Entender lo que se lee
El Informe PISA sobre la ense?anza en Espa?a ha levantado inquietud; es el ¨²nico avance
Aparentemente, los datos del Informe PISA sobre la situaci¨®n de nuestro sistema educativo han suscitado esta vez cierta preocupaci¨®n en la opini¨®n p¨²blica; tal vez se deba a que el mayor retroceso se registra en comprensi¨®n lectora. Los adolescentes espa?oles leen poco y no entienden mucho de lo que leen. La alarma est¨¢ justificada porque si falla eso se cierra el acceso al resto de los conocimientos.
Ya es algo que emerja tal inquietud, porque las encuestas reflejan sistem¨¢ticamente que la educaci¨®n ocupa un lugar muy secundario entre las preocupaciones de los espa?oles. Algunas reacciones oficiales no han estado a la altura de esa inquietud. Especialmente las rutinarias apelaciones al pasado hist¨®rico, que no vienen a cuento, o la satisfacci¨®n de algunos responsables auton¨®micos porque han quedado menos mal que sus vecinos. Circunstancias como el fuerte aumento de la poblaci¨®n inmigrante pueden ayudar a entender los resultados, pero no sirven para justificarlos; sobre todo, no justifican visiones esc¨¦pticas de que, se haga lo que se haga, los resultados ser¨¢n siempre parecidos porque dependen de factores familiares, socioecon¨®micos o ambientales.
Si el estudio detecta un problema, requerir¨¢ medidas espec¨ªficas para hacerle frente; por ejemplo, de apoyo a esos escolares inmigrantes, o de est¨ªmulo de la lectura de los adolescentes. Es de sobra conocido que la lectura de los padres llama a la lectura de los hijos, y viceversa. En Espa?a, el 44,5% no lee nunca o casi nunca un libro. Eso es un dato. Habr¨¢ que tenerlo en cuenta para encontrar mecanismos que estimulen la lectura de los adolescentes en cuya casa no se lea.
Leer es lo que lleva a comprender; y es lo que permite tambi¨¦n expresarse con correcci¨®n a la hora de responder a una pregunta sobre un texto e incluso de forma oral en la vida cotidiana. El hecho de que el 38,5% de la poblaci¨®n espa?ola adulta ni siquiera haya acabado los estudios obligatorios es un factor decisivo en los resultados de los alumnos, como tambi¨¦n lo es la cantidad de libros que tengan en casa. Pero s¨®lo faltaba que toda la responsabilidad de los malos resultados de sus hijos en comprensi¨®n lectora fuera de los padres. Son las administraciones, en este caso, especialmente las educativas y culturales, las responsables de identificar los problemas y de promover iniciativas que ayuden a solucionarlos.
El fin de la lectura no es s¨®lo disfrutar o conocer a los autores literarios, es tambi¨¦n aprender, seg¨²n la nueva Ley de Educaci¨®n. Sin embargo, esta propuesta de dedicar un tiempo a la lectura en cada una de las asignaturas en Primaria y ESO ha pasado inadvertida. Esto obligar¨ªa a los alumnos a manejar otros libros aparte de los de texto, mapas, de divulgaci¨®n, etc¨¦tera. La responsabilidad de aplicarlo es de las comunidades aut¨®nomas y de los propios centros educativos. La responsabilidad de los malos resultados es compartida y las soluciones deben serlo tambi¨¦n.
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