªcil de clasificar. Sus tapices son una rara mezcla de artesan¨ªa y expresionismo. Fibras naturales y colores puros conforman una obra totalmente original cargada de sensualidad visual. Es consciente de que nadie como ella ha sabido manipular los tejidos para plasmar los m¨¢s sorprendentes paisajes americanos. Con los Andes como gran referente de su imaginario, Amaral crea deslumbrantes piezas con destellos dorados o plateados que presenta en forma de d¨ªpticos o tablas.
Olga de Amaral reconoce que es una rara avis dentro del mundo art¨ªstico, un ejemplar casi arqueol¨®gico. "Ser una artista tejedora suena ex¨®tico en muchos ambientes, pero tambi¨¦n es algo viv¨ªsimo. La esencia de esta forma de expresi¨®n la vemos en los trabajos de muchos indios de Am¨¦rica". El convencimiento de que trabajar con tapices es una de las m¨¢s elevadas formas de crear le viene a De Amaral desde su juventud. De hecho, es la responsable de la creaci¨®n de la primera Escuela del Tapiz en la Universidad bogotana de los Andes. Y nunca ha dejado de investigar y de crear. "El trabajo con los tejidos est¨¢ ligado a la escultura, a la pintura, a la b¨²squeda del color y, sobre todo de la luz", explica. "Este trabajo es todo un compendio art¨ªstico, todo un taller abierto a la experimentaci¨®n".
El espacio con el que ella trabaja est¨¢ ligado a la meditaci¨®n y a la reflexi¨®n. Y la luz es su gran c¨®mplice. En la exposici¨®n que ahora se puede contemplar en Madrid, De Amaral se ha encargado personalmente de que la iluminaci¨®n natural combine de tal manera la artificial que la contemplaci¨®n de sus piezas se transforme en funci¨®n del punto desde el que sean observadas.
La artista colombiana reconoce que la poes¨ªa tiene un protagonismo important¨ªsimo en su obra. Explica que con las telas crea abstracciones cargadas de evocaciones sobre asuntos ancestrales o sobre preocupaciones inmediatas. Esa poes¨ªa est¨¢ cuajada tambi¨¦n de sue?os o de im¨¢genes so?adas. "No trabajo sobre un tema predeterminado. Pero muchas veces me despierto de un extra?o letargo y veo la pieza sobre la que voy a trabajar. Es como si la hubiera so?ado, sin ser consciente de ese sue?o. Yo la he visto en alg¨²n mundo y, de pronto, recreo algo que hab¨ªa imaginado". Olga de Amaral no tiene explicaci¨®n l¨®gica para estas "apariciones" art¨ªsticas, pero lo cierto es que desde hace 45 a?os no para de exponer.
De su Colombia natal salt¨® a Estados Unidos y de este pa¨ªs norteamericano a Europa. Ha protagonizado incontables exposiciones colectivas e individuales. "El objetivo ¨²ltimo de mi trabajo es aportar luz a un mundo en sombras", explica, "creo que lo he conseguido".
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