Temores de fondo
El miedo a la recesi¨®n en EE UU y a la crisis hipotecaria inquieta a los mercados
La Reserva Federal estadounidense baj¨® el precio del dinero el martes un cuarto de punto, hasta el 4,25%. Pero los mercados esperaban m¨¢s, concretamente, una rebaja de 0,50 puntos, como receta para combatir la desconfianza que poco a poco se est¨¢ apoderando de la econom¨ªa norteamericana. Wall Street reaccion¨® con oscuro escepticismo y cay¨® el 2% al conocerse la rebaja. La verdad es que Ben Bernanke, presidente de la Fed, no lo tiene f¨¢cil. Tuvo de entrada mejor acogida la acci¨®n concertada ayer de los cuatro mayores bancos centrales del mundo (el BCE, Inglaterra, Canad¨¢ y Suiza) que acudieron en auxilio de la Fed para inyectar juntos liquidez en el sistema financiero, aunque pronto la Bolsa se desinfl¨®.
Es muy dif¨ªcil que esta medida sin precedentes y de car¨¢cter global ataje definitivamente la crisis hipotecaria que sufre Estados Unidos. El ¨²nico instrumento que tiene la Administraci¨®n para aliviar directamente la asfixia sobre los ciudadanos con hipotecas basura a sus espaldas es la reducci¨®n del coste del dinero; pero los mensajes tambi¨¦n tienen que ser matizados en funci¨®n de las expectativas de inflaci¨®n -la consabida presi¨®n de los precios de la energ¨ªa- y el temor a no excederse con un recorte de tipos que transmita demasiado p¨¢nico.
Adem¨¢s, la inquietud de los mercados no debe buscarse solamente en la insuficiente liquidez. En el trasfondo anida el temor a que la econom¨ªa estadounidense entre en un periodo de recesi¨®n en los pr¨®ximos trimestres en el que juegan otros factores como la carest¨ªa del crudo, las estrecheces de los consumidores agobiados por pr¨¦stamos basura y las dificultades de las empresas para encontrar dinero para sus proyectos.
Y, sobre todo, persiste el desasosiego monetario perpetrado por las hipotecas basura. A pesar de los mensajes de tranquilidad, las rebajas de tipos, las subastas anunciadas ayer por un montante de 40.000 millones de d¨®lares y las confesiones sucesivas de las entidades de cr¨¦dito para reconocer p¨¦rdidas y anunciar provisiones, la molesta realidad es que todav¨ªa no se conoce el alcance de la contaminaci¨®n ni se ha separado el grano de los activos solventes de la paja de los da?ados. Los recelos pueden durar meses, por lo que lo normal es que los espasmos de los mercados sigan repiti¨¦ndose.
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