"Soy una impostora, cuando me descubran ir¨¦ al paro"
Guionista y directora laureada, novelista infantil, madre de familia reconstituida. La presidenta de la Academia de Cine parece hacerlo todo y bien. La procesi¨®n va por dentro.
"Si eres escritor de verdad no te gusta el gui¨®n. Es molesto, frustante"
"En el mejor momento creativo, muchos estamos a¨²n sonando mocos"
"Criticamos nuestra tele y cine porque rechazamos la imagen del espejo"
Viene con la escopeta cargada y los sentidos alerta. Est¨¢ en pleno rodaje, y cuando filma se siente una depredadora, "supurando adrenalina, acechando a la presa para atrapar el instante con la c¨¢mara". Esta vez las esquivas piezas a cobrar son los rostros de Malena Alterio, Esperanza Pedre?o y Antonio de la Torre, protagonistas de Una palabra tuya, la novela de Elvira Lindo que la enamor¨® desde la primera lectura y que se ha empe?ado en llevar al cine como directora. Ser¨¢ su segunda pel¨ªcula al mando de una tripulaci¨®n, la fauna de un plat¨®, de la que ha formado parte docenas de veces desde que debut¨® como guionista hace una d¨¦cada. Pero no es igual ser grumete que capitana. Ni presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas de Espa?a. Para eso, "para vestir el cargo", ha cambiado la ropa mimetizada por un impecable vestido de su amiga Alma Aguilar. Due?a de su oficio, sabe que las formas cuentan. Tanto o m¨¢s que el fondo.
Se confiesa adicta al correo electr¨®nico. Es curioso que, escribiendo por oficio, siga tecleando por afici¨®n. Despachar el correo es una actividad decimon¨®nica que hemos recuperado. Tiene una parte de vicio. Pero tambi¨¦n es trabajo. Antes de escribir necesito una especie de ejercicios de calentamiento de la imaginaci¨®n, la percepci¨®n, la reflexi¨®n. No puedo po??nerme en fr¨ªo a crear una secuencia.
?Usa el correo como gimnasio intelectual? S¨ª, me permite entablar un debate de ideas. Tengo un club de amigos guionistas y directores. Cada d¨ªa intercambiamos e-mails sobre pol¨ªtica, actualidad, la pel¨ªcula que ha visto uno, la novela que ha le¨ªdo otro o el ¨²ltimo pollo con tu pareja. Tenemos hasta unas siglas: ETHP.
La HP final me suena a exabrupto. [Risa c¨®mplice]. Somos una sociedad secreta. S¨®lo dir¨¦ que tenemos entre treinta y tantos y cuarenta y pocos, y soy la ¨²nica mujer.
Los que crecieron a los pechos de Epi y Blas. ?Ve¨ªa mucho la tele de peque?a? S¨ª, Heidi, Marco, La casa del reloj, el payaso Poquito, La casa de la pradera. Pero entonces la tele no empezaba hasta media tarde y no nos plantificaban delante de ella como hacemos ahora con los cr¨ªos para que no den la lata.
Por la profesi¨®n de su padre, el productor Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez-Sinde, el cine estar¨ªa muy presente en su infancia. Pues no. Nunca fui cin¨¦fila.Viv¨ªamos en las afueras de Madrid y no hab¨ªa cines. Ni la tele ni el cine eran algo tan presente para los ni?os. Ahora hasta hay DVD para relajar a los beb¨¦s. La imagen es un medio demasiado presente en la vida de los cr¨ªos, pero entonces no. M¨¢s que al cine, a mi padre le debo la afici¨®n por la m¨²sica.
Ir¨ªa usted a un colegio progre. Al Liceo Italiano. M¨¢s que por progre, porque era un colegio extranjero. Mi padre militaba en el Partido Comunista y estaba muy implicado en pol¨ªtica. Estuvo dos veces en la c¨¢rcel cuando ¨¦ramos peque?os, y bus??c¨® una educaci¨®n que no fuera la franquista, sino de alg¨²n pa¨ªs democr¨¢tico.
