La m¨²sica no se vende, pero es un gran negocio
Ya no se compran discos, sino artistas - Los conciertos, los derechos y los formatos digitales, nuevos filones para la industria
Bruce Springsteen, concierto en Madrid, agotadas las entradas en tres horas; H¨¦roes de Silencio, ¨²ltima gira, 240.000 espectadores; Nacha Pop, reaparici¨®n en Madrid, 15.000 fans; Joaqu¨ªn Sabina y Joan Manuel Serrat llenan en tres actuaciones consecutivas el Palau Sant Jordi. Ninguna entrada de estos conciertos costaba menos de 30 euros. ?Y dicen que la m¨²sica est¨¢ en crisis? En 2006 se vendieron en Espa?a menos discos (CD) que en 1991. En lo que va de a?o, las ventas se han desplomado un 20%. Pese al incremento de precios que ha supuesto la introducci¨®n del euro, el valor de las ventas de m¨²sica ha ca¨ªdo un 34% desde 2000. Y entonces, ?de qu¨¦ viven los m¨²sicos?
La asistencia a los conciertos se ha duplicado en los ¨²ltimos tres a?os
Las compa?¨ªas producen el disco, lo distribuyen y son los 'managers'
La SGAE, Sat¨¢n de internautas, pero principal sustento de muchos artistas
Madonna ha puesto su carrera en manos de un organizador de giras
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La respuesta a estas dos cuestiones es que ni la m¨²sica est¨¢ en crisis ni los m¨²sicos se mueren de hambre. El negocio musical ha cambiado. Ya no se venden discos, se venden artistas. Las discogr¨¢ficas del futuro no empaquetan s¨®lo en celof¨¢n los CD y los distribuyen en las tiendas. Ahora venden el lote completo: producen el disco, lo distribuyen y son los managers de los m¨²sicos.
Que el negocio discogr¨¢fico tradicional agoniza es un secreto a voces. Pero ha hecho falta que divas como Madonna hayan dado un paso adelante para que los gigantes de la industria se muevan. La estrella del pop rompi¨® en octubre su relaci¨®n con Warner Music y firm¨® un acuerdo con Live Nation, una empresa organizadora de conciertos. La firma no s¨®lo producir¨¢ sus ¨¢lbumes y montar¨¢ sus giras, sino que explotar¨¢ la marca, DVD, sus proyectos cinematogr¨¢ficos, p¨¢ginas de Internet y hasta los clubes de fans.
El todo en uno tambi¨¦n est¨¢ inventado en Espa?a. Productoras independientes como BOA lo practican desde hace tiempo con estrellas del hip hop nacional como SFDK o Violadores del Verso. "Combinamos tres frentes: la grabaci¨®n y distribuci¨®n, la gesti¨®n de derechos y la organizaci¨®n de eventos. La venta de discos ha ca¨ªdo y lo va a seguir haciendo de manera estrepitosa. E Internet no compensa por ahora esa ca¨ªda. Entre otras cosas porque el 80% de los nuevos ingresos viene del m¨®vil, no de Internet", dice Fernando Luaces, director general de BOA.
Promusicae, la asociaci¨®n de productores de m¨²sica de Espa?a, coincide. "Las compa?¨ªas van hacia el contrato global: participar en todo el ciclo de la actividad del artista, desde darle a conocer a gestionar sus derechos de imagen. Un poco como sucede con los futbolistas", se?ala Antonio Guisasola, presidente de Promusicae.
En la nueva era, los conciertos se contemplan como la luz al final del t¨²nel de los sellos discogr¨¢ficos, y una v¨ªa de ingresos segura para el artista. En los ¨²ltimos tres a?os se ha duplicado la asistencia de espectadores, que se dejaron en taquilla m¨¢s de 220 millones de euros en 2006, y los ingresos de los artistas por este concepto crecieron un 22%, seg¨²n datos de la Sociedad General de Autores (SGAE).
