?Esto es un atraco!
Una joyer¨ªa expone esculturas que simulan un robo - Este a?o han descendido los delitos en el sector
Sus caras emanan violencia. Dos atracadores entran en una joyer¨ªa pistola en mano. Ya no gritan el famoso "?Esto es un atraco!", pero el fin es el mismo. La que s¨ª grita es una joven clienta asustada que ha tenido la mala fortuna de estar en el sitio equivocado. Uno de los ladrones se pone nervioso y, al no obtener el bot¨ªn deseado, dispara a bocajarro a la clienta. Le arranca el colgante y huye. Un anciano que pasea a su perro observa el crimen con cara de pavor desde el escaparate.
Podr¨ªa ser una escena sacada de una pel¨ªcula de Quentin Tarantino, pero es lo que sol¨ªa ocurrir en 2006 una vez cada tres d¨ªas en la Comunidad de Madrid. Ya no. Las cifras de atracos a joyer¨ªas de este a?o, por primera vez, han descendido hasta la mitad, seg¨²n el gremio de joyer¨ªas de la capital. "Aunque no hay que bajar nunca la guardia", explica su secretario general Armando Rodr¨ªguez.
"Se ha acortado el tiempo de reacci¨®n de la polic¨ªa", explica un joyero
Tambi¨¦n es la escena que la artista Eva Montero ha querido congelar en forma de cuatro esculturas de hierro a tama?o real (dos atracadores, el anciano y la joven v¨ªctima) que hasta el 6 de enero se podr¨¢n ver en la joyer¨ªa Gandolfi (San Andr¨¦s, 28).
"No es un chiste ni una provocaci¨®n", explica el responsable de la curiosa exposici¨®n en nombre de la artista madrile?a, que no quiere hacer declaraciones. "Se trata de denunciar de una forma distinta la brutalidad a la que se enfrentan los joyeros en los atracos".
Gandolfi, en el coraz¨®n del barrio de Malasa?a, no es una joyer¨ªa al uso. Est¨¢ decorada con sillones retro, una nevera de refrescos antigua y un surtidor cl¨¢sico de gasolina. Todo muy moderno. Y aunque hay varias c¨¢maras de v¨ªdeo instaladas, no hay cristales blindados ni ostentosas medidas de seguridad. Quiz¨¢ porque s¨®lo se vende plata y complementos fabricados con resina de poli¨¦ster. Quiz¨¢ porque nunca han sufrido ning¨²n atraco.
Jos¨¦ Manuel Mateo Redondo, propietario de una joyer¨ªa del barrio de Salamanca, s¨ª fue objeto hace un a?o de un robo que le cost¨® la vida. Mateo ha sido hasta ahora la ¨²ltima v¨ªctima mortal en Madrid en los atracos a joyer¨ªas.
El a?o 2007 empez¨® mal. Entre enero y febrero se registraron 45 atracos. Desde marzo, las cifras se han reducido un 50% con respecto al mismo periodo del a?o anterior.
"Se ha conseguido acortar el tiempo de reacci¨®n de la polic¨ªa", explica Armando Rodr¨ªguez. "El nuevo plan de verificaci¨®n de alarmas
[por el que la polic¨ªa est¨¢ conectada directamente al establecimiento] est¨¢ funcionando bien". Este nuevo sistema est¨¢ impulsado por el propio Gremio de Joyeros, en colaboraci¨®n con la Universidad Polit¨¦cnica y la Comunidad de Madrid.
Armando Rodr¨ªguez no ha visto todav¨ªa las esculturas de Eva Montero. "Es un tema muy serio y no conviene frivolizar", contin¨²a, "pero si sirve para llamar la atenci¨®n de la denuncia que llevamos tiempo haciendo, me parece estupendo".
Los curiosos se acercan poco a poco a la joyer¨ªa Gandolfi. Mar¨ªa Jes¨²s Y¨¢nez, de 49 a?os, vive dos calles m¨¢s arriba, acaba de comprar el pan y cuando mira por el escaparate parece imitar la expresi¨®n de terror de la escultura del anciano. "Es una buena idea si sirve para concienciar del problema de los joyeros", explica. "Estar en medio de un atraco tiene que ser una sensaci¨®n terrible. No sabr¨ªa qu¨¦ hacer ni d¨®nde esconderme", asegura.
Si uno se sit¨²a en el centro del grupo escult¨®rico puede sentir la adrenalina. "No, no", exclama Mar¨ªa Jes¨²s, "son unas esculturas muy buenas, pero prefiero verlas desde aqu¨ª. Son tan realistas que me da un poco de miedo verlas de cerca".
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