El traje diplom¨¢tico se queda estrecho
Exteriores se ha reforzado s¨®lo con 240 funcionarios de carrera en 30 a?os
En el temario de las oposiciones a la carrera diplom¨¢tica llama la atenci¨®n un ep¨ªgrafe, perdido entre referencias a tratados internacionales: "La percepci¨®n de la diplomacia en la opini¨®n p¨²blica". Por suerte, el temario se hizo mucho antes de que la crisis con Marruecos o el incidente con Venezuela colocaran a Espa?a en el ojo del hurac¨¢n. "Somos conscientes de que se est¨¢ hablando mucho de nosotros, y de forma cr¨ªtica. Hay que aceptarlo", dice el director de la Escuela Diplom¨¢tica, Andr¨¦s Collado.
Aqu¨ª, en un espacioso chal¨¦, junto a la Ciudad Universitaria de Madrid, se forman los diplom¨¢ticos. O, mejor dicho, reciben el ¨²ltimo barniz, con unos meses de pr¨¢cticas, la treintena de j¨®venes (¨²ltimamente las plazas convocadas han subido a 50) que aprueban las dur¨ªsimas oposiciones. Son chicos y chicas de aspecto normal, como los que se cruzan atropelladamente con la periodista en la verja de acceso. ?Mantendr¨¢n la misma determinaci¨®n y empuje en la defensa de los intereses de Espa?a en el extranjero?
"Ning¨²n Gobierno ha hecho tanto por la diplomacia como ¨¦ste", dice Cardona
Un c¨®nsul adjunto gana 9.000 euros mensuales por estar en el extranjero
Puede que s¨ª. Aunque la diplomacia obedece, en ¨²ltima instancia, a las directrices pol¨ªticas del Ejecutivo. Por eso, los ¨²ltimos incidentes han dado munici¨®n a la oposici¨®n para criticar al responsable de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, diplom¨¢tico de carrera. M¨¢s all¨¢ de la guerra pol¨ªtica, la calle vuelve a hacerse la pregunta: ?Tiene Espa?a, octava econom¨ªa mundial, con un mill¨®n de ciudadanos en el extranjero, y que exporta al a?o diez millones de turistas, la diplomacia que se merece?
"El servicio exterior ha cambiado mucho. Estamos afrontando la primera reforma a fondo", responde Jos¨¦ Ram¨®n Bara?ano, que supervisa las 117 embajadas -hay otras 10 en organismos permanentes-. "Se est¨¢n abriendo 12 nuevas embajadas y ocho consulados". La mayor parte en Iberoam¨¦rica, ?frica y Asia-Pac¨ªfico, una regi¨®n con inmenso futuro en la que Espa?a apenas tiene visibilidad. Pese a ese esfuerzo, el mapa del despliegue diplom¨¢tico sigue siendo irregular.
Casi una cuarta parte de nuestros diplom¨¢ticos viven en la milla de oro europea, entre Bruselas, Berna, Berl¨ªn, Londres, Copenhague y Par¨ªs, mientras, hasta Iberoam¨¦rica, una prioridad diplom¨¢tica, presenta deficiencias. El grueso de las 25 embajadas en la zona son de categor¨ªa media-baja, con un embajador y dos diplom¨¢ticos.
"En Argentina nos supera la Embajada del Reino Unido", dice Gonzalo de Benito, embajador, que elabora un mapa de nuestras fuerzas diplom¨¢ticas. "La penuria de medios humanos es grande. En 1976 hab¨ªa 655 diplom¨¢ticos y ahora somos 895. En el ministerio s¨®lo somos 1.500 personas". Cifra a la que hay que sumar las 4.500 que trabajan para Exteriores fuera, 500 de ellas diplom¨¢ticos.
En cada embajada, que se articula como un minigobierno, hay adem¨¢s consejeros dependientes del Ministerio de Trabajo, de Educaci¨®n o de Defensa. Todos a las ¨®rdenes del embajador, piedra angular de la representaci¨®n diplom¨¢tica. "La vida de una embajada tiene poco que ver con lo que la gente piensa", dice un ex diplom¨¢tico que pide anonimato. "La mayor parte de las energ¨ªas se consumen en el mantenimiento de la propia estructura". Es decir, en enviar trimestralmente los justificantes necesarios para el descuento del IVA, o de los impuestos de la gasolina (las embajadas est¨¢n exentas), o en rellenar las peticiones para conseguir bol¨ªgrafos, o nuevos tel¨¦fonos, en un infatigable trasiego burocr¨¢tico.
