Un t¨¢ndem soberbio

Barcelona es un buen puerto de acogida para tangueros con ideas. Hist¨®ricamente siempre ha sido as¨ª, y tras lo visto el viernes por la noche, lo sigue siendo. La sala mediana del Auditori se llen¨® para recibir a Marcelo Mercadante, y no s¨®lo se llen¨® de p¨²blico, sino que se llen¨® de calor y de entusiasmo. En ambos casos comprensible porque el concierto fue tan denso como bello.

El bandoneonista y compositor bonaerense afincado en la capital catalana presentaba en sociedad su ¨²ltimo trabajo discogr¨¢fico, titulado Suburbios del alma, uUn ambicioso proyecto de tango canci¨®n para el que ha contado con la colaboraci¨®n de diversas voces, algunas de las cuales le secundaron en el escenario del Auditorio.

As¨ª, Lidia Borda lleg¨® desde la misma Buenos Aires para mostrar en varios temas un gusto exquisito, al que s¨®lo le falt¨® algo de la enjundia que se esconde en los textos del poeta Pablo Marchetti, responsable, junto con Mercadante, de todos los temas el disco.

La rabia que le falt¨® a Lidia Borda la exterioriz¨® Francisco R¨ªos Palacios, y Elba Pic¨® cant¨® con su elegancia y nervio habituales una sola canci¨®n que supo a poco.

Poveda y el bandone¨®n

Miguel Poveda, flamante Premio Nacional de M¨²sica, tuvo m¨¢s suerte con el repertorio. Dejando de lado su rajo flamenco, pero no su profundo sentimiento, Poveda bord¨® cada una de sus intervenciones llev¨¢ndolas hasta el l¨ªmite del estremecimiento. A su lado el bandone¨®n de Mercadante gem¨ªa y lloraba con la misma intensidad: un t¨¢ndem soberbio.

No todo fueron canciones en el concierto del pasado viernes, Mercadante recuper¨® tambi¨¦n alguno de sus tangos instrumentales anteriores, en los que el esp¨ªritu de Piazzolla estaba mucho m¨¢s presente.

Acompa?ado por su grupo, el Quinteto Porte?o, y con la ayuda, en algunos temas del concierto, del percusionista Roger Blavia, Marcelo Mercadante ofreci¨® una actuaci¨®n c¨¢lida, densa, sin excesos ni f¨¢ciles arrebatos de virtuosismo, pero repleta de destellos de colores.

Fue una muestra magn¨ªfica de ese sentimiento que comparte con Poveda. Todo el grupo son¨® conjuntado y preciso, destacando una vez tras otra el viol¨ªn de Olvido Lanza, contrapunto perfecto al bandone¨®n de Marcelo Mercadante.