Cuidado, tu m¨®vil te vigila
Los sistemas de localizaci¨®n de personas se disparan de la mano de parejas celosas y padres preocupados - Los psic¨®logos advierten de la adicci¨®n al control
Gracias a la telefon¨ªa m¨®vil de ¨²ltima generaci¨®n, cualquier individuo puede ser localizado por otro. O, a la inversa, devenir detective y controlar desde la pantalla del tel¨¦fono o el ordenador la exacta ubicaci¨®n de su pareja, a sus hijos cuando salen de marcha o el trayecto de un familiar durante una excursi¨®n. Mujeres maltratadas, enfermos de Alzheimer o una flota de veh¨ªculos de empresa, incluso una mascota, pueden tambi¨¦n ser blancos de un sistema que permite a terceros conocer, en todo momento, d¨®nde est¨¢n, qu¨¦ pasos dan o si superan los l¨ªmites permitidos.
Poder ser localizado o localizar, esa es la cuesti¨®n. Porque el Gran Hermano m¨®vil ofrece servicios inocuos, cuando no indudables ventajas (proteger a un enfermo de Alzheimer, auxiliar a un excursionista perdido), pero tambi¨¦n hace de cualquiera un detective en potencia. Con resultados tr¨¢gicos a veces: uno de los ¨²ltimos cr¨ªmenes de violencia machista, el de la rusa Svetlana Orlova a manos de su ex pareja, incorpora como agravante el uso por ¨¦ste de un servicio de localizaci¨®n por m¨®vil en los d¨ªas previos al asesinato. Para una pareja patol¨®gicamente celosa, la posibilidad de localizar a la otra persona que ofrece la tecnolog¨ªa se convierte en probabilidad de descubrir d¨®nde est¨¢. De alcanzar. En la perfecta coartada del delirio.
Mar¨ªa lo usa con sus hijos cuando van de marcha; as¨ª ve d¨®nde est¨¢n
El dispositivo sit¨²a a una persona en el mapa con un error de 200 metros
"Estos aparatos pueden dar ideas y colmar la curiosidad", dice un psic¨®logo
Las compa?¨ªas aseguran que s¨®lo se puede localizar a quien lo autoriza
Cientos de miles de personas utilizan a diario en nuestro pa¨ªs alguno de estos sistemas. Los padres esgrimen el elemento de seguridad, tranquilidad o confianza -nunca de vigilancia confesa- que proporciona un control a distancia; las parejas, en cambio, se resisten a admitir el marcaje por celos.
El servicio Local¨ªzame de Movistar -el que utiliz¨® Ricard Navarro para seguir a Svetlana- ten¨ªa en septiembre pasado 225.000 usuarios registrados. "Es un sistema de localizaci¨®n, pero no universal", explican fuentes de la compa?¨ªa, "es decir, s¨®lo se localiza a quien da permiso para ser localizado. Ese permiso se le pide expresamente a la persona cuyo rastro pretendemos seguir".
Pero el alta del servicio es autom¨¢tica desde que se recibe una llamada del n¨²mero que va a ser localizado, independientemente de quien se ponga en contacto con Movistar: la compa?¨ªa no registra ni identifica a la persona que lo activa. Puede hacerlo un novio celoso desde el terminal de su pareja; un c¨®nyuge que sospeche una infidelidad o un padre que barrunte malos pasos de un hijo: la compa?¨ªa no pregunta el prop¨®sito del alta.
En ese caso, el ¨²nico conocimiento que tendr¨¢ el titular ser¨¢ un SMS mensual de Movistar con la lista de m¨®viles que pueden seguirle. El dispositivo sit¨²a a una persona en el mapa -mapa que aparece en la pantalla del m¨®vil controlador- con un margen de error de 200 metros en ciudad y 5 kil¨®metros en zonas rurales. Es decir, la distancia a la antena de telefon¨ªa m¨®vil m¨¢s cercana. Para mayor salvaguarda de la intimidad, insisten en la compa?¨ªa, el servicio puede ser desactivado a voluntad. Cuando el m¨®vil est¨¢ apagado tampoco funciona.
