La millonaria Brooke Astor no puede descansar en paz
Su hijo Anthony Marshall se enfrenta a cadena perpetua por acusaciones de abusar de su madre, muerta en agosto
La conocida como Primera Dama de Nueva York, Brooke Astor, no puede descansar en paz. Los ¨²ltimos a?os de su vida ya fueron dignos de una novela por entregas. Pero una vez fallecida -el pasado agosto cuando contaba 105 a?os-, el libreto no para de crecer y crecer.
El hijo de la dama de la alta sociedad, Anthony Marshall, que cuenta con 83 a?os, se enfrenta estos d¨ªas en los tribunales neoyorquinos a cadena perpetua por acusaciones de haber abusado de su madre en sus ¨²ltimos a?os, cuando ¨¦sta sufr¨ªa de Alzheimer. Seg¨²n los abogados de la acusaci¨®n, el hijo de Brooke Astor podr¨ªa haber robado decenas de millones de d¨®lares y haber obligado a su madre a cambiar su testamento en sus ¨²ltimos suspiros.
Marshall, miembro del cuerpo diplom¨¢tico y productor de Broadway galardonado con un premio Tony, se present¨® en los juzgados de Nueva York esta semana para escuchar los cargos de falsificaci¨®n y fraude presentados contra ¨¦l. A su lado estaba su abogado, Francis Morrisey, pero no para defenderle. Tambi¨¦n est¨¢ en el banquillo de los acusados, en su caso acusado por haber falsificado la firma de Astor en el testamento. "Era su asesor financiero y su abogado, y se supon¨ªa que deb¨ªa actuar en su inter¨¦s, algo que no hizo en ning¨²n momento", dijo el fiscal Robert Morgenthau.
A su muerte, Astor dej¨® una fortuna valorada en casi 200 millones de d¨®lares. La manera en que su hijo gestionaba los fondos de la madre hizo que intervinieran una vez m¨¢s los tribunales. En 2006, Anette, la esposa del dise?ador ?scar de la Renta e ¨ªntima amiga de los Astor, se convirti¨® en la representante legal de Astor.
Marshall rob¨® obras de arte de la casa de su madre, se subi¨® el sueldo de asesor en un mill¨®n al a?o y destin¨® dinero de las cuentas de Astor a gastos tan extravagantes como un sueldo de 52.000 d¨®lares para el capit¨¢n del yate de su propiedad, se recoge en la denuncia. En una ocasi¨®n, Marshall le cont¨® a su madre que se estaba quedando sin dinero y la oblig¨® a vender un cuadro de la artista Childe Hassam por 10 millones. En la transacci¨®n se qued¨® con una nada desde?able comisi¨®n de dos millones.
En su larga vida, la dama fil¨¢ntropa cedi¨® 200 millones a obras de caridad de la ciudad de Nueva York. Seg¨²n le gustaba confesar a la prensa, su norma era: "El dinero es como el abono. Hay que esparcirlo".
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