M¨¢s felices, pero sin fuerzas
Los espa?oles dan un notable a sus vidas en la Encuesta Social Europea
La felicidad es el gran objetivo de nuestras vidas, aunque nadie ha sido capaz de definirla y, mucho menos, de medirla y sopesarla. Nadie, salvo los expertos en demoscopia, decididos a trazar con sus estad¨ªsticas el perfil sensible de los ciudadanos. El ¨²ltimo ensayo en este sentido es el de la Encuesta Social Europea, a cuya 3? edici¨®n, que se presenta esta semana, ha tenido acceso EL PA?S.
El sondeo viene a ser una radiograf¨ªa de las relaciones de los europeos con sus respectivos pa¨ªses, a trav¨¦s de la puntuaci¨®n que otorgan a las principales instituciones y servicios sociales. Y en ¨¦l, los espa?oles se sit¨²an en la zona alta del listado cuando se aborda la escurridiza cuesti¨®n de la felicidad.
"Admitir infelicidad es aceptar el fracaso", dice el soci¨®logo Bericat
Los espa?oles aparecen como los europeos con menos energ¨ªas
Otra cosa es interpretar los resultados. Por ejemplo, el 7,6 de puntuaci¨®n media en felicidad, y 7,4 en satisfacci¨®n ante la propia vida que se otorgan los espa?oles, ?responde a la realidad? ?Hasta qu¨¦ punto hay que creer en la sinceridad de los entrevistados? "La encuesta es muy seria", responde Mariano Torcal, coordinador para Espa?a del macrosondeo, y profesor de la Universidad Pompeu Fabra. "Aunque se hizo entre octubre de 2006 y marzo de 2007, con la econom¨ªa m¨¢s boyante".
Pese al entusiasmo con el que juzgan su situaci¨®n personal, a la pregunta de si se han sentido rebosantes de energ¨ªas la ¨²ltima semana, la abrumadora mayor¨ªa de espa?oles responde que no mucho. Hasta el punto de que estamos a la cola de todos los pa¨ªses en esta pregunta. ?No hay una contradicci¨®n aqu¨ª? Si la felicidad implica plenitud, en alguna medida, ?se puede ser feliz sin fuerzas?
"Las contradicciones son constantes en las encuestas", dice el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Aut¨®noma de Madrid Jos¨¦ Enrique Alonso. "Hay una tendencia a declararse feliz, relacionada con un cierto acoplamiento a nuestra sociedad del bienestar". Alonso no cree que haya que tomarse estos resultados al pie de la letra. "La gente, al responder, tiene en cuenta adem¨¢s la posici¨®n de su pa¨ªs en el contexto mundial". Es decir, que relativiza un poco sus sensaciones de fastidio cotidiano reconociendo que al fin y al cabo vive en un pa¨ªs del Primer Mundo.
Hay otra raz¨®n para declararse feliz. "Admitir en una encuesta infelicidad es aceptar el fracaso ante el encuestador y eso genera violencia a la persona que responde", opina Eduardo Bericat, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de Sevilla. "No olvidemos que cuando nos preguntan sobre aspectos ¨ªntimos de nuestra vida, tendemos a maquillarla, preferimos aparecer como personas normales, dentro de la media general".
Despu¨¦s de todo, "la felicidad es un valor y un objetivo". Y, por lo que parece, no es incompatible con un cierto grado de dificultad en el d¨ªa a d¨ªa. Eso explicar¨ªa por qu¨¦ la falta de energ¨ªas no empa?a la buena nota que damos en la encuesta a nuestras vidas. M¨¢s bien al contrario, es la felicidad lo que agota. "La gente no renuncia a disfrutar de la vida, pese a los largos horarios de trabajo. Nos hemos sumado encantados a esa cultura posmoderna del ocio. Y eso provoca una merma evidente del descanso", dice Bericat.
Y, ?c¨®mo se explica entonces que declaremos dormir bien, estar tranquilos y animados? ?Tiene algo que ver en ello el recurso a las drogas legales e ilegales? Datos recientes del Observatorio Europeo de las Drogas coloca a Espa?a a la cabeza entre los pa¨ªses consumidores de coca¨ªna (un estimulante) y hach¨ªs.
Hay, todav¨ªa, otra respuesta llena de implicaciones en el sondeo: los espa?oles se declaran poco absorbidos por lo que hacen. ?Explicar¨ªa este detalle nuestra baja productividad? A Ignacio Buqueras, presidente de la Fundaci¨®n Independiente y de la Comisi¨®n para la Racionalizaci¨®n de los Horarios espa?oles, le parece que s¨ª. "No ponemos atenci¨®n en nuestro trabajo, y por eso, nuestra productividad sigue bajando aunque tenemos las jornadas laborales m¨¢s largas de Europa". Y es que, insiste este empresario catal¨¢n, "no damos importancia a la gesti¨®n del tiempo".
Un tema esencial que ¨¦l quiere introducir en la pr¨®xima campa?a electoral. "Les hemos mandado las conclusiones de nuestro II Congreso a todos los grupos pol¨ªticos con representaci¨®n parlamentaria, para que incluyan este objetivo de racionalizaci¨®n de horarios en sus programas". Una prueba de fuego para nuestros pol¨ªticos. Si aceptan el reto ser¨¢ que el tema importa. Y todav¨ªa hay esperanza de que perfeccionemos la felicidad.
Un bono de 12 euros
La Encuesta Social Europea, que se realiza cada dos a?os, promovida por el Instituto Social Europeo y financiada en parte por la Comisi¨®n Europa, es conocida como el Rolls Royce de los sondeos, por su categor¨ªa.
Los datos son todav¨ªa incompletos, porque s¨®lo recogen las respuestas de 20 de los 26 pa¨ªses europeos sometidos a examen, pero muestran una tendencia que tendr¨¢ su impacto en otros estudios.
La muestra seleccionada inicialmente en Espa?a, de 3.290 personas, ten¨ªa todos los ingredientes para resultar perfectamente representativa de la sociedad espa?ola. A los que responden se les regala un bono de 12 euros para gastar en El Corte Ingl¨¦s. Pero qued¨® reducida en la pr¨¢ctica a 1.876 entrevistados. Los dem¨¢s rechazaron participar. "Es un porcentaje alto porque la encuesta es larga. Son muchas preguntas" , explica su coordinador para Espa?a, Mariano Torcal. El resultado es un material fiable al cien por cien, insiste, aunque contradictorio en algunos cap¨ªtulos. Con estos datos en la mano, la posici¨®n de Espa?a en la Base de Datos Mundial sobre Felicidad que elabora el soci¨®logo holand¨¦s Ruut Veenhoven, de la universidad Erasmo de Rotterdam, deber¨ªa subir algunos puestos. En la base de datos del profesor holand¨¦s, Espa?a ocupa una decepcionante posici¨®n, entre los puestos 26 y 28, en una lista de 95 naciones lideradas por Dinamarca.
M¨¢s felices que los espa?oles se declaran los mexicanos, hondure?os, kuwait¨ªes o saud¨ªes, adem¨¢s de la mayor parte de los pa¨ªses de Europa del norte, emparejada, por cierto, con Italia.
Este soci¨®logo lleva a?os estudiando el grado de felicidad de los pueblos, y ha sido capaz de individualizar multitud de elementos que punt¨²an para crear ese sentimiento. Aprehender la felicidad parece casi imposible, pero Veenhoven resalta en su p¨¢gina que en los ¨²ltimos a?os se han realizado m¨¢s de 3.000 trabajos de an¨¢lisis emp¨ªricos sobre el tema.
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