?Mam¨® la pol¨ªtica en casa? S¨ª. Otra cosa que he heredado de mi padre es el inter¨¦s por hacer cosas por el colectivo, por defender los derechos de todos antes que los personales. Porque lo personal es pol¨ªtico. Esa idea de que la sociedad te aporta cosas y t¨² tienes que devolverlas, el sentido c¨ª??vico y de responsabilidad, el que no puedes quedarte al margen de lo que pasa.
As¨ª que el cine no fue su primera opci¨®n.
Ni siquiera de adulta me atra¨ªa especialmente. Me parec¨ªa algo muy complejo, fuera de mi alcance. Me gustaba mucho la literatura y la m¨²sica, pero jam¨¢s pens¨¦ que tuviera alguna capacidad art¨ªstica. Me parec¨ªa que eso era algo para personas de mayor calado, y lo sigo creyendo.
Pero escribe usted desde ni?a. Era el medio por el que me explayaba. Mi colegio era s¨®lo por la ma?ana, y me pasaba las tardes sola. Jugaba, pon¨ªa singles en el comediscos, hac¨ªa los deberes, elaboraba mi mundo. Me encantaban las voces de los actores de las radionovelas y dibujar invent¨¢ndome sus historias.
Llevar¨ªa un diario, claro. Siempre, y mucha correspondencia. Iba a Inglaterra a aprender ingl¨¦s y me carte¨¦ con amigas durante a?os. Supongo que ser¨¢ divertido para mis hijas pasar una tarde fisg¨¢ndolas cuando tengan que deshacer la casa.
?Cu¨¢ndo empieza a escribir profesionalmente? Nunca hab¨ªa escrito cuentos ni poemas, no me hubiera dado permiso para hacer algo literario, y a¨²n? He hecho una novela para ni?os, tengo otra para terminar, pero porque me empujaron amigos, no porque me saliera. Me parece que la literatura son palabras mayores. Hasta los 28 a?os cambi¨¦ mucho de trabajo porque no encontraba mi sitio. En los ochenta era f¨¢cil cambiar si ten¨ªas idiomas. No s¨¦ si ahora puedes tener ese proceso de investigaci¨®n hasta dar con tu hueco.
?Y c¨®mo encontr¨® el suyo? Debut¨¦ en televisi¨®n, en Truhanes, una serie de Mi??guel Hermoso, con Paco Rabal y Arturo Fern¨¢ndez. Luego, Arturo me llam¨® para otra serie. Creo que mi manera de escribir les gusta a los actores, y he tenido la suerte de escribir para los buenos, de los que te mejoran los di¨¢logos. La televisi¨®n es una escuela fant¨¢stica porque te permite practicar con poco riesgo. Puedes probar co??sas, sorprender, y aprendes mucho.
Lo de bajo riesgo ser¨ªa entonces, ahora levantan la serie a la m¨ªnima. S¨ª, pero nadie te hunde la carrera. Nunca ver¨¢s a un guionista de tele en el peri¨®dico, para bien o para mal, y eso da mucha libertad.
El entrenamiento funcion¨®, porque con su primer gui¨®n de cine, 'La buena estrella', gan¨® un Goya. ?C¨®mo fue escribir con Ricardo Franco? Ricardo no ve¨ªa bien. Yo iba a su casa con mi port¨¢til. Pas¨¢bamos la ma?ana de ch¨¢chara, y ¨¦l se de??sesperaba; pero ya he dicho que necesito entrenar. Luego ¨¦l hac¨ªa la comida, y por la tarde escrib¨ªamos. Nunca he vuelto a trabajar as¨ª con nadie porque es complicado. Con otros te re¨²nes, hablas, inventas, y luego cada uno escribe su parte. Para es??cribir juntos todo el proceso hay que en??tenderse muy bien. Fue como hacer otra carrera. Aprend¨ª mucho de ¨¦l no s¨®lo de gui¨®n o de c¨®mo se dirigen las pel¨ªculas, sino de c¨®mo sobrevivir en este negocio.
?Lo de empezar con un Goya le gan¨® el respeto de la industria? Ganar un Goya o hacer una pel¨ªcula de ¨¦xito hace que tu nombre est¨¦ en las agendas. En este trabajo empiezas cada d¨ªa. Es lo bueno y lo malo. A veces es desesperante llevar tantos a?os y tener la misma inseguridad o peor. Cuando sales de la escuela crees que lo sabes todo. Piensas: ¨¦stos que hacen pelis, qu¨¦ mal les salen; mira lo que hizo Godard, o John Ford, es que est¨¢ clar¨ªsimo lo que hay que hacer. Luego, cuando ha??ces alguna, se te bajan los humos, pierdes el aplomo. Tambi¨¦n porque cada vez quieres hacer cosas m¨¢s complejas.
