?Hablamos de pol¨ªtica educativa o de gestion de centros?
Tiene raz¨®n el consejero Ernest Maragall al afirmar que la coincidencia de la presentaci¨®n del documento Bases per a la Llei d'Educaci¨® de Catalunya, el informe de la Fundaci¨® Jaume Bofill y una nueva edici¨®n del informe Pisa, ha conseguido que se hable m¨¢s que nunca de educaci¨®n. Todo ello es una "ventana de oportunidad" para abordar cambios a fondo en la pol¨ªtica educativa catalana. Pero lo expuesto hasta ahora por el departamento se focaliza esencialmente en aspectos organizativos y de gesti¨®n y se refiere estrictamente al ¨¢mbito escolar. Parece l¨®gico pensar que la ley amplie el zoom, pero lo cierto es que, al menos en esta fase de tanteo, las propuestas se centran b¨¢sicamente en la organizaci¨®n de la red escolar p¨²blica y de sus centros. No hay duda de que el asunto es relevante, pero ?es este el aspecto m¨¢s importante del maltrecho escenario educativo catal¨¢n? ?Merece esa atenci¨®n prioritaria? Perm¨ªtasenos avanzar otras propuestas para contribuir al debate.
El rendimiento escolar no difiere apreciablemente en los centros p¨²blicos o privados
- 1. Una nueva conceptualizaci¨®n del derecho a la educaci¨®n. Todos los estudios coinciden en se?alar que, abstracci¨®n hecha del origen sociocultural de los alumnos, los rendimientos escolares no difieren apreciablemente en los centros p¨²blicos o privados. Las diferencias en los rendimientos parecen nacer y crecer extramuros de la escuela. Una nueva ley nos quedar¨ªa muy corta si agotara sus objetivos en el sistema educativo reglado, y acabar¨ªa siendo una simple ley escolar. Perder¨ªamos la gran oportunidad de extender el derecho a la educaci¨®n hacia ¨¢mbitos no estrictamente curriculares y hacia otras fases vitales, espacios en los que algunos alumnos cargan sus mochilas con disfunciones, vulnerabilidades y carencias que les acaban situando en clara situaci¨®n de desventaja. Es precisamente ah¨ª donde el techo competencial de la ley es m¨¢s alto, est¨¢ menos restringido por las normas b¨¢sicas, y donde las pol¨ªticas compensatorias o la educaci¨®n de adultos (en las que debieran jugar un papel esencial los agentes del territorio y los gobiernos locales) cobran todo su sentido.
- 2. Dualizaci¨®n del sistema en funci¨®n de la composici¨®n de su alumnado. No es preciso insistir en que es sobre todo la escuela p¨²blica la que asume la escolarizaci¨®n del alumnado de entornos menos favorecidos o de los reci¨¦n llegados. Hablar de una mejor y m¨¢s justa organizaci¨®n del sistema deber¨ªa llevarnos a reajustar la distribuci¨®n del alumnado entre centros, entendiendo que un sistema dual como el que se est¨¢ conformando pone en cuesti¨®n la LODE y una de las columnas centrales del Pacto Nacional para la Educaci¨®n. Sabemos que las soluciones no son f¨¢ciles al existir factores estructurales, como la composici¨®n de la poblaci¨®n de los territorios, que dificultan los buenos deseos. Pero existen tambi¨¦n otras circunstancias que agravan los desequilibrios. En los procesos de matriculaci¨®n (que la LOE permite mejorar sustancialmente), vemos a una Administraci¨®n educativa poco propicia a alterar el actual estado de cosas, o con pocos arrestos para perseverar en las ayudas a los centros que est¨¢n realizando esfuerzos muy notables en la escolarizaci¨®n. Muchos han alertado del peligro de cronificaci¨®n de este sistema dual y la nueva Ley de Educaci¨®n de Catalu?a, como marco de la nueva pol¨ªtica educativa digna de un Govern de Progr¨¦s, no debiera deso¨ªr estas alertas.
- 3. Papel de las distintas administraciones p¨²blicas en el nuevo escenario. Lo que tenemos, en s¨ªntesis, es un sistema educativo muy centralizado -antes en el Ministerio y ahora en el Departamento de Educaci¨®n-, y unos gobiernos locales con un papel desdibujado, que no acaban de saber si son o no Administraci¨®n educativa en su relaci¨®n con los centros. Conviene un Departamento de Educaci¨®n fuerte y eficaz, que no abdique de sus responsabilidades y competencias, que sepa dar prioridad a pol¨ªticas y est¨ªmulos, que asegure a la ciudadan¨ªa que el sistema funciona en toda su globalidad, que salvaguarde el ejercicio de los derechos individuales y colectivos, que garantice que las leyes se cumplen, que reh¨²ya la tentaci¨®n de situarse en el mero terreno de una Administraci¨®n de "nueva gesti¨®n p¨²blica", que sigue gobernando centralizadamente, pero que ahora usa el benchmarking para comparar escuelas entre s¨ª y trasladar responsabilidades. Es evidente que no podemos aplicar el mismo rasero a gobiernos locales muy distintos entre s¨ª, pero la ley debe dejar espacios abiertos para su mayor presencia en el n¨²cleo de la pol¨ªtica educativa. Sin gobierno educativo desde la proximidad todo ser¨¢ mucho m¨¢s complicado.
- 4. Autonom¨ªa de los centros. Tema estrella de la reforma en el que se depositan todas las esperanzas. A pesar de que no se habla de los centros concertados (?quiz¨¢ porque se supone que gozan de autonom¨ªa?), la idea de fondo del documento es que una direcci¨®n m¨¢s potente y profesionalizada, que escoja a su personal docente y que sea consciente de que se medir¨¢ su rendimiento, puede ser la clave para transformar el sistema. En este asunto, las suspicacias abundan, y aunque nadie sabe muy bien qu¨¦ es la gesti¨®n indirecta, lo cierto es que no tenemos datos para pronunciarnos en uno u otro sentido. Pero no olvidemos que el objetivo prioritario es conseguir de cada alumno y alumna su m¨¢ximo progreso intelectual, emotivo, moral y social, lo cual exige un clima propicio para la formaci¨®n y el estudio. A ello seguramente contribuir¨ªan el fortalecimiento de los derechos y referentes colectivos, la adaptaci¨®n de los perfiles del profesorado a los proyectos educativos del centro y a las caracter¨ªsticas de cada grupo de alumnos, una mayor sustantivaci¨®n de las tutor¨ªas, unos equipos directivos m¨¢s s¨®lidos y con m¨¢s capacidad para el liderazgo y la organizaci¨®n, y una mejor conexi¨®n de los centros entre s¨ª y con el entorno social, aprovechando las potencialidades que ofrece el territorio (como nos muestran muchas experiencias locales, o los buenos resultados de La Rioja, que no es m¨¢s que uno de los potenciales territorios educativos de Catalu?a, eso s¨ª, con poder y capacidad de decisi¨®n).
- 5. Recursos. Es cierto que el aumento de recursos no es la panacea, pero no debiera perderse de vista que nuestro sistema educativo sigue caracteriz¨¢ndose por su baja participaci¨®n en el total del gasto p¨²blico y que las pol¨ªticas educativas se materializan tambi¨¦n, fundamentalmente, en las cuant¨ªas y prioridades de las leyes de presupuestos.
Ram¨®n Plandiura es abogado y profesor de la UPF y Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB
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