La pol¨ªtica, lugar de las v¨ªctimas
Recientemente le¨ª en estas p¨¢ginas un art¨ªculo de Francisco J. Laporta del que discrepo. Dice que la sociedad ha hecho de las v¨ªctimas del terrorismo un actor privilegiado, debido a excesos de alma depositados en ellas y est¨²pidamente (sic) s¨®lo en ellas, en la reflexi¨®n sobre el terror. No se referir¨¢ a la ¨¦poca de plomo donde se escond¨ªan las v¨ªctimas y se apostillaba "algo habr¨¢ hecho". Sorprende que nada diga sobre los privilegios que, como interlocutores pol¨ªticos, se han otorgado a nuestros asesinos. Justifica que el Estado excluya de la tarea judicial a las v¨ªctimas (?c¨®mo si alguna vez no lo hubiesen estado!), pues cometer¨ªan excesos, llevados por la pasi¨®n y la venganza. Venganza nunca practicada, por cierto. Los atajos nada ejemplares contra el terrorismo fueron cosa de gobernantes. Con an¨¢logo rigor afirma que las v¨ªctimas han tomado parte en el proceso legislativo, disciplina penitenciaria, etc¨¦tera.
Confunde categor¨ªas jurisdiccionales y pol¨ªticas. As¨ª, dice que las v¨ªctimas no son imparciales, como si habl¨¢ramos de lo jurisdiccional, cuando en realidad se refiere al ¨¢mbito ciudadano en el que no tienen por qu¨¦ serlo. Como no lo son otros colectivos radicalmente afectados por aquello que el Estado ordena. Asegura que no est¨¢ escrito que haya que compadecerse de las v¨ªctimas. Y se apoya en un par de l¨ªneas de Primo Levi, por el que los nazis no sintieron precisamente compasi¨®n mientras "yac¨ªa en el fondo". La sobrecogedora lectura de Si esto es un hombre o La tregua, invita a la compasi¨®n, padecer con. No a negar el humanitarismo.
Tambi¨¦n pide que salgamos de la trifulca pol¨ªtica. Mi padre fue tiroteado por ETA en mi presencia en pro de un proyecto pol¨ªtico totalitario. Defend¨ªa su libre ciudadan¨ªa espa?ola. As¨ª que ?no opinar¨¦ yo en este terreno? Somos ciudadanos, por tanto, pol¨ªticos, con ideas y razones. Discrepe, crit¨ªqueme, pero no me niegue el espacio p¨²blico del que los terroristas me expulsaron. No me devuelva a la muerte civil. Cita a Primo Levi. Precisamente Si esto es un hombre dej¨® grabada en mi conciencia ciudadana esta frase: "Nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la ¨²ltima: la facultad de negar nuestro consentimiento".
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