Dice el m¨ªtico guionista Rafael Azcona que ha trabajado 50 a?os porque nadie le conoc¨ªa. El guionista no necesita ser conocido, sino que se valore su trabajo, tener una remuneraci¨®n justa; que le paguen por los DVD que se venden, que de eso no vemos un duro. En Hollywood han hecho huelga, pero aqu¨ª ni siquiera nos suben el sueldo con la vida. Se paga por un gui¨®n lo mismo que cuando yo empec¨¦.
?De cu¨¢nto hablamos? Por un gui¨®n de tele se pueden pagar 6.000 euros y cuando yo empec¨¦ eran 9.000, se va para atr¨¢s. Por un largo de cine, a un principiante se le intentar¨¢ pagar 24.000 euros, y si no se rueda la pel¨ªcula, no te pagan. Cobrar se puede dilatar a?os. Es un tanto alzado por proyecto, da igual te lleve un a?o o dos, con las reescrituras que hagan falta.
He le¨ªdo lo que le frustra que un director le despache un gui¨®n con eso de "dale una vuelta". Ahora, como directora, ?les comprende? Hacer guiones es muy complicado, y nunca est¨¢n bien a la primera. No es como escribir una novela, tiene una parte t¨¦cnica grande. Es m¨¢s como hacer un proyecto de un edificio: hay carpinter¨ªa, fontaner¨ªa, c¨¢lculo de resistencias. La casa no s¨®lo tiene que ser bonita, sino sostenerse hora y media. El gui¨®n es el plan de trabajo de mucha gente, es un arte complejo que requiere reflexi¨®n y reelaboraci¨®n. Te despachan y te da mucha rabia, pero muchas veces tienen raz¨®n.
?El aguante va en el sueldo? Es que el cine, y la escritura de gui¨®n en particular, no es un arte individual. Si no est¨¢s dispuesto a aguantar cr¨ªticas o aportaciones, no te dediques al gui¨®n. Esto no es para todo el mundo. Si eres escritor de verdad no te gusta escribir gui¨®n. Es desagradable, molesto. Es tu palabra contra la m¨ªa, tu criterio no es ¨²nico, y eso frustra.
En un cuento dec¨ªa que el guionista es el ¨²ltimo mono en un rodaje. El respeto, sobre todo en televisi¨®n, es cero. Los guionistas no cuentan. Las series las dirige gente con mucha capacidad para la tele, pero no necesariamente para la narraci¨®n. Los guionistas de las series americanas tienen el control narrativo y creativo de la historia; aqu¨ª, no. En eso se ve que no se le da mucho valor al contenido.
?En el cine es distinto? Lo malo de ser el guionista es que eres el primero del proceso. El dinero llega cuando interesas a un productor y ¨¦ste se mueve. Los productores quieren guiones estupendos, pero pa??gando tarde y mal, y eso es incompatible con vivir de esto. Por eso somos pocos.
?Son bichos raros? Somos cierto tipo de personas. Mis amigos de la ETHP tenemos un perfil parecido. Llevamos gafas?
?D¨®nde est¨¢n las suyas? Me oper¨¦, pero hay que tener un talante especial para que te guste un trabajo que a muchos les parecer¨ªa espeluznante. Estar solo frente a un ordenador estruj¨¢ndote la mollera no es apetecible. No tienes compa?eros, nadie te ayuda. En ese sentido es m¨¢s f¨¢cil dirigir. Tienes tu equipo de expertos, tienes un problema y vienen cinco a solucion¨¢rtelo. Te aprovechas del talento de otros.
?Su salto a la direcci¨®n con 'La suerte dormida', saldado con otro Goya, tiene que ver con esa frustraci¨®n? M¨¢s con un deseo de crecimiento personal. Estaba escribiendo con un n¨²mero equis de he??rramientas, cuando el n¨²mero es ilimita??do. Necesitaba saber m¨¢s; estar en el ro??daje, en el montaje, con los que saben.
