El tablero ¨¦tnico de Pakist¨¢n
Los conflictos entre las nacionalidades amenazan con desintegrar el pa¨ªs
En su bufete de Islamabad, vestido a la occidental y en un ingl¨¦s perfeccionado durante sus estudios en Oxford, el letrado Iftijar advierte de que los bombardeos indiscriminados del Ej¨¦rcito paquistan¨ª sobre las zonas tribales fronterizas con Afganist¨¢n y pobladas por pastunes terminar¨¢n por romper el pa¨ªs. "No estamos dispuestos a convertirnos en el chivo expiatorio de la alianza contra el terror de EE UU y Pervez Musharraf. La venganza es uno de los cuatro pilares del c¨®digo past¨²n y la paciencia de nuestro pueblo tiene un l¨ªmite".
Musharraf esgrime la amenaza de la talibanizaci¨®n para defender su pol¨ªtica
Los 2.912 kil¨®metros que separan India y Pakist¨¢n, dos Estados nucleares desde 1998, siguen siendo, pese al alto el fuego acordado en 2004, la zona m¨¢s militarizada del mundo. Los expertos temen que pueda volver a incendiarse por una chispa del fuego que alienta el extremismo isl¨¢mico y sus lazos con las mafias de la droga y del tr¨¢fico de armas. Hoy por hoy, la situaci¨®n se ha vuelto explosiva en la llamada Provincia Fronteriza del Noroeste (NWFP), una de las cuatro que forman Pakist¨¢n junto con Baluchist¨¢n, Punjab y Sind. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n de la NWFP es past¨²n, etnia que agrupa al 15,9% de los 165 millones de paquistan¨ªes.
Los pastunes nunca reconocieron la L¨ªnea Durand, la frontera de 2.430 kil¨®metros que separa a Pakist¨¢n de Afganist¨¢n y que los talibanes y Al Qaeda han convertido en uno de los mayores focos de tensi¨®n del mundo. Trazada por el Imperio Brit¨¢nico en 1893 despu¨¦s de dos guerras contra Afganist¨¢n que acabaron en tablas, la L¨ªnea Durand divide a los pastunes: 27 millones en Pakist¨¢n (dos millones de refugiados afganos) y 12 millones en Afganist¨¢n, donde son el 42% de la poblaci¨®n.
El estado de excepci¨®n decretado el d¨ªa 3 por Musharraf es utilizado para bombardear el valle de Suat, donde se han hecho fuertes miembros de Al Qaeda y militantes de la ilegal Alianza para la Imposici¨®n de la Ley Isl¨¢mica (TNSM). La TNSM, dirigida por el cl¨¦rigo protalib¨¢n Fazlul¨¢, proh¨ªbe el urdu, la lengua nacional de Pakist¨¢n, y aboga por un Pastunist¨¢n independiente gobernado por la ley cor¨¢nica.
El abogado, que prefiere que no se mencione su apellido, dice que "el honor, la hospitalidad y la sumisi¨®n del vencido al vencedor" son otros principios que gobiernan la etnia desde miles de a?os antes de abrazar el islamismo. A?ade que los pastunes son los m¨¢s democr¨¢ticos, al menos en lo que se refiere a los varones, -las mujeres no cuentan-, porque sus decisiones se toman por unanimidad del Consejo de Respetables (Loya Yirga).
Este c¨®digo moral, muy respetado por las tribus, frena el avance de las tropas de Musharraf por las FATA (?reas Tribales de Administraci¨®n Federal), zonas en las nunca antes se adentr¨® ni Ej¨¦rcito paquistan¨ª ni el del Imperio brit¨¢nico. Las FATA, con 3,5 millones de habitantes, son hist¨®ricamente un territorio ind¨®mito de guerreros bandoleros y contrabandistas, que cabalgaron entre la civilizaci¨®n persa y la india. Ahora es el caldo de cultivo del integrismo isl¨¢mico.
Los bombardeos del Ej¨¦rcito exacerbaron el sentimiento de desarraigo y sirvieron sobre todo, seg¨²n el periodista Shamin ur Rehman, del diario Dawn, para permeabilizar otras ¨¢reas de NWFP y de Punjab.
La filtraci¨®n de grupos armados en la provincia m¨¢s rica de Pakist¨¢n y su eventual intento de desestabilizar Punjab representan uno de los mayores miedos del Gobierno. Esta amenaza de talibanizaci¨®n es la que esgrime Musharraf para defender su pu?o de hierro contra los militantes. Pero, el Ej¨¦rcito est¨¢ dominado por los panyabis, igual que la Administraci¨®n, lo que agrava el malestar de pastunes, baluchis y sindis y alienta las aspiraciones independentistas de sus movimientos nacionalistas.
El general retirado Masud Talal, que defiende la democratizaci¨®n de Pakist¨¢n para frenar la violencia que dej¨® cerca de 1.000 muertos en los ¨²ltimos seis meses, sostiene que las fuerzas contrarias a la unidad del pa¨ªs se alimentan de la represi¨®n. Sin embargo, seg¨²n el antrop¨®logo Adam Nayar, el detonante de la inestabilidad actual no es la divisi¨®n ¨¦tnica de Pakist¨¢n, sino "la ruptura del sistema tradicional que ha impuesto la globalizaci¨®n, un fen¨®meno que Pakist¨¢n a¨²n no ha digerido".
Baluchist¨¢n, la mayor provincia paquistan¨ª, apenas cuenta con 10 millones de habitantes -el 60% baluchis y el resto pastunes-, pero guarda en su subsuelo enormes reservas de gas. Con 909 kil¨®metros de frontera con Ir¨¢n y el resto con Afganist¨¢n, los nacionalistas baluchis han estado siempre aislados y tienen una larga lista de agravios contra el poder central paquistan¨ª. En los a?os setenta, los intentos del entonces primer ministro Zulfikar Al¨ª Bhutto de poblar las tierras baluchis con panyabis e hindis desat¨® una revuelta armada baluchi aplastada brutalmente. El derrocamiento de los talibanes, cuyo feudo era Kandahar, a medio centenar de kil¨®metros de Queta, la capital baluchistana, hizo que huyeran a esta provincia paquistan¨ª cientos de dirigentes del antiguo r¨¦gimen y de Al Qaeda.
Musharraf aprovech¨® la coyuntura para emplearse a fondo en limpiar la zona tanto de militantes procedentes de Afganist¨¢n como de las distintas guerrillas independentistas baluchis. El pasado mi¨¦rcoles, fue decretado el toque de queda en Queta para evitar una matanza tras la muerte, en extra?as circunstancias, del l¨ªder del ilegal Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Baluchist¨¢n, Nawabzada Balach Marri.
Sind es la provincia m¨¢s multi¨¦tnica. En ella est¨¢n ampliamente representadas todas las nacionalidades, adem¨¢s de los mohayirs, que son de origen indio y lengua urdu. Los sindis no llegan al 60% de los 57 millones de habitantes. El movimiento independentista se nutre de los frecuentes enfrentamientos entre sindis y mohayirs. Los primeros son terratenientes y campesinos, mientras que los segundos son mayoritarios en las ciudades y han dejado atr¨¢s con sus logros econ¨®micos a los sindis.
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