Un poder absoluto construido a golpe de urna
El descr¨¦dito de los pol¨ªticos y el alza del petr¨®leo catapultaron a Ch¨¢vez
Por primera vez desde su llegada al poder, el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, ha experimentado la incertidumbre electoral. Y es que aunque gane el refer¨¦ndum constitucional que despeja el camino hacia su poder absoluto, la reacci¨®n opositora que ha brotado en las calles y en las propias filas del chavismo suponen un contrapunto a las victorias arrolladoras que ha ido cosechando en las urnas desde 1999.
Con perseverancia, astucia y suerte, este teniente coronel de 53 a?os, que intent¨® hacerse con el poder con un golpe de Estado en 1992, ha ido construyendo una autocracia utilizando con habilidad los instrumentos de la democracia.
De su tozudez y de su astucia dan sobrada cuenta quienes le conocen. "Frente a su imagen de improvisaci¨®n y de espontaneidad, Ch¨¢vez es, en realidad, sumamente calculador", explica Alberto Barrera, autor, con la periodista Cristina Marcano, de una biograf¨ªa del presidente venezolano.
Los programas sociales han creado una red de clientes pol¨ªticos
Se nacionalizaron empresas y se estrech¨® el control sobre la educaci¨®n
La suerte no es un elemento menor. Cuando Ch¨¢vez lleg¨® a la presidencia del sexto pa¨ªs exportador de petr¨®leo, el precio del barril estaba a 8 d¨®lares. Hoy supera los 90 d¨®lares. Ch¨¢vez est¨¢ sentado en un pozo de riqueza que gestiona de manera discrecional y que, coinciden los analistas, es la ¨²nica garant¨ªa de su permanencia en el poder.
La clave de la popularidad de este militar divorciado -"casado con la patria", dice-, devoto admirador de Fidel Castro y amigo del iran¨ª Mahmud Ahmadineyad, est¨¢ en haber enarbolado la bandera de la pobreza. Con ello se gan¨® la adhesi¨®n de la mitad de los venezolanos, cansados de gobiernos corruptos que no permit¨ªan que les salpicara ni una gota de la riqueza nacional.
Los jodidos, por fin, sent¨ªan que ten¨ªan voz, y una voz que no se calla: sus intervenciones p¨²blicas en discursos oficiales o en su programa semanal de Al¨®, presidente!, donde puede perorar durante horas, derrochan unas innegables dotes de comunicaci¨®n.
Con su "revoluci¨®n bolivariana" y el "socialismo del siglo XXI", Ch¨¢vez puso la pobreza en la agenda y cre¨® una vasta red de programas asistenciales que se convierten en las urnas en redes clientelistas. De ellas forma parte tambi¨¦n la nueva clase de funcionarios de la burocracia bolivariana, convertidos en nuevos ricos (los llamados boliburgueses). La eficacia electoral de este sistema no deja lugar a dudas: Ch¨¢vez gan¨® las elecciones presidenciales de 1998 con un 56,20% de los votos, y revalid¨® su victoria dos a?os despu¨¦s con un 59,76% y la mayor¨ªa absoluta en el Parlamento, lo que le permiti¨® comenzar a gobernar por decreto.
Ni las protestas masivas del a?o 2002, que dejaron en las calles 19 muertos y m¨¢s de un centenar de heridos, ni la huelga de los trabajadores petroleros, que paralizaron el pa¨ªs durante dos meses, hicieron mella en el respaldo popular. En ese contexto, Ch¨¢vez sobrevivi¨® en abril a una intentona golpista que dur¨® 48 horas. Dos a?os despu¨¦s, en agosto de 2004, arrasaba con un 59% en el refer¨¦ndum que la oposici¨®n hab¨ªa planteado para revocar su mandato presidencial.
La crisis de la oposici¨®n, con los partidos tradicionales aniquilados, apuntal¨® las sucesivas victorias de Ch¨¢vez. La decisi¨®n de boicotear los comicios legislativos de 2005 otorg¨® al r¨¦gimen el control absoluto de la Asamblea Nacional. Y en las presidenciales de 2006, el presidente vio revalidado su mandato hasta 2013 con casi el 63% de los votos.
Gracias a las leyes "habilitantes", Ch¨¢vez gobierna con poderes ilimitados y controla todas las instancias de la Administraci¨®n. Sin ninguna clase de impedimento, el Gobierno pone en marcha nacionalizaciones por decreto, estrecha el control de la educaci¨®n, cartera que dirige Ad¨¢n Ch¨¢vez, hermano del presidente, o acosa a los medios de comunicaci¨®n cr¨ªticos, como demostr¨® la clausura de Radio Caracas Televisi¨®n.
Pero esta vez, el proyecto de modificar la Constituti¨®n de 1999 para instaurar un modelo econ¨®mico socialista, que sigue los pasos del r¨¦gimen cubano, ha provocado profundas divisiones en la poblaci¨®n. Encabezados por los estudiantes, los opositores se han echado a la calle. A las voces cr¨ªticas se han unido connotadas personalidades del oficialismo, que han sido calificadas de "traidoras". La m¨¢s emblem¨¢tica ha sido el general Ra¨²l Baduel, ministro de Defensa de Ch¨¢vez y leal asesor, que logr¨® frustrar la intentona golpista de 2002. Ahora Baduel considera la reforma constitucional como la culminaci¨®n, de hecho, de un golpe de Estado.
El general no oculta su decepci¨®n con los derroteros de ese "proyecto bolivariano" al que jur¨® fidelidad. En un art¨ªculo publicado ayer por The New York Times, Baduel asegura que, en estos ocho a?os, Ch¨¢vez no ha resuelto ninguno de los graves problemas del pa¨ªs: la inflaci¨®n del 17%, el desempleo, la criminilidad desbocada, la escasez de productos de primera necesidad o las deficiencias en educaci¨®n y salud no se arreglan, dice, con esta reforma. "Todos los venezolanos somos culpables del declive institucional que estamos presenciando", asegura Baduel.
Ch¨¢vez ha proclam¨® que podr¨ªa gobernar "hasta el 2050 o hasta que el cuerpo el aguante". Algunas se?ales indican que la sociedad venezolana podr¨ªa aguantar menos.
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