Ahora que es directora le har¨¢n m¨¢s caso en el 'set'. S¨ª, pero tambi¨¦n por una cuesti¨®n de jerarqu¨ªa y disciplina. Si no hay un capit¨¢n que dice: yo os voy a llevar a puer??to, seguidme, que lo tengo clar¨ªsimo, ser¨ªa un desbarajuste. Todos asumimos que hay un se?or que nos dirige a un destino porque sabe lo que est¨¢ haciendo.
Aunque entonces a¨²n no lo supiera. Yo s¨ª sab¨ªa ad¨®nde iba, pero no c¨®mo. Y aprend¨ª que no ten¨ªa que saber c¨®mo funciona el tim¨®n, para eso est¨¢ el especialista. Lo que tienes que tener claro es qu¨¦ quieres co??municar, por qu¨¦, para qu¨¦. Nuestro trabajo es raro. Llamamos a los dem¨¢s "la gente normal" porque somos adultos que nos tomamos muy en serio algo que no deja de ser un juego. Somos ilusionistas. Si algo se repite para m¨ª, como guionista y directora, es la sensaci¨®n de ser una im??postora. He logrado enga?ar a algunos productores, pero un d¨ªa se dar¨¢n cuenta de que no s¨¦ nada, de que esta habilidad es fingida, e ir¨¦ de cabeza al paro.
Se r¨ªe cuando oye eso de "un filme de fulanito". ?De qui¨¦n es una pel¨ªcula? Hombre, si hablamos de Soderbergh, que produce, escribe, hace la c¨¢mara y monta, vale. Pero las pel¨ªculas son de los productores, que las pueden vender y comprar.
?Y qui¨¦n es el autor intelectual? Eso es distinto. La autor¨ªa intelectual es como una patente, y para m¨ª es de quien ha escrito el gui¨®n, de nadie m¨¢s. Si una obra de Calder¨®n, o de Schubert, la dirigen diferentes directores, ?ellos tambi¨¦n son autores? No, mire, Calder¨®n o Schubert escribieron este texto o esta partitura, y eso no hace de menos a los directores o los int¨¦rpretes. En eso soy radical: la autor¨ªa es del que pone la primera piedra, y ¨¦se es el guionista. Es el autor del invento. Pero hay una mitificaci¨®n. Es como si autor fuera sin¨®nimo de genio; que si no eres autor, no eres genial. Pues no, ser autor es ser inventor, crear.
Aunque sea algo mediocre. Claro, es que todo eso del cine de autor ha hecho mucho da?o. Ha llevado a mucha confusi¨®n, mucha necesidad y angustia por ser autor. Eso de [solemne] "dejar tu huella indeleble en lo que est¨¢s contando". Y eso no es siempre lo que conviene a la pel¨ªcula.
Muchos de sus guiones se basan en obras de sus coet¨¢neas: Almudena Grandes, Elvira Lindo, Bel¨¦n Gopegui. ?Sinton¨ªa generacional o de g¨¦nero? Leo m¨¢s novelas de mujeres. Me interesa m¨¢s ese re??trato, esa investigaci¨®n de las implicaciones entre la vida privada y la social, entre sociedad e individuo. Ese buscar c¨®mo vivir mejor en un mundo cada vez m¨¢s complicado donde en realidad hay menos opciones. Aunque uno cree que todo est¨¢ a su alcance, s¨®lo puede elegir entre un m¨®vil Nokia y un Sony Ericsson. Ahora trabajo con un hijo de Rosa Reg¨¤s, y me tienta preguntarle por su infancia: c¨®mo es ser hijo de una escritora, c¨®mo se organizaba su madre, c¨®mo lo viv¨ªa ¨¦l. Intuyo que tengo mucho que aprender de la experiencia de otras mujeres; que en sus obras puedo hallar respuestas a mis conflictos, a los temas que me interesan.
