El agua como s¨ªntoma

Si alguien ten¨ªa alguna duda sobre el inter¨¦s real de la derecha valenciana sobre los recursos h¨ªdricos, el abastecimiento normalizado de agua en un desarrollo sostenible o el cambio clim¨¢tico, la deplorable actitud del grupo popular de las Corts ya no puede dejar a nadie confuso sobre sus intenciones.

Es una obviedad: el agua ha sido para el PP un instrumento de confrontaci¨®n y de victimismo en un entorno de confusi¨®n e hilaridades patri¨®ticas cuyo ¨²nico objetivo visible hoy es agredir al gobierno de Zapatero y, siempre, laminar las opciones del socialismo valenciano. Pero lo relevante, en mi opini¨®n, de los ¨²ltimos meses es la sucursalizaci¨®n extrema al que Camps ha sometido a la Generalitat. Ausente del gobierno, alejado del mundanal ruido de las necesidades urgentes de los valencianos, el President ha puesto todos sus poderes al servicio de la causa conservadora espa?ola.

Ciertamente anunci¨® su nihilismo en el propio discurso de investidura donde por primera vez en la historia democr¨¢tica, no esboz¨® ning¨²n compromiso, ninguna planificaci¨®n, ning¨²n reto que afectara al destino de este pa¨ªs. Siempre se sinti¨® m¨¢s c¨®modo en el ¨¢mbito folkl¨®rico donde acomod¨® sus argumentos regionales pero, como para tantos l¨ªderes del PP, la prioridad no est¨¢ en esta tierra y la abdicaci¨®n de su responsabilidad ya no puede silenciarse.

Y, si en estos escasos meses de legislatura auton¨®mica las sesiones de control al presidente del Consell han sido convertidas por los conservadores en una extra?a patra?a de fiscalizaci¨®n del gobierno de Espa?a, desde que la vicepresidenta se comprometi¨® con la propuesta socialista de Valencia, el punto de mira del PP ha sido el mensaje destructivo contra Fern¨¢ndez de la Vega a la que no s¨®lo ocultan en una televisi¨®n -ya s¨®lo p¨²blica en la financiaci¨®n- sino que la intentan convertir en otro de esos peligros a los que la derecha regional nos tiene tan acostumbrados.

El problema no es la treta de insultar la inteligencia de los ciudadanos queriendo derogar lo que ya no est¨¢ vigente, lo peor es el enga?o sistem¨¢tico en el fondo de la cuesti¨®n. Rajoy con un liderazgo cada d¨ªa m¨¢s debilitado, no habla del agua en mitad Espa?a y en el resto -aqu¨ª y en Murcia- ya no se atreve a hablar del Ebro.

El trasvase del Ebro ni era, ni es la soluci¨®n, ni se realizar¨¢ en cualquier caso. El PP ya hace tiempo que lo sabe pero se resiste porque les ha sido tan rentable en votos la quimera que temen un trasvase masivo de electores -hartos de mentiras- hacia la racionalidad. Cada d¨ªa que pasa y avanza el plan AGUA, los fantasmas se desvanecen porque esta sociedad necesita suficientes recursos h¨ªdricos para desarrollarse y los vamos a tener con una garant¨ªa independiente de factores externos.

La consolidaci¨®n de la desalinizaci¨®n, la reutilizaci¨®n, la modernizaci¨®n y la buena gesti¨®n del uso h¨ªdrico junto con la ruptura de la supuesta armonizada posici¨®n territorial del PP que les hace decir lo contrario en cada comunidad, ha puesto contra las cuerdas al conglomerado de intereses que representan Rajoy-Camps.

Esta legislatura que acaba naci¨® entre las mentiras del PP y, afortunadamente para el sistema democr¨¢tico, la verdad se abre camino al tiempo que la deslegitimaci¨®n en la que se apoy¨® toda la agenda de la oposici¨®n, ya no tiene quien le escriba.

?Qu¨¦ le quedar¨¢ ahora al PP si, a su pesar, hay agua para hoy, para ma?ana, para siempre? La huida de Camps tiene motivo pero resulta estremecedora su falta de confianza en las instituciones y en la sociedad de la Comunidad Valenciana.

Joaquim Puig es portavoz adjunto Grupo Socialista