A la vista del fil¨®n, las grandes discogr¨¢ficas no han tardado en subirse al carro y "asociarse" con sus artistas. Como Sony BMG, que lidera el mercado espa?ol. "Lo que ha hecho Madonna lo llevamos haciendo aqu¨ª en Espa?a desde hace cuatro a?os. As¨ª funcionamos con artistas como Andy y Lucas, Pereza y la Quinta Estaci¨®n. Nos asociamos para explotar el negocio en todas sus facetas. Y ellos est¨¢n felices porque, a diferencia de las discogr¨¢ficas tradicionales, este sistema permite que el artista se desarrolle. No aplicamos el esquema de sacar un single y si no funciona se acab¨® la promoci¨®n. Por ejemplo, tenemos un artista como PonchoK que ha vendido 3.000 copias, pero ha dado 40 conciertos. Y esos ingresos te permiten tener un margen para poder seguir desarrollando al artista", dice Carlos L¨®pez, director de Sony BMG Espa?a.
El a?o pasado, los artistas ingresaron en todo el mundo 13.000 millones por conciertos, un 18% m¨¢s que en 2005. Algunos, como Prince, han hecho de la actuaci¨®n la base de su negocio. El genio de Minneapolis regal¨® este verano tres millones de copias de su ¨²ltimo disco Planet Earth con la compra de un diario brit¨¢nico. Curiosamente, el artista ha demandado a una madre que subi¨® a YouTube el v¨ªdeo casero de su beb¨¦, en el que aparec¨ªa bailando al comp¨¢s de la canci¨®n Let's Go Crazy.
Otra fuente de ingresos cada vez con m¨¢s peso son los derechos de autor. La SGAE, el gran Sat¨¢n de muchos internautas por su batalla contra las descargas, se ha convertido, gusten o no sus m¨¦todos recaudatorios, en el mecenas de los artistas que veneran esos mismos internautas. La sociedad reparti¨® 331 millones de euros el a?o pasado entre sus asociados. Y ese man¨¢ aumentar¨¢ a¨²n m¨¢s cuando se apruebe el nuevo canon digital que gravar¨¢ dispositivos como los mp3 o los m¨®viles, adem¨¢s de los que ya cobra actualmente por soportes como DVD y CD.
Y cuando se habla de canon, emerge en seguida el tema de la pirater¨ªa, el caballo de Troya de la industria audiovisual. Seg¨²n la SGAE, en 2005 hubo 508 millones de descargas ilegales. Para este a?o, superar¨¢n los mil millones. Guisasola no lo duda un momento: "Necesitamos una ley Sarkozy porque en Espa?a nadie se toma en serio el problema de la pirater¨ªa y no se hace nada". Hace referencia a la normativa que est¨¢ propiciando el presidente franc¨¦s que prev¨¦ detectar a los internautas que hagan descargas ilegales y cortarles el acceso a Internet si no se enmiendan.
"Si queremos que el canal digital funcione tiene que haber de una vez para siempre un acuerdo nacional contra la pirater¨ªa. Un modelo legal no puede funcionar si todos sus competidores son ilegales", resalta con amargura el presidente de Promusicae.
Y, pese a esa amenaza, todos parecen ver en Internet otra baza para la resurrecci¨®n del invento. Radiohead es el paradigma. Colg¨® su disco In Rainbows y dej¨® en manos del p¨²blico que estableciera el precio al que deber¨ªa comprarlo. Se dice que est¨¢n pagando de media 5,3 euros. El grupo brit¨¢nico no ha tardado en ser proclamado benefactor de la m¨²sica y otros como Oasis y Jamiroquai dicen que seguir¨¢n su ejemplo. Muchos piensan que iniciativas como ¨¦sta son s¨®lo puros trucos de mercadotecnia y que, realmente, si a la gente se le da esa opci¨®n no paga un c¨¦ntimo. Por lo pronto, Radiohead dice que ha sido todo un ¨¦xito, pero no ha querido hacer p¨²blico las cifras de sus ventas.
Jordi Llansama, fundador de Bcore, un sello discogr¨¢fico independiente, hace una defensa encendida de la distribuci¨®n en la Red. "El CD se va a la mierda, pero ya. Lo que hay que hacer es eliminar intermediarios. La gente que compra a trav¨¦s de algunas web obtiene una informaci¨®n con menos filtros. M¨¢s directa, menos deformada y, sobre todo, mucho m¨¢s r¨¢pida", dice.
