El narrador de la frontera
Elmer Mendoza, ganador del Premio Tusquets de Novela, descubre los secretos del narcotr¨¢fico en M¨¦xico
"Hay un lenguaje especial y una forma especial de vivir, aqu¨ª en el Norte, en la frontera. Somos los ricos y el resto del pa¨ªs es pobre, hemos transformado el desierto y los dem¨¢s no han sabido hacerlo, tenemos iniciativas, somos trabajadores y parlanchines". Habla Elmer Mendoza, nacido en Culiac¨¢n (Sinaloa) en 1949. Arturo P¨¦rez-Reverte ha dicho de ¨¦l que es su amigo y su maestro, la cr¨ªtica lo tiene como el narrador que mejor ha sabido recoger el efecto de la cultura del narcotr¨¢fico en M¨¦xico. Gan¨® el martes el III Premio Tusquets Editores de Novela (20.000 euros y una estatuilla dise?ada por Joaqu¨ªn Camps).
El jurado ha sido de excepci¨®n, y ya se sabe que este premio naci¨® con voluntad de calidad y se declar¨® desierto en su primera edici¨®n. Juan Mars¨¦, Almudena Grandes, Jorge Edwards, Evelio Rosero (el ganador del a?o pasado) y Beatriz de Moura (en representaci¨®n de la editorial) han sido quienes decidieron por unanimidad conceder el galard¨®n a Las balas de plata, de Tom¨¢s L¨®pez (seud¨®nimo). Cuando se abri¨® la plica, el autor result¨® ser Mendoza (que public¨® anteriormente en esta editorial El amante de Janis Joplin) y el t¨ªtulo Qui¨¦n quiere vivir para siempre.
"No quiero tener miedo all¨ª donde vivo, as¨ª que s¨®lo cuento e imagino"
El protagonista es Edgar El Zurdo Mendieta, un agente de la polic¨ªa ministerial que se ve embarcado en un caso en el que se suceden los cad¨¢veres. ?Es cosa de los narcos, de los pol¨ªticos, de los miembros de una curiosa secta? Hay mucho dinero, luchas por el poder, a nadie le interesa investigar. Salvo al Zurdo, que nada tiene que perder. "Es un tipo que sufri¨® mucho de ni?o, inadaptado profesionalmente, con mal de amores, un atormentado de los que piensan todo el rato '?qu¨¦ hago yo aqu¨ª?', si merece la pena to be or not to be", explica Mendoza gesticulando y con una sonrisa.
"S¨®lo he querido narrar una historia, ni hacer juicios ni dar ense?anzas morales, no quiero tener miedo all¨ª donde vivo, as¨ª que s¨®lo cuento, imagino y supongo", dice Elmer Mendoza, que reconoce como sus dos maestros indiscutibles a Juan Rulfo y a Fernando del Paso, y en tercer lugar a un poeta, Octavio Paz. "Los narcos han desarrollado una cultura con caracter¨ªsticas propias. La m¨²sica, la forma de vestir, las casas donde habitan son inconfundibles. Influyen en todo. En el mismo lenguaje. Si dicen 'voy a hacer un jale' para referirse a un negocio, una temporada despu¨¦s todos en el Norte hablan de salir a hacer jales". ?No hay mucha corrupci¨®n cuando el dinero entra con tanta facilidad? "?Qui¨¦n dijo que llegaba f¨¢cil? Para nada. S¨®lo se ha aprovechado una oportunidad como hace toda la gente emprendedora. Estamos en la frontera del pa¨ªs que consume m¨¢s drogas del mundo. Pero, f¨ªjese, el 90% de los beneficios se quedan en Estados Unidos".
?Y c¨®mo obtiene la informaci¨®n con la que hace sus libros, d¨®nde se mueve, c¨®mo atrapa esa manera tan especial de hablar? "??pale!", reacciona Mendoza, "¨¦sas son cosas que no se dicen". ?Y las cosas que cuenta, no pueden provocar desconfianza en los narcos? "Me siento bien plantado. Las revelaciones que puede contener mi novela fueron operativas hace ya a?os. Ahora ya todos saben que los narcos ponen la plata que haga falta para que en las elecciones ganen los pol¨ªticos que ellos prefieren y saben tambi¨¦n que no les hace falta colocar su dinero en para¨ªsos fiscales porque coloc¨¢ndolo aqu¨ª obtienen las mismas ventajas. Y costumbres como la que tienen de envolver en mantas a los que liquidan, eso ya ha llegado incluso a las paredes de una galer¨ªa de arte. Ahora las cosas habr¨¢n cambiado del todo. Estos narcos son mesi¨¢nicos. Se preocupan de su gente, la cuidan".
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