El bofet¨®n a¨²n tiene defensores
Un cachete no modifica la conducta de un hijo y genera m¨¢s violencia, pero a¨²n es aceptado por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n - El PP, el PNV y CiU intentan frenar la prohibici¨®n que la ONU hab¨ªa solicitado al Gobierno
La bofetada, un recurso desterrado por la ONU como m¨¦todo educativo y que refleja la falta de estrategia de los padres para corregir la conducta de los ni?os, a¨²n tiene enormes defensores.
La mayor parte de la poblaci¨®n apoya castigar al ni?o con la mano, y el PP, PNV, CiU y Coalici¨®n Canaria se han aliado para defender en el Senado el ¨²ltimo resquicio que queda en nuestro estado de derecho para ampararlo, el C¨®digo Civil.
El 56% de los espa?oles cree que a veces hay que pegar para educar
No es lo mismo un cachete espor¨¢dico que usarlo como forma de correcci¨®n
El motivo principal por el que se pega a los hijos es la falta de otras estrategias
El C¨®digo Civil deja a los padres "corregir razonablemente" a los ni?os
El debate sobre si es admisible y pedag¨®gico dar a un hijo una bofetada o un cachete en el culo con una zapatilla ha resurgido despu¨¦s de que el Senado decidiera el martes pasado, con los votos de cuatro grupos, no eliminar del C¨®digo Civil la potestad de los padres o tutores de "corregir razonable y moderadamente" a los menores. Naciones Unidas y las organizaciones en defensa de la infancia consideran que ese art¨ªculo ampara la bofetada en el ¨¢mbito familiar y hab¨ªa pedido su eliminaci¨®n. El Congreso hab¨ªa aprobado que se sustituyera esa "correcci¨®n" por garantizar "el respeto a la integridad f¨ªsica y psicol¨®gica" de los ni?os.
Al menos 30.000 menores reciben alg¨²n tipo de maltrato f¨ªsico cada a?o en Espa?a. Hay 7,9 millones de menores, de los cuales 15 de cada mil han sufrido alg¨²n maltrato. En uno de cada cuatro casos se trata de golpes, como bofetas o cachetes. Son los datos sobre la incidencia de la violencia en los ni?os que recogen estudios como El Maltrato Infantil en Espa?a. "Es el m¨ªnimo de ni?os que los sufre porque estos datos hacen referencia a los casos de malos tratos detectados a trav¨¦s de servicios sociales o sanitarios, e incluyen no s¨®lo los ni?os que reciben cachetes sino tambi¨¦n lo que han padecido moratones, traumatismos o cicatrices. Hay muchos ni?os a los que se les educa a base de bofetadas o cachetes y que no entran en estas estad¨ªsticas", explica Jes¨²s Palacios, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad de Sevilla.
"El castigo f¨ªsico es el reconocimiento del fracaso. Es golpear al d¨¦bil. Hay otros recursos aparte del cachete y estar en contra de ¨¦l no es estar a favor de la permisividad y de que haya que dejarles hacer lo que les d¨¦ la gana y como les d¨¦ la gana. Los l¨ªmites y los controles son buenos. Hay que buscar otra manera de hacerlo sin el cachete", explica Palacios.
Muchos espa?oles no lo ven as¨ª. "A veces es imprescindible pegar a un hijo para educarlo". Con esta afirmaci¨®n est¨¢ de acuerdo el 56% de la poblaci¨®n espa?ola, seg¨²n la ¨²ltima encuesta sobre esta cuesti¨®n realizada por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS). El 49% de los encuestados, todos mayores de edad, hab¨ªa recibido en el pasado azotes y el 28%, bofetadas.
No es lo mismo un cachete espor¨¢dico en una situaci¨®n l¨ªmite que utilizar el cachete como sistema correctivo habitual. Como tampoco es lo mismo el cachete en el culo a un ni?o en una situaci¨®n de riesgo que la bofetada a mano abierta en la cara o pegarle con un objeto, aunque sea con la cl¨¢sica zapatilla. Hay muchos matices, insisten los expertos. Una cosa es maltrato y la otra, educaci¨®n. E insisten en que lo importante es corregir, aunque sea con un gesto f¨ªsico, pero respetando la integridad f¨ªsica y moral de los hijos, con un prop¨®sito educativo contrastado y, sobre todo, con un control absoluto de la actuaci¨®n del progenitor. Si se pierde el control, no se educa, se maltrata, advierten.
