Las otras v¨ªctimas del 'Cason'
A 20 a?os de la tragedia, el comit¨¦ despedido de Al¨²mina busca una reparaci¨®n moral
Familias rotas, trastornos mentales, dificultades econ¨®micas y enemistades personales son consecuencias que a¨²n perviven, 20 a?os despu¨¦s, entre los miembros del comit¨¦ de empresa de Al¨²mina-Aluminio (hoy Alcoa), los principales damnificados en tierra de la tragedia del carguero Cason, que en el mar se cobr¨® 28 vidas. Una sentencia, por aquel entonces sin precedentes, calific¨® de "procedente" el despido de los 23 integrantes al considerarlos responsables de la paralizaci¨®n productiva de la factor¨ªa. Ahora reclaman, al menos, una reparaci¨®n moral ante lo que consideran una sentencia "pol¨ªtica".
"Casal, venga para la f¨¢brica que est¨¢n los bidones aqu¨ª". Con esta frase despert¨®, a las 8 de la ma?ana del s¨¢bado 12 de diciembre de 1987, el director de Al¨²mina-Aluminio, Jos¨¦ Luis Mu?ita, a Ant¨®n Casal, que era portavoz de la Intersindical Nacional dos Traballadores Galegos (INTG) en el comit¨¦ de esta factor¨ªa de Inespal ubicada en la localidad lucense de San Cibrao. Lo que acababan de llegar eran los bidones del Cason, un mercante que el 5 de diciembre hab¨ªa varado a la altura del cabo Fisterra con 1.100 toneladas de productos qu¨ªmicos. Casal sali¨® "r¨¢pidamente" hacia la factor¨ªa, sin imaginar que ser¨ªa su ¨²ltima actuaci¨®n como representante sindical.
"Empec¨¦ en el aluminio a los 19 y estar¨ªa encantado de volver a la f¨¢brica"
Los m¨¦dicos achacaron al despido el trastorno bipolar del hijo de P¨¦rez Vila
La alarma que hab¨ªa generado el Cason se traslad¨® a la factor¨ªa, en la que los trabajadores paralizaron la producci¨®n ya que se negaban a acoger los bidones por temor a su contenido supuestamente t¨®xico. La direcci¨®n reaccion¨® con el despido de 104 trabajadores y el comit¨¦ de empresa. El despido de los trabajadores fue declarado "radicalmente nulo", pero los integrantes del comit¨¦ se fueron a la calle cuando el 30 de enero de 1989 el Tribunal Supremo ratific¨® la procedencia del despido.
A partir de este momento empez¨® todo un calvario para los despedidos, que se fueron "con una mano delante y otra detr¨¢s", como recuerda Casal, para "pagar el pato" por "un c¨²mulo de desprop¨®sitos". Ser un despedido del comit¨¦ de Al¨²mina era tanto como ser un "apestado", por lo que encontrar trabajo se convirti¨® casi en un imposible. La mayor¨ªa opt¨® por convertirse en aut¨®nomos montando bares o talleres; Casal contin¨²a como sindicalista en la CIG; el que era presidente, ?ngel P¨¦rez, est¨¢ embarcado y otros se fueron recolocando "como buenamente pudieron" fuera de San Cibrao, de Galicia y hasta de Espa?a.
Hoy ya s¨®lo son 22, tras la muerte de uno, los que van "tirando", explica ?ngel Hern¨¢ndez, que ahora regenta un mes¨®n en Burela, la misma iniciativa que puso en marcha otro de los despedidos, tambi¨¦n en Burela, y un tercero en San Cibrao.
La sentencia dej¨® adem¨¢s cuatro familias rotas y, a Jos¨¦ Andr¨¦s P¨¦rez Vila, un hijo con trastorno bipolar que los m¨¦dicos atribuyen a las circunstancias personales que se vivieron en casa tras el despido. "Tiene que tomar tratamiento de por vida. Ahora trabaja, pero lo hace con largos intervalos de bajas", se lamenta el padre, que tramita una entrevista con el ministro de Trabajo para ver "si por lo menos nos resarcen econ¨®micamente ante una jubilaci¨®n para la mayor¨ªa inmediata". P¨¦rez Vila espera reunirse pronto con Jes¨²s Caldera en nombre de la mitad de los que integraron el comit¨¦.
A Hern¨¢ndez le gustar¨ªa volver a Al¨²mina. "Empec¨¦ en el aluminio con 19 a?os y me fui con 34, y estar¨ªa encantado de volver y estar 8 horas diarias desempe?ando un trabajo que creo que hac¨ªa muy dignamente". Casal se conforma con que un d¨ªa "resplandezca la verdad y que todos los actores se pongan encima de la mesa". Asume que el comit¨¦ pudo haber cometido "errores de estrategia", pero tiene claro que "nunca" fue responsable de la paralizaci¨®n de la factor¨ªa, una cuesti¨®n que atribuye a la propia direcci¨®n de la empresa, con la que el comit¨¦ consensu¨® un plan de evacuaci¨®n.
El paso del tiempo no sirvi¨® para cerrar los interrogantes de por qu¨¦ los bidones se trasladaron por el interior de la provincia de Lugo o cu¨¢l era realmente su contenido. Pero Casal a¨²n tiene una duda m¨¢s: "El art¨ªculo 19.5 del Estatuto de los Trabajadores dec¨ªa que el comit¨¦ ten¨ªa capacidad para evacuar la empresa si la autoridad laboral competente lo ratificaba. La autoridad competente era el delegado de Trabajo y a ¨¦l le solicitamos la ratificaci¨®n. Hoy vuelve a estar en el mismo puesto y 20 a?os despu¨¦s a¨²n no anul¨® o ratific¨® nada".
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