El juez condena al arzobispo de Granada por coacciones e injurias
El prelado deber¨¢ pagar 3.750 euros por su presi¨®n a un can¨®nigo
Francisco Javier Mart¨ªnez, arzobispo de Granada, ha sido el primer superior de la Iglesia en sentarse en un banquillo de los acusados y, ahora, el primer condenado. El tribunal le ha declarado culpable de un delito de coacciones y de una falta de injurias. El Juzgado de lo Penal N¨²mero 5 de Granada le ha condenado a pagar una multa de 3.750 euros por su trato al can¨®nigo Francisco Javier Mart¨ªnez Medina a quien el arzobispo, seg¨²n el juez, oblig¨® "a paralizar a la fuerza" un libro sobre la catedral si quer¨ªa conservar su puesto. Adem¨¢s, el sacerdote sufri¨® una suspensi¨®n de sueldo que ten¨ªa como objeto quebrantar su voluntad y fue denunciado por una falsa apropiaci¨®n indebida.
El juez atribuye el origen de todas las acciones contra el cura a la vinculaci¨®n de este ¨²ltimo con Cajasur, entidad financiera de C¨®rdoba fundada por la Iglesia cat¨®lica. El arzobispo de Granada lo fue antes de C¨®rdoba y mantuvo un enfrentamiento con la entidad financiera y, en especial, con el anterior presidente, el sacerdote Miguel Castillejo.
En la sentencia, el juez Miguel ?ngel Torres, primer instructor del caso Malaya, expone que Antonio Ca?izares, antecesor del arzobispo granadino, hab¨ªa mantenido durante su obispado unas "relaciones excelentes" con Cajasur, en especial con la celebraci¨®n de una exposici¨®n sobre Carlos V de la que fue comisario Javier Mart¨ªnez Medina, can¨®nigo de la catedral de Granada. El ¨¦xito de la muestra provoc¨® que Cajasur y el arzobispado granadino encomendaran a Medina una nueva misi¨®n: la publicaci¨®n de un libro sobre la catedral de Granada.
Francisco Javier Mart¨ªnez fue nombrado arzobispo de Granada tras su enfrentamiento con Miguel Castillejo, lo que forz¨® su salida de C¨®rdoba. "Su intenci¨®n, conforme tomara posesi¨®n, fue la de romper toda relaci¨®n con la entidad financiera, poniendo fin a la colaboraci¨®n anterior y malogrando todos los proyectos en curso", expone la sentencia. De hecho, antes incluso de tomar posesi¨®n, Francisco Javier Mart¨ªnez llam¨® por tel¨¦fono al can¨®nigo Mart¨ªnez Medina, la persona m¨¢s vinculada al anterior arzobispo y a Cajasur, para prohibirle la publicaci¨®n y la difusi¨®n en Granada de la revista de Semana Santa de Cajasur, que iba a homenajear a Antonio Ca?izares.
En octubre de 2003, seg¨²n considera probado la sentencia, el arzobispo destituy¨® por tel¨¦fono al can¨®nigo, que sigui¨® ejerciendo su cargo en espera de un comunicado oficial. A falta de ¨¦ste, el 25 de diciembre del mismo a?o, minutos antes de comenzar la misa de Navidad, cuando los dos se encontraban vestidos para oficiarla, el arzobispo le repiti¨® al can¨®nigo que dejara su cargo y que le entregara las llaves del archivo.
Pese a la notificaci¨®n de la destituci¨®n, Mart¨ªnez Medina sigui¨® trabajando en el libro encargado por Ca?izares y por Cajasur. El arzobispo, el 26 de agosto de 2004, le dijo a gritos por tel¨¦fono al ex can¨®nigo que ¨¦l era el ¨²nico due?o de la catedral y que si no deten¨ªa la publicaci¨®n del libro pagar¨ªa sus consecuencias. "Con l¨¢tigo te ense?ar¨¦ a obedecerme", le espet¨® mientras le acusaba de ser un mal sacerdote. "Se trata de valorar si, como es obvio, la aplicaci¨®n del derecho can¨®nico efectuada por el se?or Arzobispo vulnera o no gravemente los derechos constitucionales del querellante y reviste en tal caso entidad delictiva", resume la sentencia.
