Autobombo

Una de las mayores cr¨ªticas que recibe la clase pol¨ªtica en periodo de elecciones es que todos los partidos dicen que han ganado ellos. Pueden haber perdido votos, pero afirmar¨¢n que han ganado electores j¨®venes, que son una base para el futuro. Pueden haber bajado en n¨²mero de esca?os, pero se las ingeniar¨¢n para aclarar que se debe a la alta participaci¨®n y que en realidad les ha votado m¨¢s gente (con eso, ganan ellos y "gana la democracia", que siempre proclaman que es lo m¨¢s importante, aunque ni ellos se lo crean). Este reproche a los partidos pol¨ªticos ha pasado a ser un clich¨¦ del tipo "todos son unos mentirosos" o "el mejor actor es un pol¨ªtico", es decir, un lugar com¨²n a la hora de poner a parir a la clase pol¨ªtica. Quienes han azuzado esta idea para que est¨¦ a pie de calle han sido los medios de comunicaci¨®n. Lo han puesto de moda entre la gente.

Menos cacareado que lo anteriormente expuesto es el comportamiento de los medios de comunicaci¨®n cuando se publica el Estudio General de Medios (ese EGM que en mi infancia yo cre¨ªa que era El Gran Musical, el programa de la cadena 40 Principales, error del que no sal¨ª hasta hace bien poco). Es alucinante comprobar c¨®mo cualquier medio de prensa escrita o cadena radiof¨®nica es capaz de hacer una lectura positiva de los nuevos datos de sus lectores o sus oyentes, sea cual sea el resultado del estudio. Aqu¨ª el todos ganan est¨¢ llevado al paroxismo.

Esta semana he escuchado los informativos de cuatro cadenas de radio y en todos ellos la emisora propia hab¨ªa subido en oyentes, en porcentajes, en presencia, en todo. Lo mismo se puede decir de los medios escritos ya que, seg¨²n ellos mismos, no paraban de subir y subir. Mucho se habla de la dictadura de la audiencia en televisi¨®n y de la injusticia del share, pero por lo menos el medio televisivo tiene una capacidad de autocr¨ªtica mayor cuando un programa ha bajado en espectadores o sus datos de audiencia no acaban de despegar.

Es como si los medios de comunicaci¨®n se contagiaran de lo peor de los partidos pol¨ªticos, es decir, vender imagen triunfadora cueste lo que cueste. A estas alturas, el todo va bien es un argumento de venta que s¨®lo funciona o con los m¨¢s ingenuos o con los que piensan como t¨² y no hace falta convencer. En una ¨¦poca en que los medios tradicionales est¨¢n en sus horas m¨¢s bajas por el arrollador efecto de las nuevas tecnolog¨ªas, este autobombo esconde un intento de enga?o que no cuela, se?ores.