"Obra de tal modo que la m¨¢xima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como principio de una legislaci¨®n universal". Es decir, el motivo que alegue una persona para justificar una acci¨®n debe ser, seg¨²n este principio kantiano, tan bueno que pudiera convertirse en ley universal. ?Es suficiente motivo para justificar una bofetada a un ni?o el que no quiera comer, ba?arse o estarse quieto? ?Y debe una legislaci¨®n, como el C¨®digo Civil espa?ol, amparar una conducta violenta, por espor¨¢dica que sea, como es el cachete a un menor? Este imperativo categ¨®rico de Kant sirve para plantear la reflexi¨®n sobre si se debe eliminar la potestad de los padres de "corregir" a sus hijos, que recoge el art¨ªculo 154 del C¨®digo Civil espa?ol.
Espa?a ratific¨® en 1990 la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o de Naciones Unidas que pide a los pa¨ªses que proh¨ªban expresamente cualquier acto violento contra la infancia. 14 pa¨ªses ya lo han hecho.
Los grupos pol¨ªticos que votaron el martes en la Comisi¨®n de Justicia a favor de mantener abierta la puerta legal del cachete en casa, una enmienda a la Ley de Adopci¨®n Internacional presentada por el PNV, lo argumentan as¨ª. "Mi hijo me pregunt¨® un d¨ªa que si yo pod¨ªa darle un cachete. Entonces le le¨ª el C¨®digo Civil y le qued¨® claro que s¨ª", cont¨® en el Senado Alfredo Belda, de Coalici¨®n Canaria, seg¨²n cuentan sus compa?eros. Otro senador, Agust¨ªn Conde, del PP, apunta que "lo que dice el C¨®digo Civil no es lo que algunos pretenden que diga". "Permite corregir a los hijos y nosotros estamos a favor de que se deje a los padres hacerlo, con un castigo o alz¨¢ndoles la voz, por ejemplo". "El PP no est¨¢ de acuerdo con el maltrato f¨ªsico a un ni?o, pero no es eso lo que dice ese art¨ªculo. Si permitiera corregir f¨ªsicamente, entonces el debate ser¨ªa distinto. Adem¨¢s, el art¨ªculo 4 del mismo c¨®digo insiste en que el contenido de la ley debe aplicarse en sentido literal y de acuerdo con la realidad social. En la realidad social actual corregir no incluye maltrato f¨ªsico", argumenta Conde. Y ya baj¨¢ndose a la esfera de lo personal cuenta su caso, insistiendo en que se trata de su opini¨®n personal: "Soy padre de tres hijos y mi experiencia es que cuando ten¨ªan un a?o el ¨²nico sistema de que aprendieran era darles un azote suave en el culo, porque luego cuando tienen ya seis a?os es distinto, ya puedes razonar con ellos".
Llu¨ªs Badia, senador de CiU, va m¨¢s all¨¢. "Este sistema ha funcionado desde siempre, el cachete en un momento dado, entendiendo que no es lo mismo un cachete que una bofetada. Adem¨¢s, se trata de un tema muy subjetivo y lo que tenemos claro es que no deben modificarse las normas porque s¨ª, cuando es evidente que no hay un consenso sobre esto".
Este debate est¨¢ ya centrado exclusivamente en el seno de la familia, en referencia al ejercicio de la patria potestad y de la tutela. El vocal del Consejo General del Poder Judicial y responsable de los temas de menores en este ¨®rgano, F¨¦lix Pantoja, explica que fuera de la familia el castigo f¨ªsico est¨¢ "estrictamente prohibido", sea contra los ni?os y contra mayores, y tipificado como falta o delito en el C¨®digo Penal. Pantoja no cree que sobre el eliminar tambi¨¦n todo resquicio del C¨®digo Civil.
El fil¨®sofo Fernando Savater es otra de las pocas voces p¨²blicas que habla a favor de la bofetada. "Me parece mal que se pegue, pero la idea de que cualquier bofet¨®n es un delito me parece un disparate. Es no entender la relaci¨®n entre los padres y los hijos. Uno puede dar un bofet¨®n como punto final a algo, a un conflicto, y puede ser pedag¨®gico", defiende Savater. Y describe una situaci¨®n: "Puede ocurrir que se te vayan de las manos las cosas con un hijo, que llegue un momento que no haya manera de reclamar que se d¨¦ cuenta de lo que est¨¢ en juego, y ¨¦se es el momento del bofet¨®n, pero no se trata de usarlo como pr¨¢ctica habitual".