Su amiga la actriz Malena Alterio ad??mira su capacidad de multiplicarse: madre, directora, presidenta de la Academia? Dirigir una pel¨ªcula es un poco como dirigir una familia: hay mucha gente con muchas necesidades muy distintas, y hay que atenderlas todas a la vez. Hay que hacer el pedido del s¨²per a la vez que preparas la merienda a tu hija y te aseguras de que lleva el ch¨¢ndal para la clase de gimnasia, y piensas en ir a la peluquer¨ªa porque tienes un acto de la Academia, y escribir un discurso, todo simult¨¢neamente. Por cuestiones culturales creo que la mujer tiene m¨¢s capacidad para diversificar su atenci¨®n y simultanear actividades. Pero si eres autocr¨ªtica piensas que quien mucho abarca, poco aprieta.
En un relato confesaba su culpa por de??jar a su hija para ir a una cena de amigas. Ahora tengo otra hija y el doble de culpa. Creo que nos pasa a todas. A veces es muy doloroso tener una vocaci¨®n creativa y que atender ni?os. Si vas al Museo Picasso ves que en un d¨ªa produc¨ªa much¨ªsimo. ?Por qu¨¦? Porque se encerraba en su estudio y no sal¨ªa ni a comer. Conoc¨ª a un hijo de Bergman, le expres¨¦ mi admiraci¨®n por su padre, y me dijo: "Mi padre no nos hac¨ªa caso", y tuvo siete hijos. Los grandes artistas, o han tenido mujeres que les facilitaban la vida familiar, o estaban solos. A m¨ª muchos d¨ªas me gustar¨ªa escribir m¨¢s horas y no puedo. Cuando tienes hijos, tus horas de creaci¨®n est¨¢n muy limitadas. Tu proceso creativo se corta porque hay que hacer el pur¨¦ y ha??ber comprado las verduras, y eso es muy frustrante.
Podr¨ªa pagar a alguien por eso. Y entonces ?para qu¨¦ soy madre? Las tripas te piden estar con tus hijos.
?Y a los hombres no? Seguro que a Picasso no. O a esos t¨ªos que trabajan 15 horas. Pero a m¨ª s¨ª. Y sufres, y te culpas. Ahora que estoy rodando me tengo que recordar que es un periodo excepcional, y que si no les leo el cuento me lo puedo permitir; no soy un ogro, pero es dif¨ªcil.
Doris Lessing supo que hab¨ªa ganado el Nobel cuando llevaba a su hijo al m¨¦dico, y tiene 87 a?os. Y hecha un cuadro, como voy yo, con un jersey a medio ensuciar.
?Si el Nobel hubiera sido un hombre no le hubieran pillado as¨ª? [Risas]. No quer¨ªa citarle, pero cuando me desespero, me digo: a ver, ?Vargas Llosa qu¨¦ har¨ªa?; se??guro que est¨¢ escribiendo caiga quien caiga, y no yo, que he de tener una disciplina espartana. La vida familiar te proporciona muchas excusas. Escribir da mucha pereza, y uno de los grandes obst¨¢culos de todo escritor es superarla.
?Hay una visi¨®n idealizada de la maternidad? Todo ese esc¨¢ndalo porque la madre de Madeleine McCann confesara que le agobiaban sus hijos. La maternidad es muy dif¨ªcil, muy contradictoria. Y no est¨¢ bien contada. Todas las madres y padres que conozco dicen cosas atroces de sus hijos peque?os y comprenden a esa se?ora. Tener una de tres a?os y mellizos debe de ser para cortarte las venas. Aparte, tener hijos a los 23 a?os que ten¨ªa mi padre cuando yo nac¨ª no es igual que a los 40, cuando tuve yo a mi peque?a. Por otro lado, mis amigas de fuera me cuentan que las mujeres se quedan cuidando a los be??b¨¦s. No hay esta obsesi¨®n por trabajar, competir, tener dos casas y dos coches.
Nuestros ministros tienen varios hijos y hay ministras sin ninguno. ?Casualidad? Las mujeres de cierta generaci¨®n que han llegado a cargos de poder suelen ser solteras. Pero puede que si no hay m¨¢s mujeres pele¨¢ndose por estar ah¨ª es porque no compartimos ese modelo de ejercicio del poder, no nos interesa como actividad ex??clusiva. Rodando en Nuevos Ministerios, a las tantas, los guardaespaldas todav¨ªa esperaban a una ministra. ?Vaya vida!
