Futbolistas virtuales
Las nuevas versiones de los videojuegos Pro Evolution Soccer y FIFA 2008 salieron al mercado para esta Navidad. Seg¨²n la cr¨ªtica especializada, cuentan con una serie de mejoras para intentar reproducir con mayor fidelidad a¨²n la realidad en la pantalla. No se sabe si los cr¨ªticos alg¨²n d¨ªa extender¨¢n su labor a la calificaci¨®n de las prestaciones de los jugadores virtuales o si los programas del coraz¨®n nos desvelar¨¢n los entresijos de su vida nocturna una vez apagada la PlayStation. Lo que s¨ª es posible hoy es entrar en YouTube y ver las jugadas de Kak¨¢ o de Messi reales, pero tambi¨¦n las de sus respectivos personajes animados, sus extensiones pixelizadas, que, guiados por un joystick, corren, gambetean y fabrican hermosos goles digitales. Emociones reales con jugadores virtuales.
Casi la mitad de los usuarios asiduos de estos videogames est¨¢n en el grupo de edad que va desde los 6 hasta los 17 a?os. Ser¨ªa interesante entender los efectos que puede producir el exceso del uso de la realidad virtual por parte de los ni?os y los adolescentes en la percepci¨®n que se monten luego del mundo real. Lo que percibimos como real depende siempre de nuestras experiencias pasadas y nuestras reacciones al mundo est¨¢n basadas en esas experiencias. La interacci¨®n excesiva con estos videojuegos podr¨ªa llevarnos a tomar lo virtual como normal. Nunca podr¨ªan el Kak¨¢ o el Messi de carne y hueso sorprender a un ni?o que ya ha marcado cientos de goles con ellos en su consola. Tampoco podr¨ªan correr m¨¢s r¨¢pido o cansarse menos que su yo virtual. ?Es posible que muchas horas de esas experiencias virtuales empiecen a formar parte de un bagaje emocional y perceptivo que altere de alguna forma la manera en la que se experimenta la realidad? La pregunta se transforma en un argumento mucho m¨¢s serio si nos referimos a los videojuegos ligados a situaciones de violencia.
Seis de los diez videojuegos m¨¢s vendidos en Espa?a giran en torno al bal¨®n, lo cual representa un alivio, ya que, al menos, no son juegos basados en la destrucci¨®n masiva. Sin embargo, este deporte de sof¨¢ se suma a la televisi¨®n y al ordenador formando un pesado tr¨ªo de distracci¨®n en favor del sedentarismo, otro obst¨¢culo entre los j¨®venes y la actividad f¨ªsica. Los videojuegos utilizados con exceso tienden a aislar a los ni?os porque, generalmente, se practican en soledad, con todas las consecuencias psico-f¨ªsicas que se derivan.
Existe una felicidad at¨¢vica derivada del esfuerzo f¨ªsico. Una sensaci¨®n de bienestar asociada al movimiento y a la superaci¨®n de dificultades, ya sea la pr¨¢ctica de un deporte espec¨ªfico o, simplemente, salir a correr al parque.
Invito a los ni?os y a los no tan ni?os a apagar las consolas, calzarse las botas y salir a gritar goles reales.
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