?Conseguir¨¢ la reforma en marcha aligerar tanto papeleo? Est¨¢ por ver. Lo que no ha conseguido es flexibilizar los criterios de acceso a la carrera en materia de idiomas. S¨®lo franc¨¦s e ingl¨¦s cuentan. "No se potencian el ¨¢rabe ni el chino mandar¨ªn, tan necesarios en estos momentos", dice una persona que ha trabajado d¨¦cadas en el servicio exterior. "Los diplom¨¢ticos viven pendientes del bombo". Pendientes de los sorteos de destinos, con la mira puesta en el escalaf¨®n, so?ando con llegar a la cima, con tomar las riendas de una buena embajada. Mientras llega el momento, los funcionarios van saltando de un puesto a otro, siempre con el paraca¨ªdas de los buenos sueldos.
Un c¨®nsul adjunto gana m¨¢s de 9.000 euros mensuales por estar en el extranjero. ?Cu¨¢nto puede ganar un embajador? Imposible averiguarlo. Las cifras oscilan mucho dependiendo de diversos factores, aseguran en Exteriores. ?Y se eval¨²a su trabajo? "Evaluaci¨®n como tal no hay. Aunque se sabe lo que un embajador ha hecho o ha dejado de hacer", dice un portavoz de la OID.
Claro que el servicio exterior arrastraba desde hace a?os grandes deficiencias. Tantas, que el Gobierno de Zapatero opt¨® por hincarle el diente a una reforma en profundidad. El diplom¨¢tico Melit¨®n Cardona se encarg¨® de examinar al enfermo y de hacer un diagn¨®stico. En ¨¦l hab¨ªa un poco de todo: necesidad de cambios en la formaci¨®n; de un redespliegue de nuestras fuerzas, demasiado concentradas en Europa; de una mejor dotaci¨®n de las legaciones, en medios humanos y econ¨®micos, etc¨¦tera. Cardona se declara "razonablemente satisfecho" de lo conseguido. "Ning¨²n Gobierno hab¨ªa hecho tanto por reforzar el servicio exterior como ¨¦ste", dice Cardona, embajador en Dinamarca. Y cita, por ejemplo, el aumento espectacular en los Presupuestos, aunque el grueso de los 3.400 millones de euros destinados a Exteriores ir¨¢ a cooperaci¨®n internacional. As¨ª es que sus funcionarios seguir¨¢n quej¨¢ndose de falta de medios. Y Espa?a seguir¨¢ sinti¨¦ndose un poco estrecha en su traje diplom¨¢tico oficial.
Marruecos, la estrella
La Embajada n¨²mero uno por orden de importancia para Exteriores ser¨ªa Marruecos, seg¨²n el embajador Jos¨¦ Ram¨®n Bara?ano. ?Razones? Es uno de los pa¨ªses en el que Espa?a tiene m¨¢s intereses, y m¨¢s contenciosos abiertos. Estos ¨²ltimos vienen de inmediato a la mente: la inmigraci¨®n irregular procedente de Marruecos, el control de los flujos de subsaharianos y, por supuesto, Ceuta y Melilla. Pero en Rabat, el embajador no es un diplom¨¢tico de carrera, sino un pol¨ªtico. ?C¨®mo se debe interpretar este detalle? De ninguna manera especial, seg¨²n Gonzalo de Benito. "En todos los pa¨ªses hay una cuota de embajadores pol¨ªticos, ajenos a la carrera diplom¨¢tica. En estos momentos, Espa?a tiene nueve". Algunos en embajadas de m¨¢ximo rango. Adem¨¢s de la de Rabat, dirigida por Luis Planas, hay un pol¨ªtico en la legaci¨®n ante la Santa Sede, Francisco V¨¢zquez, y otro en la de Washington. En este caso, el embajador, Carlos Westendorp, es un diplom¨¢tico jubilado, al que le ha ca¨ªdo la patata caliente de avivar los l¨¢nguidos contactos con la superpotencia.
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