?Habla de esto con sus amigos de la ETHP? Uf, hay crisis en el club. Mi generaci¨®n est¨¢ pasando el momento de decirse: he llegado a la mitad de mi vida, ?esto es lo que me espera?, ?voy a trabajar 12 horas hasta el fin de mis d¨ªas?, ?vale la pena? Eso unido a que estamos limpiando mocos en la hora de mayor plenitud creativa. Estamos aprendiendo a vivir sobre la marcha.
?Ellos y ellas? Todos. Llevamos la pareja al d¨ªa. Te dices: ?me quedo o me separo? Llevas 15 a?os juntos, y si me voy, ?qu¨¦ pasa?, y si me quedo, estoy c¨®modo, pero se me escapa la vida. Todas esas nuevas preguntas y decisiones de la intimidad son las que me gusta ver y explorar en el cine.
Hay quien ve el 'nuevo cine' en algunas teleseries norteamericanas mientras deplora las espa?olas. Aqu¨ª nos encanta dar ca?a al audiovisual. Tengo varias teor¨ªas; una es que el cine y la tele son el arte popular de este tiempo, y como tal son nuestro espejo m¨¢s directo. Si criticamos nuestra ficci¨®n audiovisual es porque re??chazamos la imagen del espejo. Decimos: eh, que yo no soy as¨ª, soy m¨¢s guapo. Y hay que ver si somos m¨¢s guapos o as¨ª de corrientitos. El cine y la tele espa?oles los hacen espa?oles que cuentan las historias que les parecen relevantes.
Su familia es como la de 'Los Serrano'. Mi hija mayor es de una pareja, y la peque?a es de otra que, a su vez, tiene dos ni?os de otra relaci¨®n, as¨ª que tenemos cuatro ni???os con diferentes padres y madres.
?Y c¨®mo se lleva eso? Bien. Cuando co??noc¨ª a Ray Loriga, los dos ten¨ªamos hijos peque?os, y me dec¨ªa: "Qu¨¦ suerte tienes siendo separada: un ni?o est¨¢ bien para dos parejas". Pero en mi ¨¦poca de madre separada no me sent¨ª agobiada porque tengo una madre al quite y el padre de mi hija es fant¨¢stico. Recomiendo a todos los separados la custodia compartida.
Ah¨ª le sale la vena pol¨ªtica. ?Qu¨¦ asuntos le remueven la conciencia? Buff, no acabar¨ªa. Me preocupa el modelo de vida que nos estamos armando, el consumismo entendido como calidad de vida, la sociedad de la informaci¨®n y la tecnolog¨ªa por encima de todo, concepto que detesto. El mal uso de la palabra derecho para venderte cualquier cosa, "tienes derecho a ADSL, un bolso nuevo o un Seat Toledo", pero no a cuestiones cruciales como la educaci¨®n, o a participar en los objetivos y pr¨¢cticas de la empresa para la que trabajas o de la que eres cliente; objetivos que pueden ser obscenos, inmorales o perjudiciales y que te tienes que tragar.
Pese a tanta comunicaci¨®n, ?estamos m¨¢s solos? Es una falsa proximidad. Los hogares se alejan de la vida p¨²blica. Todo es un lugar de paso, la gente es de paso. Las conexiones se hacen m¨¢s superficiales, y el compromiso con el otro, m¨¢s liviano. La desconfianza, el temor a los extra?os, la precariedad de los v¨ªnculos laborales, personales, de ciudadan¨ªa, tienen consecuencias en nuestro comportamiento, en las peque?as grandes decisiones de la intimidad. Quiero investigar eso y contarlo.
?Su postulado a la Academia se debe a ese inter¨¦s por el colectivo? Y tambi¨¦n con mi lado cursillista. La Academia tiene una parte sin explotar. Hay una nueva sede donde podr¨ªamos ha??cer muchas cosas por la transmisi¨®n de conocimiento, la divulgaci¨®n; hacer cosas interdisciplinares para el cine. Toda esa parte acad¨¦mica en sentido estricto me result¨® apetecible.