Respecto a la regulaci¨®n, Savater opina que el maltrato infantil, por supuesto, debe estar castigado, aunque dice que "educar es siempre corregir" por lo que esta palabra, que es la que aparece actualmente en el C¨®digo Civil, "no tiene por qu¨¦ reflejar algo negativo, aunque legislar sobre estas cuestiones es algo muy dif¨ªcil", matiza.
Savater considera que no es bueno crear culpabilidad en los padres diciendo que la bofetada es algo inasumible. "Es verdad que la bofetada en s¨ª misma no ense?a, pero puede formar parte de una ense?anza, de una continuidad pedag¨®gica".
Un enfoque pol¨¦mico, sin duda. "Es pol¨¦mico", contesta Savater "porque la gente tiene miedo a asumir lo que hace. Aunque es verdad que unos padres que tienen control desde el principio de la relaci¨®n con sus hijos no necesitan pegarles".
?Conduce la violencia a m¨¢s violencia? "Es muy importante no dar ideas deterministas, no es que por pegar a alguien esa persona vaya a pegar a su vez con toda seguridad, pero s¨ª es cierto que la probabilidad de que lo haga es muy alta", explica la profesora de Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Elena Mart¨ªn. "Hay maltratados que no son maltratadores, incluso con los hijos. Lo que est¨¢ claro es que esa persona a la que se pega se habit¨²a y lo aprende como modelo".
"A m¨ª me pegaban y, mira, no pasa nada, aqu¨ª estoy". "Mi padre dej¨® de pegarme cuando tuve su altura". No es raro escuchar testimonios como ¨¦stos de adultos espa?oles y a menudo sus interlocutores ni se extra?an ni se alarman. En otros pa¨ªses, como los n¨®rdicos, les parecer¨ªa escandaloso o¨ªr vivencias de este tipo. "Es una gran ventaja que a alguien le impresione o¨ªrlo", dice Elena Mart¨ªn. "Lo importante es que haya una norma social que no admita ni la m¨¢s m¨ªnima manifestaci¨®n de violencia, la gente debe entender que lo que nos jugamos es el mensaje del tipo de sociedad que queremos".
Los motivos por los que se pega a los hijos son variados pero el m¨¢s com¨²n es la falta de estrategias de los padres ante las desobediencias, rebeld¨ªas o falta de l¨ªmites, se?ala la psic¨®loga cl¨ªnica Ana L¨®pez Fuentetaja. Esta especialista, que trabaja en el servicio de salud mental de la Comunidad de Madrid en Villaverde, enumera las otras razones: la mano larga, es decir, que muchas parejas tienen malestares entre ellos y lo pagan a veces con el hijo sin raz¨®n; la repetici¨®n de modelos de sus propias familias, y los ni?os dif¨ªciles, es decir, los que tienen trastornos de conducta, que pueden estar ligados a factores que les rodean y que a menudo necesitar¨ªan la ayuda de un especialista.
Esta psic¨®loga cl¨ªnica distingue entre los diferentes tipos de castigo f¨ªsico: "Entre los m¨¢s humillantes est¨¢n la bofetada y el darle un azote con un objeto. Este ¨²ltimo no s¨®lo refleja agresividad hacia el ni?o sino tambi¨¦n la intenci¨®n de hacerle da?o". "Se puede comprender al padre que en un momento de ofuscaci¨®n d¨¦ un azote, pero esto no quiere decir que se justifique, ni que haya que ser tolerante con ello", matiza.
