La indeseada derrota del POTA
El Plan de Ordenaci¨®n del Territorio de Andaluc¨ªa (POTA) aprobado mediante Decreto en noviembre de 2006 por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa, tras adaptar su contenido a las Resoluciones aprobadas por el Parlamento, representa un documento normativo de excepcional calidad t¨¦cnica y de una importancia muy relevante para el futuro de nuestra tierra. Ha costado tramitarlo casi 8 a?os, desde que en 1999 se aprobaron las Bases y Estrategias que iniciaron el proceso. A?os empleados en poner de acuerdo sobre los elementos b¨¢sicos de organizaci¨®n y estructura del territorio andaluz, al propio Gobierno de la Junta, a las Diputaciones, Ayuntamientos, empresarios, sindicatos y colectivos de todo tipo. Tambi¨¦n a las fuerzas pol¨ªticas que discutieron su contenido en el Parlamento en sesiones celebradas los d¨ªas 25 y 26 de octubre de 2006.
Este largu¨ªsimo periodo de tramitaci¨®n es muestra de la complejidad de hacer un documento de estas caracter¨ªsticas, con 174 determinaciones con condici¨®n de normas que desarrollan el modelo territorial, las estrategias de desarrollo, la zonificaci¨®n de Andaluc¨ªa, el desarrollo y gesti¨®n de la pol¨ªtica territorial y el programa de actuaci¨®n, que se sintetizan en 220 p¨¢ginas y una treintena de mapas. El POTA supone una concepci¨®n integral del territorio andaluz en todas sus facetas, tanto en la perspectiva del suelo, como del paisaje, las infraestructuras, los equipamientos, la cultura, la econom¨ªa y tambi¨¦n los criterios de crecimiento de los distintos planes de ordenaci¨®n urbana. El Plan pretende establecer una estrategia de desarrollo territorial, que introduzca nuevos elementos que refuercen nuestra competitividad, teniendo en cuenta los elementos econ¨®micos, de cohesi¨®n social y territorial.
Este fant¨¢stico trabajo que debe ser motivo de orgullo para sus redactores e impulsores pol¨ªticos, referente obligado para cualquiera que quiera comprender la Andaluc¨ªa actual y la futura, pretende ser boicoteado o vencido por sectores muy concretos, con la ayuda siempre desinteresada y ecu¨¢nime del PP andaluz, tan atento a la defensa del bien general y tan exquisito en sus planteamientos, que ha prometido derogarlo si gana las pr¨®ximas elecciones.
El detonante de tanto desasosiego y tribulaci¨®n es el contenido de cuatro renglones y medio del apartado 45.4 a) del POTA, que establece que con car¨¢cter general no se admitir¨¢n crecimientos en los PGOU, que supongan incrementos de suelo urbanizable superiores al 40% del suelo urbano existente, ni que supongan aumentos de poblaci¨®n superiores al 30% en ocho a?os.
Las trompetas del Apocalipsis sonaron inmediatamente, todas las cat¨¢strofes caer¨ªan sobre Andaluc¨ªa y su econom¨ªa se hundir¨ªa inmediatamente. De nada ha valido recordar el compromiso de creaci¨®n de 700.000 viviendas, ni la necesidad de un modelo de urbanismo sostenible frente a tanto desm¨¢n y a tanta locura especulativa. De nada ha servido tampoco el compromiso del Presidente de la Junta de flexibilizar el desarrollo de estos crecimientos previstos en los distintos municipios seg¨²n su tama?o, negociado con la Federaci¨®n Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP). Se pretende vencer al POTA y si pudieran, derogarlo. Vencerlo real y medi¨¢ticamente, a pesar de que ya pas¨® por el Parlamento de Andaluc¨ªa y por el Consejo de Gobierno, llev¨¢ndolo ostensiblemente a la mesa de la concertaci¨®n, que tiene su lugar propio y ¨²til, antes de la aprobaci¨®n de las normas por los ¨®rganos democr¨¢ticos elegidos por la ciudadan¨ªa, pero que supondr¨ªa un mensaje alarmante y distorsionador de quien gobierna esta tierra, si se hace torciendo el brazo al Gobierno leg¨ªtimo y pavone¨¢ndose de ello.
La concertaci¨®n no puede vencer al POTA, porque ello supondr¨ªa que el Gobierno se ha vencido a s¨ª mismo. Se puede negociar, desarrollar criterios complementarios sobre el c¨®mputo de los suelos industriales, comerciales o de viviendas protegidas, se puede hablar, acercar posturas, resolver dificultades, pero nunca derrotar a quien los ciudadanos eligen para gobernar. Una rectificaci¨®n o matizaci¨®n inmediata ser¨ªa muy necesaria para evitar el perceptible olor a manzana de los periodos electorales.
Manuel Pezzi es senador del PSOE.
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