Sin embargo, su ¨²nica actividad conocida es la gala de los Goya. En la Aca?demia de Hollywood, con tanto que nos gus??ta mirar a Estados Unidos, la ¨²nica acti??vidad, aparte de su maravillosa biblioteca, son los Oscar. Las academias tienen como prop¨®sito difundir y promover su cinematograf¨ªa, y unos premios son una plataforma para llamar la atenci¨®n sobre un pu?ado de pel¨ªculas, el cine y sus profesionales. S¨®lo por eso merece la pena.
Hay una encuesta que concluye que el cine espa?ol no interesa por aburrido y previsible. En esa misma encuesta se preguntaba cu¨¢ntas pel¨ªculas espa?olas ha??b¨ªan visto, y la respuesta era una o ninguna. Si me preguntas de arte contem?por¨¢neo alem¨¢n, puedo decirte que es sopor¨ªfero, pero no puedo opinar porque no lo conozco. Sobre lo que deber¨ªamos reflexionar es por qu¨¦ y c¨®mo se ha extendido ese clich¨¦. Ser¨ªa muy interesante ha?blar de ello; no s¨®lo con cineastas, sino con soci¨®logos, antrop¨®logos, historiadores. Aparte, creo que uno de los motivos por los que vamos al cine es para ver cosas diferentes. Una pel¨ªcula extranjera te puede contar lo mismo que una espa?ola, pero est¨¢s viendo Nueva York, Par¨ªs, El Cairo? El exotismo es un plus.
'El orfanato' es espa?ola y ha roto la taquilla. Los clich¨¦s se pulverizan cuando una pel¨ªcula funciona. Cuando se habla de cine espa?ol, pido que se especifique qu¨¦ pel¨ªcula exactamente es aburrida, cu¨¢l previsible y cu¨¢l horrible, porque ?es que son iguales las de ?lex de la Iglesia que las de Amen¨¢bar, las de Almod¨®var o una pel¨ªcula minoritaria? El cine espa?ol no es un g¨¦nero en s¨ª mismo. Hay una va??riedad enorme, y lo primero que habr¨ªa que hacer es verlas para poder opinar.
Este a?o hay una eclosi¨®n de cineastas j¨®venes: Bayona, Rosales, Viscarret. Se dice que el cine espa?ol va fatal, pero las escuelas est¨¢n llenas, las pel¨ªculas espa?olas ganan premios internacionales. Si no interesa, ?por qu¨¦ tanta gente quiere hacer pel¨ªculas espa?olas? El problema es que no se distribuyen. Cada vez hay me??nos cines, y s¨®lo llegan ciertos t¨ªtulos, a veces el mismo en cuatro multisalas.
?Cree que el cine es un bien cultural a proteger del mercado? Tener cinematograf¨ªa es un privilegio, una fortuna, y deber¨ªamos estar contentos. Los que se quejan del cine espa?ol deber¨ªan lanzarse y hacer su peli. El cine es de todos, no es como un estanco. Hoy cualquier producto est¨¢ protegido, desde el tabaco que mata hasta los coches que contaminan o los zapatos que hacemos en Espa?a. Soy una loca de los zapatos, si perdi¨¦ramos esa industria ser¨ªa una cat¨¢strofe para m¨ª. ?Ves como lo privado y lo p¨²blico van de la mano? P
Las cartas de Berta
Mar¨ªa de los ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde Reig era un nombre demasiado largo para una adolescente en crisis, as¨ª que decidi¨® llamarse Berta. Siempre se le dio bien crear personajes. Estudi¨® filolog¨ªa cl¨¢sica, pero su madre la anim¨® a hacer un curso de gui¨®n tras a?os de tumbos por discogr¨¢ficas y editoriales: "Ap¨²ntate, que escribes muy bien cartas". Desde entonces, esta madrile?a de 42 a?os, madre de dos hijas, vive del cuento.
'La buena estrella' (1997), su primer gui¨®n para el cine, firmado con Ricardo Franco, le report¨® un Goya. La suerte dormida (2003), su deb¨² en la direcci¨®n, otro a la mejor directora novel. Su libro Rosanda y el arte de birli birloque se sald¨® con el Premio Edeb¨¦ de literatura infantil. Ha escrito m¨¢s de una docena de guiones de televisi¨®n, cine y teatro. Presidi¨® la Asociaci¨®n de Guionistas antes de ser elegida presidenta de la Academia de Cine, a finales de 2006.
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