Mourinho, Espa?a te necesita
"Los clubes son el
mundo moderno y las selecciones son el mundo antiguo".
-Ars¨¨ne Wenger,
entrenador del Arsenal,
hace dos semanas
Alguien tiene que venir al rescate de Jos¨¦ Mourinho. Tanto por solidaridad ib¨¦rica como por inter¨¦s propio. Ese alguien debe ser el presidente de un club de f¨²tbol espa?ol, uno lo suficientemente listo como para reconocer el valor de fichar al mejor entrenador desempleado del mundo. Porque, si no, tan desesperado est¨¢ el ex del Chelsea por volver a trabajar que podr¨ªa proponerse el calvario -absurdamente bien pagado, eso s¨ª- de dirigir a la selecci¨®n inglesa. O eso dice la prensa de all¨¢, que inform¨® el viernes de que Mourinho hab¨ªa volado de Portugal a Londres para entrevistarse con los jefes de la Football Association y proponerles un plan para revitalizar a la moribunda Albi¨®n.
Ser¨ªa terrible. Un desperdicio de talento mucho mayor que el de David Beckham, cuya decisi¨®n de semirretirarse en la Liga de Estados Unidos se apoya en la realidad de que le habr¨ªan quedado s¨®lo dos o tres a?os m¨¢s de f¨²tbol serio, y en la necesidad de satisfacer los caprichos de su mujer. Pero el semirretiro para Mourinho, que con sus 44 a?os tiene por lo menos 20 m¨¢s por delante como entrenador de primer nivel, es algo que el mundo del f¨²tbol no debe permitir. No s¨®lo porque es un ganador nato (nos guste o no el f¨²tbol que practica), sino tambi¨¦n porque es un grand¨ªsimo showman. Con sus ingeniosas sandeces y con esa arrogancia de dios griego que emana, aporta un valor incomensurable al espect¨¢culo m¨¢s grande de la Tierra. Para el f¨²tbol espa?ol, que en los ¨²ltimos tiempos est¨¢ perdiendo ratings globales frente al ingl¨¦s, ficharle ser¨ªa toda una inyecci¨®n de vitaminas.
S¨®lo podr¨ªan pagar su sueldo uno de los cuatro o cinco grandes clubes, claro. El Valencia podr¨ªa haber sido una opci¨®n (si la fue y optaron por Koeman, no entienden nada). El Sevilla podr¨ªa seguir si¨¦ndolo, aunque es dif¨ªcil imaginar una feliz convivencia entre los superegos de Mourinho y Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido. Y como el Atl¨¦tico de Madrid va de cine de repente con Javier Aguirre, nos quedamos con el Real Madrid o el Barcelona.
Ser¨ªa una gozada presenciar la guerra de palabras que se desatar¨ªa entre el Madrid y el Bar?a en el caso de que el portugu¨¦s asumiera el mando en el Bernab¨¦u. Lamentablemente, no parece que vaya a ocurrir. Por la falta de imaginaci¨®n, primero, de la actual c¨²pula del club y, segundo, por el hecho innegable de que Schuster est¨¢ obrando milagros dados los desastrosos fichajes del verano.
El Barcelona, en cambio, no debe ser una posibilidad tan remota para el veterano del Camp Nou, y ex int¨¦rprete de Bobby Robson, que en tres segundos y medio llev¨® al Oporto, y despu¨¦s al Chelsea, de la nada a la gloria. No le vendr¨ªa mal una dosis mourinhista a este Bar?a cansino, como tampoco le vendr¨ªa mal a Ronaldinho. Mejor el incandescente portugu¨¦s para sacar al brasile?o de su letargo que el elegante pero somn¨ªfero Frank Rijkaard. El roce entre Schuster y Mourinho, por otro lado, ser¨ªa lo m¨¢s grandioso desde los tiempos de Wellington y Napole¨®n.
En cuanto a Inglaterra, la soluci¨®n est¨¢ clar¨ªsima: Fabio Capello. El italiano ya ha dicho que le encantar¨ªa asumir "el bello desaf¨ªo" de dirigir a la selecci¨®n inglesa. A muchos ingleses, los que se fijan m¨¢s en su curr¨ªculum que en su estilo de juego, les ilusiona la idea. Y a ¨¦l le vendr¨ªa muy bien. Tiene 61 a?os, con lo cual ya tiene edad para ocupar un puesto que no exige m¨¢s de un par de meses de trabajo al a?o. (Diez partidos, como mucho, cada uno con sus tres d¨ªas de preparaci¨®n, e ir a ver unos 20 partidos de la Liga inglesa por temporada). Encima le pagar¨ªan m¨¢s o menos lo mismo que le pagaban en el Madrid (unos 500.000 euros al mes) y tendr¨ªa la oportunidad durante su abundante tiempo de ocio de mejorar su ingl¨¦s, que nunca viene mal.
Claro, con Capello como entrenador, ?qui¨¦n querr¨ªa ver jugar a Inglaterra? Nadie. Pues mejor. Como dice el m¨¢s grande, Ars¨¨ne Wenger, el f¨²tbol de selecciones pertenece al pasado. Si Capello contribuye a hacerlo desaparecer de una vez, nos har¨ªa un favor.
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