El pope de la cocina moderna
El autor estadounidense Harold McGee revoluciona los fogones con un manual que muchas estrellas de la cocina consideran referencia imprescindible
Fue por culpa de un amigo al que las alubias le sentaban mal. Se lo solt¨® en una cena distendida y Harold McGee quiso ayudarle a resolver sus malas digestiones. Ese misterio cambi¨® su vida. El hombre, que iba para profesor de Literatura, se puso a investigar el comportamiento de lo que comemos y pasito a pasito, despu¨¦s de unos a?os, le salieron 800 p¨¢ginas: las que tiene La cocina y los alimentos (Debate).
"Exist¨ªa todo un saber bajo los platos que hab¨ªa que desentra?ar"
"Espa?a ha demostrado c¨®mo debe ser el cocinero del siglo XXI"
Una enciclopedia que desde que se public¨® por primera vez en 1984 hasta ahora, que aparece ampliado y revisado, se ha convertido en la Biblia de la cocina m¨¢s vanguardista, en el manual que cocineros como Ferran Adri¨¤, Heston Blumenthal, Thomas Keller, Arzak o Andoni Luis Aduriz, tienen siempre a mano entre los fogones.
Casi milagrosamente, los trucos m¨¢s m¨¢gicos de la cocina se han ido transmitiendo oralmente a trav¨¦s de los siglos, generaci¨®n a generaci¨®n. Quiz¨¢s porque era una cuesti¨®n simple, sencilla, a la que no se daba m¨¢s importancia que la de poner un plato en la mesa e ir tirando. Pero el arte de moverse entre pucheros ha entrado desde hace unos a?os en otra dimensi¨®n: la de la ciencia. Y Harold McGee, es el gran pope de esa nueva alianza. "Hasta hace poco, el arte de la cocina daba por sobrentendidas demasiadas cosas, exist¨ªa todo un saber escondido debajo de los platos, algo que era necesario desentra?ar", asegura McGee.
Quiz¨¢ ese papel correspondiera a los cient¨ªficos, qu¨ªmicos, expertos en ingenier¨ªa alimentaria... "Los cient¨ªficos me lo han echado en cara, ?qu¨¦ haces t¨² escribiendo un libro as¨ª si no eres qu¨ªmico? Pero creo que el hecho de no pertenecer a ese mundo ha sido mejor. Me he tenido que plantear y entender cosas para poder explicarlas despu¨¦s". Eso le proporciona al libro un aliento did¨¢ctico fundamental para llegar al gran p¨²blico, algo que el chef brit¨¢nico Heston Blumenthal, del restaurante Fat Duck, resumi¨® as¨ª: "Es un libro con coraz¨®n".
McGee ha multiplicado sus visitas a Espa?a, donde sus conferencias son seguidas por las superestrellas gastron¨®micas en foros como Madrid Fusi¨®n. "Espa?a es el pa¨ªs que mejor ha demostrado ¨²ltimamente c¨®mo debe ser un cocinero del siglo XXI", asegura sentado en una mesa de Mugaritz, en Guip¨²zcoa, el restaurante de Luis Andoni Aduritz, a quien McGee admira como unos de los mejores chefs j¨®venes del mundo, el ejemplo de lo que, seg¨²n ¨¦l debe ser un artista de la gastronom¨ªa. "Alguien que en un mundo globalizado se aprovecha de su curiosidad y sus conocimientos para ofrecerlos en la mesa". Alguien que est¨¢ alerta, que busca y finalmente encuentra.
?l les proporciona muchas pistas. Cosas b¨¢sicas. Como saber diferenciar los comportamientos que producen las cuatro mol¨¦culas b¨¢sicas de todos los alimentos: el agua, las grasas, aceites y similares, los hidratos de carbono y las prote¨ªnas. "Han sido esos desde que el hombre es hombre", afirma. O indagaciones sobre los identificadores del sabor, el dulce, el salado, el amargo o el umami, ese elemento, muy relacionado con la comida oriental, que es b¨¢sico, que siempre ha existido y hace poco ha sido reconocido como tal en el mundo Occidental. "Se descubri¨® hacia 1910, pero hasta esta d¨¦cada no ha sido completamente admitido pese a que hay verduras como el tomate, quesos como el parmesano, el gruyere o el manchego m¨¢s curado que se identifican como umami".
La ciencia de McGee debe transformarse en conciencia. Su objetivo, aparte de alertarnos de lo necesario (que es ense?ar a los ni?os que la leche no viene del supermercado, sino de las vacas) no se conforma con la mera explicaci¨®n, sino que requiere acci¨®n. "Debemos conocer de d¨®nde provienen y c¨®mo se conforma la cadena alimentaria porque en muchos casos habr¨¢ que cambiarla", asegura. Y los consumidores tienen mucho que decir al respecto. "Creando tendencias en el mercado", asegura. Algo complicado y duro, porque, por ejemplo: "No lo m¨¢s barato es siempre lo m¨¢s conveniente". Pese a todos los riesgos a los que estamos sometidos, no es pesimista. "La verdad es que aunque se presenten problemas, la esperanza de vida en los pa¨ªses desarrollados, sube".
Ahora est¨¢ concentrado en resolver interrogantes a otras preguntas. Tambi¨¦n referidas al gusto, el olor y sus funciones. "Sobre todo las que tienen que ver con el placer", aclara. "Esa sensaci¨®n tan pr¨¢ctica".
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