El ex can¨®nigo denunci¨® entonces al arzobispo y el cabildo de Granada decidi¨® responder con una medida similar contra Mart¨ªnez Medina por una supuesta apropiaci¨®n indebida. Un mes despu¨¦s, el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Granada archiv¨® las diligencias. Esta actuaci¨®n motiv¨® la condena, hecha p¨²blica ayer, al arzobispo por una falta de injurias. La sentencia obliga al arzobispo a pagar una multa de 10 euros durante 12 meses por el delito de coacciones y de 10 euros durante 15 d¨ªas por la falta de injurias.
"Soy fr¨¢gil como todos los humanos"
"Soy fr¨¢gil como todos los humanos y, como todos, tengo la necesidad de la misericordia". Con estas palabras, el arzobispo de Granada despidi¨® la ¨²ltima homil¨ªa antes de ser juzgado en la que fue su ¨²nica muestra de debilidad desde que lleg¨® a la ciudad. Quienes le conocen le consideran una persona inflexible, autoritaria y convencida de estar en posesi¨®n de la verdad.
Tras la espantada del Obispado de C¨®rdoba por las diversas confrontaciones relacionadas con Cajasur, Francisco Javier Mart¨ªnez lleg¨® a Granada dispuesto a no pasar desapercibido. Una de sus primeras medidas fue la creaci¨®n de un instituto teol¨®gico que desplaz¨® a la Facultad de Teolog¨ªa, a la que prohibi¨® el acceso de seminaristas. Despu¨¦s, tras las primeras quejas, los seminaristas fueron el objeto de su autoridad: se les prohibi¨® el uso de Internet, se les limit¨® las horas de televisi¨®n y se les conden¨® a un duro horario de entrada y salida del seminario. Y a partir de ese momento, la pol¨¦mica ha sido continua, con la expulsi¨®n de una religiosa extranjera por ser inmigrante, la denuncia por el libro catedralicio y la denuncia del ex can¨®nigo de la catedral, que llevar¨ªa a Mart¨ªnez a los tribunales, y su condena final.
Tambi¨¦n llev¨® a Mart¨ªnez a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos su decisi¨®n de trasladar al cura de Albu?ol, a petici¨®n de unas monjas de la peque?a localidad de la costa granadina. A las religiosas no les gustaba que Gabriel, el cura de los senegaleses, diera catequesis en un polideportivo o que recibiera a inmigrantes sin papeles ni hogar en su propia casa mientras consegu¨ªan un trabajo. Albu?ol se levant¨® contra Mart¨ªnez e incluso se celebr¨® una huelga de hambre, pero finalmente, ante las presiones del arzobispo, desistieron, convencidos de que Gabriel ser¨ªa el gran perjudicado. En el pueblo han propuesto nombrarlo persona non grata. Adem¨¢s, el pasado mes de noviembre un grupo de 132 sacerdotes firm¨® un documento en el que mostraban su descontento por la crisis abierta en la facultad de teolog¨ªa, los gastos excesivos de la di¨®cesis y la marginaci¨®n que han sufrido algunos sacerdotes.
La pelea del libro
- Junio de 2003. Francisco Javier Mart¨ªnez deja el arzobispado de C¨®rdoba tras enfrentarse a Cajasur. Al hacerse cargo del de Granada, ordena dejar de trabajar en un libro con Cajasur, pero el archivero de la catedral sigue a pesar de las presiones.
- Diciembre de 2005. El ya ex archivero denuncia al prelado.
- Noviembre de 2007. El arzobispo, ante el tribunal, critica a los medios y dice ser una v¨ªctima.
- 10 de diciembre de 2007. Es condenado por coacciones e injurias.
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