A partir de ahora
La unidad contra ETA es incompatible con actitudes tan sectarias como la de la AVT
La importancia de la concentraci¨®n "por la libertad, para la derrota de ETA" celebrada ayer en Madrid no deriva tanto de la participaci¨®n ciudadana (muy escasa) como del car¨¢cter unitario de la convocatoria, y de la forma en que se alcanz¨® esa unidad en las horas que siguieron al crimen que la motiv¨®. Un acuerdo r¨¢pido y sin que ninguno de los 17 partidos y organizaciones sociales representadas condicionase su adhesi¨®n a la previa aceptaci¨®n de sus planteamientos propios.
Frente a esa actitud, ha resultado especialmente chirriante la de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT), que se ha desmarcado de la convocatoria con el pretexto de que s¨®lo tendr¨ªa sentido si antes se ilegaliza a ANV y se deroga la resoluci¨®n parlamentaria de 2005 sobre una salida dialogada. La primera de esas reclamaciones tiene m¨¢s sentido que la otra, aunque ninguna de ellas justifica en este momento la ruptura de la unidad de acci¨®n contra ETA.
Adem¨¢s, no es el papel de la AVT convertirse en censor de las iniciativas de los partidos. Como otras organizaciones c¨ªvicas nacidas contra ETA, la AVT ten¨ªa sentido como referencia suprapartidaria, impulsora de la unidad de acci¨®n contra el terrorismo. ?sa fue durante a?os una de sus se?as de identidad esenciales, y de ella eman¨® su legitimidad ante la poblaci¨®n. Esa legitimidad la ha dilapidado del todo desde que la dirige Francisco Jos¨¦ Alcaraz, experto en convocar manifestaciones cuando no hay v¨ªctimas y en borrarse de ellas cuando s¨ª las hay. No es s¨®lo que haya abandonado esa funci¨®n de bisagra, sino que ha pasado a hacer lo contrario: a actuar como factor de divisi¨®n. Primero, convirti¨¦ndose en reproductor de las posiciones de un partido, el PP, lo que dificultaba la participaci¨®n en sus iniciativas de v¨ªctimas y ciudadanos que no compartieran esas posiciones; y ahora, desbordando incluso al PP, al que trata de dictar las condiciones en que puede participar en iniciativas unitarias.
Seguramente hay sectores del PP que comparten ese sectarismo, y otros que no se atreven a enfrentarse a la demagogia de Alcaraz y equivalentes en otros movimientos. Ayer le fall¨® la memoria a su portavoz Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz cuando declar¨® que su partido nunca ha dejado de participar en movilizaciones por la libertad y contra ETA. Dej¨® de hacerlo en enero pasado, despu¨¦s de que los convocantes de una manifestaci¨®n contra el atentado de la T-4 aceptaran incluir esa consigna, como hab¨ªa exigido el Foro Ermua, primero, y el PP, despu¨¦s. Pero finalmente no se sumaron.
Hay s¨ªntomas para pensar que la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica en favor de una respuesta unitaria acabar¨¢ venciendo las resistencias sectarias que a¨²n existen. La convocatoria de ayer podr¨ªa haber marcado el inicio de esa tendencia. Sin embargo, apenas acudieron 7.000 personas. Tal vez la ciudadan¨ªa capt¨® el poco inter¨¦s que algunos de los convocantes pusieron en ella.
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