Los nuevos formatos digitales encandilan. Y el m¨®vil est¨¢ en la cima. Porque en el m¨®vil, a diferencia de Internet, la gente tiene cultura de pago. El rebelde Robbie Williams defendi¨® las descargas piratas ("Es una gran idea", dijo el cantante) y acto seguido firm¨® un acuerdo millonario con T-Mobile y Sony Ericsson para estrenar sus ¨¦xitos a trav¨¦s de los m¨®viles de la operadora alemana. Unos 100.000 abonados vieron su concierto de octubre en Berl¨ªn a trav¨¦s de la pantalla de dos por cuatro cent¨ªmetros de su m¨®vil.
Los nuevos formatos digitales se imponen. Y la industria comienza a darse cuenta. Los Premios Amigo, los galardones musicales que aspiran a convertirse en una especie de Grammy nacionales, recompensaron por primera vez en la historia el tono de m¨®vil y la canci¨®n m¨¢s descargada (legalmente) por Internet (ambos recayeron en el mexicano Alejandro Fern¨¢ndez por Amor gitano). Adem¨¢s, la gente vot¨® por SMS a su artista preferido (Bisbal) y al mejor v¨ªdeo (M?go de Oz).
La ceremonia, celebrada la semana pasada tras tres a?os de par¨®n debido precisamente a la crisis de la industria discogr¨¢fica, fue todo un indicador de lo que est¨¢ pasando con el negocio musical: a partir de este a?o, los premios se llaman Premios Nokia Amigo.
No es casualidad que el mayor fabricante de m¨®viles preste su nombre a unos premios musicales. El m¨®vil es uno de los filones m¨¢s abundantes y est¨¢s por explotar. En Espa?a, los ingresos por los tonos crecieron en 2006 un 50%. La estimaci¨®n de Promusicae de descargas legales para este a?o es de 15 millones (sumando canciones y tonos), lo que equivale a 1,2 millones de ¨¢lbumes. En el primer semestre las ventas digitales alcanzaron en torno a los 13,5 millones, aproximadamente el 11% del mercado.
En todo el mundo, las ventas legales de m¨²sica digital a trav¨¦s de internet y del tel¨¦fono m¨®vil se duplicaron en 2006 hasta generar unos beneficios de 1.500 millones de euros, seg¨²n datos de la Federaci¨®n Internacional de la Industria Fonogr¨¢fica (IFPI). Se descargaron de Internet 795 millones de canciones, lo que supone un 89% m¨¢s que el a?o anterior. El presidente de IFPI, John Kennedy, estima que las ventas de m¨²sica digital, que ya suponen el 10% del mercado, se elevar¨¢ hasta el 25% en tres a?os.
Ante el desastre, los propios m¨²sicos buscan un nuevo acomodo. A Enrique Sierra, fundador de grupos legendarios de los 80 como Kaka De Luxe o Radio Futura, las pr¨¢cticas de las discogr¨¢ficas le parecen, simplemente, un robo para los artistas. Por eso ha creado 127.es, un espacio en Internet abierto a todo creador -no s¨®lo musical- que desee un espacio donde publicar y gestionar sus obras. "Las radios son radiof¨®rmulas, en las que las multinacionales deciden qu¨¦ es lo que se escucha y lo que no. Los productos son continuas imitaciones y las discogr¨¢ficas apuestan sobre seguro. Y todas, multinacionales e independientes, hacen que los artistas firmen contratos vergonzosos. Encima, se quejan de que la pirater¨ªa les est¨¢ arruinando el negocio, cuando los que se han dedicado a arruinar a la industria han sido ellos", afirma
127.es funciona con una licencia que permite la descarga de las obras de forma completamente legal. La ¨²nica condici¨®n es que el consumidor no haga de ellas un uso lucrativo. En ese caso, debe ponerse en contacto con el artista. 127.es obtiene los beneficios de la publicidad. "La mitad de esos ingresos nos los quedamos. La otra, la repartimos entre los artistas, en funci¨®n del n¨²mero de descargas que de sus obras haya habido". En apenas dos meses, ya hay 6.000 usuarios registrados, m¨¢s de 400 creadores han colgado un total de 1.500 trabajos
Yahoo M¨²sica tambi¨¦n se financia por publicidad. Tiene una radio a la carta que rastrea los gustos del internauta y un cat¨¢logo de 16.000 v¨ªdeos musicales gratuitos. El director para Europa, Ventura Barba, asegura que es rentable porque se adapta a las preferencias de los tres millones de usuarios en Espa?a.
