Somos lo que sembramos
En tiempos pasados, Hip¨®crates dec¨ªa "somos lo que comemos". Ahora, a partir de un colectivo de campesinos de Lleida, la Assemblea Pagesa, se pone en marcha una plataforma de la sociedad civil que reivindica "som lo que sembrem". Porque en la elecci¨®n de una semilla, en el acto de arar la tierra, sembrarla y hacerla crecer, estamos, en realidad, definiendo qu¨¦ modelo de agricultura, de medio rural y de alimentaci¨®n queremos para nosotros y para las futuras generaciones.
El modelo impuesto en la actualidad ya sabemos qu¨¦ nos ofrece: alimentos estandarizados y a bajo precio, a costa de un medio rural despoblado. Se incrementan anualmente las hect¨¢reas dedicadas al cultivo uniforme de ma¨ªz transg¨¦nico, y las granjas de animales son bater¨ªas de animales repetidos que hacemos engordar en pocos d¨ªas sin que tengan la posibilidad, tan siquiera, de ver la luz del sol. Junto a ellas, los campos y r¨ªos se contaminan con sus residuos. Ciertamente, se consiguen altas producciones pero la especializaci¨®n nos obliga a depender de la importaci¨®n de muchos otros alimentos que ya hemos olvidado cultivar, y tienen que llegar de muy lejos, como la fruta que viaja desde Chile. Finalmente, como estamos observando estos d¨ªas, nuestra ganader¨ªa es totalmente dependiente de los cereales y si aumenta su demanda mundial como ahora por el tir¨®n asi¨¢tico y los agrocombustibles, los precios de algunos alimentos se disparan.
El modelo actual se basa en alimentos estandarizados a bajo precio, a costa de un medio rural despoblado
Catalu?a, y pr¨¢cticamente todos los territorios del planeta, tiene la posibilidad de plantearse un modelo de alimentaci¨®n que descanse en modelos agroecol¨®gicos. Potenciando una agricultura y ganader¨ªa de peque?a escala integrada en el ecosistema, se facilitar¨ªa adem¨¢s la recuperaci¨®n del sector basado en peque?os agricultores vital para el equilibrio territorial y llenar de vida los rincones del pa¨ªs. Si reducimos las importaciones de alimentos de pa¨ªses en desarrollo, conseguiremos que ¨¦stos liberen tierras para poder producir sus cultivos, y reactivar tambi¨¦n en ellos el sector rural, en pa¨ªses donde el porcentaje de personas que se dedican al campo es muy significativo. Como consumidores los alimentos que degustaremos ser¨¢n tal vez menos ex¨®ticos, pero m¨¢s saludables.
Som lo que sembrem es consciente de la importancia de avanzar en estos modelos, y de los frentes que hay que combatir. El primero de ellos, y paradigm¨¢tico desde hace ya unos a?os, es la invasi¨®n de las semillas transg¨¦nicas. Para estos campesinos las semillas no son una mercanc¨ªa, son la primera herramienta de trabajo despu¨¦s de la tierra y existen dos opciones. Entrar en la din¨¢mica de las semillas clonadas o utilizar en la siembra parte de las semillas producidas en el a?o anterior, intercambiar semillas con otros agricultores y ser responsables directos de la selecci¨®n de las semillas, siembra tras siembra, renovando permanentemente la biodiversidad de los cultivos. Con ello, se aumenta la diversidad dentro de cada variedad de cultivo, lo cual es indispensable para su adaptaci¨®n a los diferentes tipos de terrenos o a los cambios del clima.
Som lo que sembrem, desde su p¨¢gina web (www.somloquesembrem.org), quiere facilitar a la poblaci¨®n catalana la posibilidad de declarar Catalu?a zona libre de transg¨¦nicos, como ya han hecho otros territorios europeos. Para ello, ponen en marcha lo que se conoce como iniciativa legislativa popular, una herramienta de participaci¨®n pol¨ªtica ciudadana que permite que se puedan proponer leyes en el Parlamento a partir de la recogida de 50.000 firmas. Se a?aden tres puntos m¨¢s: la prohibici¨®n inmediata de los cultivos de ma¨ªz transg¨¦nico MON810, de la multinacional Monsanto, que, seg¨²n Greenpeace, la toxina insecticida que produce, est¨¢ en concentraciones muy impredecibles; el etiquetado claro de los alimentos que en su proceso de producci¨®n utilizan transg¨¦nicos, como los productos de origen animal de los que desconocemos con qu¨¦ han sido alimentados, y, por ¨²ltimo, una moratoria al desarrollo e investigaci¨®n de los transg¨¦nicos en Catalu?a. He le¨ªdo la p¨¢gina web con atenci¨®n, y ahora s¨®lo faltan 49.999 firmas.
Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios Sin Fronteras.
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