Mar¨ªa utiliza un sistema de localizaci¨®n con sus hijos cuando ¨¦stos salen de marcha o excursi¨®n; as¨ª, a veces, confirma "que est¨¢n donde dicen estar". Teresa (nombre supuesto) no deja salir de casa a su hija de 15 a?os sin un m¨®vil con localizador por A-GPS. "Me quedo m¨¢s tranquila", dice Teresa, "sobre todo cuando va a alguna fiesta y regresa de madrugada". Cuando los ni?os son peque?os, bastan los sistemas sencillos (el citado Local¨ªzame, o el m¨¢s rudimentario Child Guard, con forma de juguete). Pero cuando crecen, los riesgos se multiplican.
Mar¨ªa vive en una gran ciudad y es madre de tres hijos, dos de ellos de 15 y 16 a?os. Usaba el localizador de Movistar hasta que supo de la existencia del Aryon, un aparatito parecido a un m¨®vil que funciona por GPS asistido; dotado con bot¨®n de emergencia, permite rastrear la ubicaci¨®n de la persona deseada a trav¨¦s del ordenador. "Tengo dos, uno para cada uno. Los uso sobre todo para las excursiones del colegio, no para localizarlos. Y porque ya tienen edad de salir", explica. A su hijo peque?o, de 10 a?os, piensa endosarle el aparato tan pronto como rompa el cascar¨®n del hogar. "No se suelen retrasar y adem¨¢s llevan sus m¨®viles, pero este dispositivo nos da m¨¢s seguridad. Funciona dentro de sitios cerrados, como discotecas", contin¨²a. "Por fortuna, no les ha hecho falta nunca el dispositivo de emergencia, pero a veces, no lo niego, hemos comprobado que estaban donde dec¨ªan estar. Y a los chicos no les importa. De hecho, se lo hemos comentado a unas amigas de mi hija y les pareci¨® estupendo", relata la madre.
Teresa, madre de dos adolescentes (chico y chica de 12 y 15 a?os), tiene un NCard de Navento, lo ¨²ltimo en sistemas de localizaci¨®n: un microchip inserto en una tarjeta similar a las de cr¨¦dito, con tecnolog¨ªa A-GPS que se conecta con el ordenador o con el m¨®vil y localiza, en tiempo real, cualquier persona, animal o cosa que lo lleve. "A mis hijos les fastidia llevarlo, lo hacen a rega?adientes, pero a la ni?a no la dejo salir sin ¨¦l. Lo usan s¨®lo cuando van de fiesta. No lo hago por af¨¢n de control, sino porque me da tranquilidad", asegura.
Derivada de lo que se conoce como geofencing (delimitaci¨®n del ¨¢rea de movimiento de veh¨ªculos), un t¨¦rmino aplicado al control de flotas de empresa, Teresa utiliza tambi¨¦n la opci¨®n cerco con su hijo peque?o, m¨¢s inquieto. "Por ejemplo, en la nieve, o estas navidades en un centro comercial, puedo delimitar mediante el localizador un per¨ªmetro cuyos l¨ªmites no quiero que traspase", explica, "si mi hijo atraviesa la barrera, el m¨®vil te avisa autom¨¢ticamente con un beep".
Los psic¨®logos consideran normales estos comportamientos en el contexto de la relaci¨®n paterno-filial, incluso en etapas que, como la adolescencia, se caracterizan por la rebeld¨ªa y una creciente autonom¨ªa. "Siempre cabe hallar tintes excesivos, enfermizos, pero los padres tienen la obligaci¨®n de controlar a sus hijos, de velar por su integridad y seguridad, y podemos suponer que su uso no va a ser abusivo", apunta Francisco Estupi?¨¢, de la Cl¨ªnica Universitaria de Psicolog¨ªa de Madrid. "Igual que el uso del m¨®vil, el del localizador entrar¨ªa dentro de lo normal", opina este experto, "aunque si los hijos son normales, no ser¨ªa necesario utilizarlo. Pero tampoco es pernicioso".
