Guateque en Madrid

El juez Santiago Torres ratific¨® el viernes la orden de prisi¨®n dictada contra cinco implicados en la Operaci¨®n Guateque, la trama de corrupci¨®n descubierta en el Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el PP desde hace a?os. Con esta decisi¨®n judicial queda patente la gravedad de los delitos presuntamente cometidos por una red de funcionarios y empresarios que convirti¨® la concesi¨®n de licencias municipales para locales comerciales y de ocio en un lucrativo negocio privado. La intervenci¨®n judicial llega despu¨¦s de largos a?os de indicios desatendidos acerca de la arbitrariedad con la que actuaba el Ayuntamiento. Seg¨²n han descubierto ahora las investigaciones de la polic¨ªa, el inextricable laberinto de la burocracia municipal era, en realidad, la pantalla detr¨¢s de la que se escond¨ªa la extorsi¨®n a quienes deseasen habilitar locales para determinado tipo de negocios.

Sorprende la ineficacia de los controles legales y administrativos existentes en un Ayuntamiento como el de Madrid, cuya gesti¨®n afecta a una de las econom¨ªas m¨¢s importantes del pa¨ªs y a un volumen de ciudadanos mayor que el de algunas comunidades aut¨®nomas. La inercia suele ser el peor enemigo de los organismos encargados de velar por la legalidad y la transparencia de las actuaciones p¨²blicas, puesto que convierte en rutina burocr¨¢tica lo que deber¨ªa ser un mecanismo para verificar de forma permanente la estricta correspondencia entre la realidad y su reflejo administrativo. En el fraude desmontado por la Operaci¨®n Guateque resultar¨ªa dif¨ªcil hablar de inercia, puesto que, adem¨¢s de no existir o no funcionar los controles, tampoco se tramitaron las denuncias de los pocos ciudadanos que se atrevieron a plantar cara al chantaje. Funcionarios sobre los que hab¨ªa reca¨ªdo alg¨²n g¨¦nero de sospechas fueron mantenidos en sus puestos, e incluso promocionados.

El Ayuntamiento de Madrid ha reaccionado person¨¢ndose en la causa judicial abierta por este caso de corrupci¨®n en la concesi¨®n de licencias municipales. Es una respuesta efectista, que intenta dejar patente la diferencia entre la forma de actuar de la instituci¨®n y la de algunos de sus funcionarios. Pero es, en cualquier caso, una respuesta que no puede excusar la determinaci¨®n de responsabilidades m¨¢s all¨¢ de las que fijen los tribunales de justicia. Este entramado de turbios intereses y manejos, prolongado durante a?os, ha colocado a muchos peque?os empresarios ante la disyuntiva de aceptar el chantaje o contemplar la ruina de su negocio. Por otra parte, el descubrimiento de las componendas de los funcionarios implicados tambi¨¦n acaba colocando bajo sospecha las licencias en vigor, multiplicando los efectos perversos de su comportamiento.

Es una trama compuesta por un elevado n¨²mero de implicados y que ha gozado de una llamativa impunidad. El Ayuntamiento no puede mirar hacia otro lado, como si este esc¨¢ndalo le fuese ajeno.