?Chavismo sin Ch¨¢vez?
La negativa del pueblo venezolano a sancionar una reforma de la Constituci¨®n que abarrotaba de poderes al presidente Hugo Ch¨¢vez, ha sido mucho m¨¢s una derrota del mandatario que un triunfo, tal cual, de la oposici¨®n. El 3 de diciembre del a?o pasado, en las terceras presidenciales en las que compet¨ªa y venc¨ªa, Hugo Ch¨¢vez Fr¨ªas obtuvo el 62% de los sufragios contra el 38% de Manuel Rosales, sosegad¨ªsimo candidato de toda la oposici¨®n, y esa honda diferencia entre chavistas y antichavistas no hay motivo para suponer que haya menguado, pese a que el poder haya visto c¨®mo se volatilizaban en el refer¨¦ndum 24 puntos de ventaja.
Esto es as¨ª porque, manteni¨¦ndose el voto contrario en cifras muy similares a las de 2006, pero con una abstenci¨®n bastante mayor, la derrota se la han tenido que infligir al l¨ªder bolivariano sus propios partidarios, los chavistas antiimperiales, especialmente del partido Podemos, que en alg¨²n n¨²mero han votado que no o, mucho m¨¢s copiosamente, se han quedado en casa, porque s¨®lo con la oposici¨®n titular las cuentas no habr¨ªan cuadrado. El resultado es, por a?adidura, fuertemente polis¨¦mico.
Una parte del chavismo ha dicho: "Por ah¨ª, no", hasta que se sepa en qu¨¦ consiste la revoluci¨®n
Su primer mensaje consiste en que Venezuela es, b¨¢sicamente, una democracia. No s¨®lo porque las dictaduras -y muy pocas democracias- jam¨¢s pierden este tipo de consultas, sino porque, aunque cabe que recomi¨¦ndose los h¨ªgados, el presidente ha acatado el veredicto popular, dato que a?ade uno m¨¢s a la lista de infundios internacionales que el PP espa?ol ha puesto en circulaci¨®n en los ¨²ltimos a?os. Y, por esa misma raz¨®n, el refer¨¦ndum legitima tambi¨¦n ex post facto ante todo aquel que de buena fe haya tenido dudas en el pasado, la limpieza de las victorias electorales del venezolano. El camino a un r¨¦gimen autoritario amparado por una Constituci¨®n ad hoc -equivalente a votar democr¨¢ticamente poderes consulares- puede que se hubiera iniciado ya, pero una parte del chavismo ha dicho: "Por ah¨ª, no".
En segundo lugar, el voto rechaza la construcci¨®n del llamado socialismo del siglo XXI, por lo menos hasta que se sepa en qu¨¦ consiste, y, en el mismo paquete, la idea de Estado patrimonial que en estas ¨²ltimas semanas ha defendido Hugo Ch¨¢vez a vueltas de su trifulca con Espa?a; el presidente no ha cesado de amenazar con la nacionalizaci¨®n de bancos y la expulsi¨®n de todas las empresas espa?olas de Venezuela, si el rey Juan Carlos no se excusa por haberle mandado callar en la pasada cumbre iberoamericana de Santiago. Y, al margen de que la votaci¨®n no aleja el peligro de que el presidente proceda contra quien le venga en gana, un gobernante que habla de nacionalizaci¨®n y expulsi¨®n de empresas, sin otro motivo que el disgusto que le produzcan (justificado o no, ¨¦se no es el caso) las maneras de su hom¨®logo espa?ol, es alguien que se siente propietario del pa¨ªs, como los Reyes Cat¨®licos -¨¦sos a los que tanto malquiere Ch¨¢vez- hace 500 a?os. ?Ser¨ªa eso anticipo del socialismo del siglo XXI?
Y en tercer lugar, adem¨¢s de esta coyunda de facto entre oponentes y partidarios desafectos del presidente, hay un gran vencedor de la consulta que es la Comisi¨®n Nacional Electoral (CNE), cuyo presidente hab¨ªa garantizado un conteo impecable, y todo parece indicar que as¨ª se ha procedido. Un escrutinio que, adem¨¢s, fue indiferente a las pasiones partidistas que desataba, puesto que el poder tuvo que retirar, ya entrada la noche, un anuncio para celebrar la gloria inmarcesible de su triunfo, que hab¨ªa apalabrado con el diario El Nacional de Caracas apenas cerradas las urnas, cuando daba por segura la victoria.
?C¨®mo reaccionar¨¢ el bolivariano ante el desaire electoral? Hay quien teme que el resultado no s¨®lo no modere, sino que a¨²n excite m¨¢s el furor revolucionario de Ch¨¢vez y con los considerables poderes que ya posee trate de llevar el agua a su molino. Si as¨ª obrase, podr¨ªa estarse equivocando, como con la convocatoria de la consulta, porque la ¨²ltima y no menos significativa de las singularidades a que apunta el refer¨¦ndum es que una parte de los votantes habituales del presidente no le har¨ªan ascos a un chavismo sin Ch¨¢vez, o lo que es lo mismo a que un d¨ªa continuara la obra m¨¢s o menos socializante de Gobierno alguien distinto del propio fundador. Es lo mismo que decir que no al chavezato, a la conversi¨®n de un movimiento pol¨ªtico en r¨¦gimen, sin retirarle, de momento, el s¨ª a Hugo Ch¨¢vez.
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