Pero la alarma desatada por el seguimiento v¨ªa m¨®vil del asesino de Svetlana ha puesto sobre el tapete la aparente perversidad de estos dispositivos. "A mucha gente le est¨¢n empezando a brillar los ojos", apunta Enrique Garc¨ªa Huete, director de Quality Psic¨®logos. "En manos de personas con una patolog¨ªa previa -desconfianza, paranoia, celos obsesivos-, son un elemento m¨¢s de control. Antes se registraban los bolsillos o la agenda, o se interceptaba la correspondencia. Los m¨®viles han a?adido m¨¢s posibilidad de control, por no hablar del e-mail o Internet", apunta. "Pero personas sin perfil previo se pueden sentir aludidas, y en ese sentido es un elemento perverso", advierte. "Es decir, pueden dar ideas: me resulta atractivo porque estoy pasando una racha de desconfianza o de dudas y aprovecho la facilidad que me brinda la tecnolog¨ªa. Un localizador colma desde la pura curiosidad a la obsesi¨®n m¨¢s patol¨®gica de una persona", afirma este psic¨®logo cl¨ªnico.
La existencia de estos sistemas de control puede adem¨¢s generar adicci¨®n: "A largo plazo, algunas personas, aquellas m¨¢s obsesivas o celosas, pueden engancharse. El uso de estos localizadores puede derivar en una adicci¨®n compulsiva".
Lo que no conviene perder de vista, anal¨ªticamente hablando, es que, igual que todos podemos vigilar, "todos podemos ser vigilados", a?ade Garc¨ªa Huete. "Se abre un mundo de control interpersonal en el que t¨² no s¨®lo controlas, sino que tambi¨¦n eres controlado", concluye. Pero la asignatura pendiente de la autorregulaci¨®n choca con las facilidades que ofrece la tecnolog¨ªa, aunque en cualquiera de los casos citados -salvo el Child Guard- se presupone el conocimiento del vigilado. En teor¨ªa.
Otros expertos sit¨²an en la equidistancia la realidad de estos mecanismos; como muchos otros avances tecnol¨®gicos (Internet, los chats), s¨®lo llegar¨ªan a ser, en el peor de los casos, armas de doble filo, cuya seguridad -o maldad- depender¨ªa de la utilizaci¨®n que se les d¨¦. "La tecnolog¨ªa es una herramienta, un veh¨ªculo", tranquiliza Ignacio Fern¨¢ndez Arias, de la Unidad de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica y de la Salud de la Universidad Complutense de Madrid. "Tenemos constancia de padres y parejas que tiran de m¨®vil continuamente, llegando a un control compulsivo. Suelen ser personas con baja tolerancia a la duda, pero el m¨®vil, o el localizador, no son en absoluto el n¨²cleo del problema, sino una herramienta a trav¨¦s de la cual ¨¦ste puede manifestarse. Estamos en una sociedad tecnol¨®gica y tambi¨¦n nos manifestamos a trav¨¦s de ella", explica Fern¨¢ndez Arias. Es decir, "la tecnolog¨ªa no es determinante; puede influir, pero no es un detonante. El detonante es el problema de las personas; la tecnolog¨ªa s¨®lo les pone en contacto con una realidad que imaginan o sospechan".
El alto coste de los sistemas m¨¢s avanzados -400 euros el Aryon y 150 el Navento- disuade a¨²n a muchos particulares de su uso. "A¨²n son raras las iniciativas privadas, individuales, aunque a muchos padres les resulta muy apetecible en cuanto conocen su funcionamiento", se?ala Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez, director general de Deimos Dat, empresa fabricante del Aryon; "sin embargo, al entorno profesional (residencias de mayores, servicios de teleasistencia...) no le frena el coste". Los colectivos con necesidades especiales -por ejemplo, el de mujeres maltratadas- son clientes ideales de estos aparatos. Es el caso de las 8.556 v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero que ahora se benefician de un localizador con GPS. A trav¨¦s de los dos centros de atenci¨®n que dependen del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), "cualquier mujer con una orden de protecci¨®n que lo solicita en su ayuntamiento, tiene acceso inmediato a este servicio, que le brinda a la vez protecci¨®n y acompa?amiento", aseguran en este instituto. Desde su implantaci¨®n, en 2005, un total de 12.000 mujeres se han servido de ¨¦l, tanto de su bot¨®n de alerta (que moviliza en el acto a las fuerzas de seguridad m¨¢s cercanas), como del modo de consulta telef¨®nica con psic¨®logos del centro. Esta protecci¨®n le cuesta al Estado seis millones de euros anuales.