Cada vez se vende menos m¨²sica. Una prueba de ese retroceso imparable es que las discogr¨¢ficas han rebajado de 100.000 a 50.000 unidades las ventas para obtener un disco de platino. Y ante la crisis de venta, se buscan soluciones imaginativas como la de Universal, que ha iniciado el pasado mes de octubre la venta de obras de sus artistas bajo el formato de memoria USB
Puede que ya nadie regale un CD pero todos coinciden en que la m¨²sica se oye m¨¢s que nunca, y en todas partes. Se venden casi 100 millones de mp3 al a?o. Y entonces, ?qui¨¦n se lleva el dinero? "Si algunos piensan que la m¨²sica es gratis se equivocan. Ya no se lo lleva la discogr¨¢fica. Se lo lleva Telef¨®nica que pone la banda ancha y la Coca-Cola que lo patrocina", es la respuesta de Florian Von Hoyer, director del sello independiente Galileo MC, que promociona m¨²sica ¨¦tnica.
El auge de los festivales
A medida que la venta de discos cae, el n¨²mero de espectadores en los conciertos crece a?o tras a?o. Y el mejor ejemplo son los festivales, en los que Espa?a ha pasado de ser un absoluto desconocido a todo un referente en Europa en poco m¨¢s de 10 a?os. Hoy, s¨®lo el Reino Unido le supera en asistentes y n¨²mero de este tipo de actos. Mientras que las peque?as y medianas salas se quejan de la persecuci¨®n que sufren por parte de la Administraci¨®n y se ven obligadas al cierre, los grandes espacios aglutinan a decenas de bandas en apenas unos d¨ªas y se han convertido en una de las alternativas culturales cada vez m¨¢s ofertadas.Hace 13 a?os, los hermanos Jos¨¦ Luis y Miguel Mor¨¢n idearon un proyecto para juntar en un fin de semana a varios de sus grupos favoritos. El lugar: la ciudad costera de Benic¨¤ssim, en Castell¨®n. El proyecto cuaj¨® y hoy es el festival de estas caracter¨ªsticas m¨¢s veterano en Espa?a, con una media de 36.000 espectadores en cada edici¨®n. El Festival Internacional de Benic¨¤ssim (FIB) es, adem¨¢s, uno de los m¨¢s conocidos en Europa. La m¨²sica en directo es el formato que m¨¢s se est¨¢ consumiendo, afirma Ernesto Gonz¨¢lez, director de comunicaci¨®n del FIB. Ante la pasividad de la industria, las bandas se refugian en los conciertos y en los festivales, asegura.Los hay de rock (Festimad, Azkena), pop (Contempor¨¢nea), m¨²sica electr¨®nica (S¨®nar), experimental (Experimentaclub) o hip hop (Cultura Urbana). Y otros que engloban un poco de todo (FIB, Primavera Sound, Vi?arock, Summercase, Wintercase).La mayor¨ªa se celebran en verano, aprovechando el calor y las vacaciones. Pero tambi¨¦n los hay urbanos y en pleno invierno; con apoyo institucional y sin ¨¦l. Mucha oferta y, claro, mucha competencia. Los artistas aumentan sus cach¨¦s, que van desde los 500 euros de los noveles hasta los 250.000 de los cabezas de cartel. Y surgen las peleas por hacerse con sus servicios. ?Podr¨¢ mantenerse la rentabilidad de los festivales?El problema est¨¢ en que somos muchos y no hay una renovaci¨®n de artistas. Nos vemos muchas veces obligados a competir por ellos, reconoce Julio Mu?oz, organizador del Festimad. Desde el Primavera Sound se coincide en el an¨¢lisis. No creo que haya espacio para todos, opina Abel Su¨¢rez, su organizador. Pero, de momento, la tendencia es al alza. El a?o que viene, entre junio y julio, la localidad madrile?a de Arganda del Rey acoger¨¢ el Rock in Rio, evento de dimensiones apabullantes: setenta artistas en cinco d¨ªas en un espacio de 200.000 metros cuadrados.
Babelia
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