Inspirar y expirar
No es verdad lo que asegura esa sentencia tan querida de algunos nacionalistas, "El nacionalismo se cura viajando". Alguien que considere desinteresadamente tal aserto debiera sospechar que sea tan popular cuando nadie sabe bien qui¨¦n la pronunci¨® ni cu¨¢ndo ni d¨®nde ni por qu¨¦. Unos dicen que P¨ªo Baroja; otros, que Miguel de Unamuno. Sin quitarle a cada uno sus m¨¦ritos concretos, vaya par de europe¨ªstas e internacionalistas. El caso es que esa frase se pronuncia siempre como instrumento para combatir ideol¨®gicamente al que piensa o es distinto.
Porque el nacionalismo no es una enfermedad, sino una perspectiva pol¨ªtica que debe ser valorada en su contexto hist¨®rico, social e incluso geogr¨¢fico. Con el nacionalismo, como con casi todas las cosas, depende, ya que hay tantos nacionalismos como pa¨ªses y, quiz¨¢, como personas. No es el mismo nacionalismo el de Gandhi que el de Nelson Mandela que el de Aznar, Chavez, Bush, Ibarretxe, Putin... Son todos distintos.
Galicia en estos a?os se autorreferenci¨®, vivi¨® para s¨ª m¨¢s que nunca desde hace cinco siglos. Otra cosa es qu¨¦ Galicia se cre¨®
Tenemos un mercado interno propio, pero no exportamos. O abrimos el mercado o no hay futuro
Pero sin duda que -se piense lo que se piense y se mire como se mire- el viajar es salud, ense?a. Viajar gratis deber¨ªa ser extensivo a toda la poblaci¨®n (?Inserso para todas las edades!), aunque depende de a d¨®nde se viaje, pues si uno va a un pa¨ªs muy burro volver¨¢ haciendo burradas (Algunos ya llegan siendo burros, como los hooligans). Pero en general habr¨ªa que viajar al menos una vez en la vida: el viaje forma ciudadan¨ªa y hace que volvamos con algo aprendido y, en los mejores casos, con ganas de importar mejoras. Pero, sobre todo, viajar hace que veamos verdaderamente nuestro propio pa¨ªs, que lo veamos tambi¨¦n desde fuera. Galicia necesita eso.
En realidad lo necesita todo el Estado espa?ol, pues aunque el Estado de las autonom¨ªas trajo a todos indudables beneficios, tambi¨¦n es cierto que toda luz tiene su sombra y que agudiz¨® algunos defectos. La autonom¨ªa con su administraci¨®n propia y con su presupuesto, millones de euros, cre¨® espacios pol¨ªticos, sociales, econ¨®micos e ideol¨®gicos propios.
Galicia en estos a?os se autorreferenci¨®, vivi¨® para s¨ª m¨¢s que nunca desde hace cinco sigloe. Otra cosa es qu¨¦ Galicia se cre¨® en estos a?os, con muchos componentes reaccionarios y castradores, pero sin duda hemos creado una conciencia de nosotros, de pa¨ªs un poco menos dependiente, m¨¢s autocentrado.
Y nos miramos m¨¢s el ombligo. Tenemos nuestro, ¨²nico, canal de televisi¨®n y radio y un peque?o mercado propio para algunas cosas; hay generaciones que ya estudiaron algo de historia y lengua de su pa¨ªs. Y claro que necesitamos celebrar lo nuestro y darnos ¨¢nimos, como todo quisque. Pero puede que empecemos a creer que es posible la autosuficiencia. Aunque fuese posible, que no lo es nunca para nadie, tampoco ser¨ªa buena. La vida es inspirar y expirar, importar y exportar. No son cosas contrarias, son complementarias. No nos enga?emos, todav¨ªa exportamos poco. Y ser¨ªa ideal que lo que exportemos llevase acompa?ando al producto la etiqueta de "producto galego". Eso enriquecer¨ªa no s¨®lo al exportador, sino tambi¨¦n al pa¨ªs. Importamos como gallegos, pero no exportamos como gallegos.
Pensaba en eso mientras aguardo para ir al servicio en el restaurante Tragaluz de Barcelona y contemplo la vitrina de botellas expuestas. Repaso y repaso la vitrina -hay uno que est¨¢ tardando-, debe haber cerca de 50 botellas pero ning¨²n vino gallego. Aqu¨ª sabemos lo que ha ocurrido con nuestros vinos en los ¨²ltimos a?os, que ten¨ªamos algunos que eran excelentes, que hab¨ªan deca¨ªdo totalmente y que ahora hemos recuperado su excelencia. Pero fuera de aqu¨ª no se han enterado a¨²n.
Tenemos un mercado interno propio, pero no exportamos. El mercado existente permite que viva lo que hay, pero no da posibilidades de crecer. O abrimos el mercado o no hay futuro. Nos ayudar¨ªa enormemente si fu¨¦semos capaces de comunicar al mundo, empezando por Espa?a, otros contenidos de la palabra Galicia. Que fuese tambi¨¦n una marca comercial atractiva, garant¨ªa de calidad.
Ahora llaman a la puerta. Es una caja de botellas de vino blanco, exquisito R¨ªas Baixas o Ribeiro, forma parte de la campa?a de vino etiquetado en gallego. Fortalece el espacio interior, el mercado interno, no habr¨¢ m¨¢s remedio que beberlo. Ojal¨¢ tambi¨¦n se beba fuera y proyecte de paso una lengua, un pa¨ªs. ?ste. Hip.
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