Pero la diana de la localizaci¨®n no marca ¨²nicamente a hijos adolescentes o a parejas de celosos. Cualquier ser animado u objeto inanimado puede ser localizado v¨ªa m¨®vil. Cabezas de ganado, las ¨¢guilas del programa de recuperaci¨®n del Centro de Estudios de Rapaces Ib¨¦ricas de Sevilleja de la Jara (Toledo), que van equipadas con unas mochilitas que pesan 73 gramos y localizador Navento, o la mascota por cuyo bienestar suspira toda la familia y al que se puede poner el mismo chip; excursionistas y monta?eros -el 112 de Castilla y Le¨®n ha estrenado este fin de semana un programa de localizadores Aryon en dos refugios de Palencia y ?vila-, una maleta en tr¨¢nsito, un coche de empresa o incluso un bolso, como el de Teresa, son tambi¨¦n p¨²blico potencial. "Un d¨ªa perd¨ª una maleta en un vuelo a Argentina, y acab¨® en Sur¨¢frica. Poco despu¨¦s desapareci¨® el perro. Por eso me anim¨¦ a usar el Navento. Hoy lo llevo en el bolso; si me lo roban o me despisto, voy a saber en el acto d¨®nde est¨¢. Y cuando viajo en avi¨®n con conexiones, controlo desde la pantalla del m¨®vil d¨®nde est¨¢ la maleta a trav¨¦s de los mapas Google Earth". "Saber en todo momento d¨®nde est¨¢n tus seres y tus cosas queridas es fenomenal", se?ala Teresa. "Es el futuro de nuestra vida cotidiana: el m¨®vil ya est¨¢ generalizado, nos falta instaurar los sistemas de localizaci¨®n, que mejoran sensiblemente nuestra calidad de vida".
Los defensores del sistema arguyen el distinto rumbo que habr¨ªa seguido el caso Maddie de haber llevado encima un localizador; o c¨®mo podr¨ªa haber salvado la vida el motorista accidentado que muri¨® en una cuneta tras una agon¨ªa de horas por no haber podido ser encontrado. Y rebaten el hecho de que un localizador sea intr¨ªnsecamente malo, pero la sombra de la duda, la misma que impulsa a muchos a utilizarlo, se proyecta sobre una intimidad cada vez m¨¢s vulnerable.
Todo bajo control
- 1. Local¨ªzame, de Movistar. Opera desde 2003 y es el ¨²nico ofrecido por un operador de telefon¨ªa espa?ol. N¨²mero de usuarios registrados: 225.000. Indicaciones: control y vigilancia de menores y de mayores con problemas de memoria, Alzheimer, etc¨¦tera. Coste del servicio: alta gratis; tarifas, de 0,12 a 0,45 c¨¦ntimos de euro, seg¨²n se localice por SMS o por mensaje de voz. Ofrece el servicio Excursi¨®n' para salidas al aire libre.- 2. Child Guard, de la empresa Rimax. Es un transmisor con forma de juguete que se coloca en la mu?eca del ni?o y avisa por medio de pitidos si ¨¦ste se aleja. Radio de acci¨®n: entre dos y diez metros. Precio: alrededor de 40 euros, aunque estas navidades hay ofertas a partir de 15.- 3. Aryon, de la empresa Deimos Dat. Localizador por GPS, se activa con una tarjeta SIM de cualquier operador telef¨®nico. A trav¨¦s de una p¨¢gina web, a la que el titular accede con contrase?a, permite hacer tracking o rastreo, de la persona deseada. Env¨ªa posiciones cada pocos minutos. N¨²mero de usuarios: alrededor de 1.000, en su mayor¨ªa colectivos y organismos p¨²blicos del entorno de la seguridad y la atenci¨®n sociosanitaria. Precio: unos 400 euros; entre 5 y 10 euros la cuota mensual (que da acceso a la p¨¢gina web).- 4. NCard de Navento, de Avanzit. Un microchip con A-GPS que localiza en tiempo real (apenas unos segundos) al que lo lleva. Puede utilizarse desde un m¨®vil con GPS y localiza en interiores. Es posible usarlo directamente en el m¨®vil o bien a trav¨¦s de Internet. Funciona con los mapas de Google Earth. Cartograf¨ªa en 2D y 3D. Precio: alrededor de 150 euros, con cuotas mensuales de seguimiento de 6, 9 y 15 euros.
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