Con sencillez y humildad
El domicilio de una familia emigrante en la Barcelona de la d¨¦cada de 1970 constaba de varios objetos pop. Como un ¨®leo de una se?ora despechugada con un c¨¢ntaro a cuestas, una Nancy con un traje de sevillana tejido por una se?ora de negro y, entre otras cosas, varias novelas de Plaza & Jan¨¦s en castellano y un extra?o ensayo en catal¨¢n. Era obras de Candel, un ni?o que lleg¨® a Barcelona en 1927, con dos a?itos. Su familia, natural de Casas Altas, se instal¨® en las Casa Baratas, hoy desparecidas. Creci¨® en Montju?c, una monta?a que la dictadura de Primo de Rivera convirti¨® en su ¨²ltimo escaparate urban¨ªstico, dejando sus laderas abandonadas a la nueva velocidad industrial, repletas de barracas que fueron renovando a sus inquilinos hasta casi ayer.
Siempre vivi¨® en su barrio, en el que la Rep¨²blica le dio una instrucci¨®n que ¨¦l resaltaba en sus notas biogr¨¢ficas. Quer¨ªa ser pintor, como su primo, Juan Genov¨¦s. Un cura del barrio le consigui¨® algo parecido. Trabajo como ceramista. Tras varias ocupaciones accedi¨® a la profesionalidad como escritor con su segunda novela, Donde la ciudad pierde su nombre, que estuvo a punto de conseguir un premio hasta que el jurado record¨® que era impublicable. Escribi¨® m¨¢s de 40 libros, la mayor¨ªa publicados durante el franquismo, hecho que modul¨®, en parte, los muchos problemas que sufri¨® su obra, en la que por primera vez aparec¨ªan barrios, registros y situaciones no calculadas en la realidad del momento. Como un nuevo personaje, el emigrante, que recre¨® en los ant¨ªpodas de canon estipulado por Antonio Molina.
Sus problemas con la censura fueron llamativos, tanto durante el franquismo gore como en el sado-maso de la Ley Fraga, que invitaba a los autores a exponer a la censura su obra para evitar problemas futuros. A modo de met¨¢fora, su Han matado un hombre, han roto un paisaje, sufri¨® m¨¢s de 400 cortes. Ser obrero no es ninguna ganga (1968), el primer libro sobre movimiento obrero publicado en el franquismo, le supuso entrar en el top del top. El libro estuvo secuestrado hasta 1972, debido a, Fraga dixit, su car¨¢cter "sectario y la incitaci¨®n a la lucha de clases".
Su libro m¨¢s representativo fue, sin duda, Els altres catalans (1964), un fen¨®meno editorial y sociol¨®gico que abri¨® una nueva percepci¨®n ante la emigraci¨®n y la sociedad que la recib¨ªa, una suerte de espejo que excit¨® a la sociedad a mirarse tal como era, y a explorar su transversalidad. En su elaboraci¨®n fue importante la participaci¨®n de Jordi Pujol, que aport¨® mucha informaci¨®n, as¨ª como la de Joan Revent¨®s, futuro l¨ªder del PSC, quien consider¨® la redacci¨®n del libro tan importante como para facilitar a Candel 12.000 pesetas de la ¨¦poca para que s¨®lo se concentrara en el proyecto. El libro tambi¨¦n le supuso el primer viaje al extranjero, a Francia. El PSUC le pag¨® el billete para explicar al exilio una sociedad que no ve¨ªa desde hac¨ªa 25 a?os.
Su relaci¨®n con el PSUC se fue estrechando en la d¨¦cada posterior. En 1977 acept¨® la invitaci¨®n de L¨®pez Raimundo, Revent¨®s y Com¨ªn de ser candidato al Senado, junto a Benet y Cirici, en una lista conjunta de toda la izquierda catalana. Fueron los senadores m¨¢s votados en la historia de la democracia espa?ola. De aquella experiencia naci¨® Un charnego en el Senado. En 1979 fue el candidato del PSUC en las municipales de L'Hospitalet de Llobregat. Candel, a trav¨¦s de su Un ayuntamiento llamado Ellos, parec¨ªa no tener especial buen recuerdo de su etapa pol¨ªtica. Posteriormente mantuvo una actitud independiente y personal dentro de la izquierda. En las ¨²ltimas elecciones, as¨ª, dio su apoyo relajado a ERC.
En sus ¨²ltimos a?os, Candel recibi¨® honores. En su barrio hay una biblioteca con su nombre. La Generalitat de Pujol le otorg¨® la Medalla d'Or, m¨¢xima condecoraci¨®n civil. Tambi¨¦n vio nacer la Fundaci¨®n Paco Candel, que autodefine su funci¨®n como la de "apoyar a las personas inmigradas que vienen a Catalu?a en su proceso de integraci¨®n en la sociedad catalana, para compartir el bienestar social y laboral, la igualdad de oportunidades, la cultura y la lengua". Con Candel desaparece el m¨¢ximo icono de una sociedad que tiende a ver en el uso de la lengua un problema y, tal vez, el gran responsable de que la catalana sea una de las pocas sociedades biling¨¹es europeas que no se estructura en comunidades ling¨¹¨ªsticas. Dos cosas dif¨ªciles que, parad¨®jicamente, s¨®lo pueden hacerse con sencillez y humildad.
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