El cachete se produce cuando los padres no encuentran otras alternativas. Es algo impulsivo y que genera culpa a los que lo dan, explica la coordinadora de los programas de Violencia e Infancia de Save the Children, Liliana Orjuela L¨®pez, que organiza talleres para padres sobre esta cuesti¨®n. Pero las leyes, prosigue esta experta, deben prohibir el castigo f¨ªsico en general, ya que la norma establece la pauta de convivencia. La asiduidad del castigo f¨ªsico es otra cuesti¨®n clave. "El uso del cachete como m¨¦todo continuado de correcci¨®n a los hijos tiene que ver con una forma determinada de relaci¨®n con ellos, refleja un modelo abusivamente asim¨¦trico", se?ala L¨®pez Fuentetaja. Otra cuesti¨®n que conviene tener en cuenta antes de ponerle encima la mano a un ni?o es que el cachete no modifica la conducta del hijo. "Porque no lo entiende, no lo relaciona, lo vive como una agresi¨®n sin m¨¢s", explica la psic¨®loga.
Cuando un ni?o se salta siempre las normas es que le pasa algo, no es una mera desobediencia, es que est¨¢ atravesando por alguna situaci¨®n complicada, y ¨¦se es el momento de recurrir a un profesional. Si a un ni?o se le ponen normas desde peque?o sin pegarle nunca y se les acostumbra a que se cumplan, pueden ocurrir sucesos puntuales, pero lo normal es que los padres no tengan problemas, si son coherentes con las normas que han puesto. Hay unanimidad en estas cuestiones entre los expertos, est¨¦n m¨¢s o menos a favor del cachete puntual.
Si no se hace as¨ª, si no ha habido ning¨²n tipo de prevenci¨®n, de costumbre, lo dif¨ªcil es reconducir la conducta de un hijo hacia unas normas cuando est¨¢ ya entrando en la adolescencia. "No hay recetas m¨¢gicas para evitar la bofetada, depende de la edad y de lo que haya pasado en ese momento. La conducta es el resultado de un largo proceso educativo. Los padres se tienen que apoyar entre ellos desde el principio, decirle que no cuando sea preciso y ser suaves pero contundentes", recomienda L¨®pez Fuentetaja. En lo que tampoco hay discrepancias entre los especialistas es en que cuanto m¨¢s se repite un castigo, sea un cachete a un ni?o peque?o o privar de algo que le gusta a un adolescente, menos efecto correctivo tiene.
?Y las secuelas? La fundamental es la autoestima del ni?o. "Se ve a s¨ª mismo como una persona susceptible de ser pegada en general, puesto que las personas en las que m¨¢s conf¨ªa, sus padres, le pegan. El ni?o piensa adem¨¢s que algo malo debe de estar haciendo si le est¨¢n pegando, esto da?a su autoestima y empieza a sentirse inseguro sobre lo que est¨¢ bien y lo que no", dice Ana L¨®pez Fuentetaja. "Aunque nunca se debe utilizar la violencia con un hijo, ¨¦ste distingue perfectamente cuando una bofetada es espor¨¢dica, ve la relaci¨®n con el hecho. Cuando la bofetada se convierte en habitual, el ni?o lo ve normal y lo interioriza como modelo de funcionamiento para usarlo luego en otros ¨¢mbitos".
Otra de las secuelas del castigo f¨ªsico, dicen los especialistas, es la inhibici¨®n de los ni?os y j¨®venes para expresar de otras formas sus propias frustraciones. Es decir, son ni?os que no est¨¢n acostumbrados a que dialoguen con ellos para solucionar los problemas y, por tanto, ellos tampoco lo har¨¢n. Las actuaciones que se tienen con los ni?os no les influyen s¨®lo en el presente, les marcan su futuro.
La 'enmienda del cachete', introducida en el Senado
Del Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas Vascos (GPSNV)El Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas Vascos (GPSNV), al amparo de lo previsto en el art¨ªculo107 del Reglamento del Senado, formula la siguiente enmienda a la Disposici¨®n final primera. Cinco.ENMIENDADe modificaci¨®n.Se propone la modificaci¨®n del apartado Cinco de la Disposici¨®n Final primera del proyecto, por la que modifica el art¨ªculo 268 del C¨®digo Civil, que elimina la capacidad de los tutores de corregir razonable y moderadamente a los pupilos por entenderla inconveniente, resultando del siguiente tenor literal: ?Los tutores ejercer¨¢n su cargo de acuerdo con la personalidad de sus pupilos, respetando su integridad f¨ªsica y psicol¨®gica. Cuando sea necesario para el ejercicio de la tutela podr¨¢n recabar el auxilio de la autoridad. Podr¨¢n tambi¨¦n corregir a los menores razonable y moderadamente.?JUSTIFICACI?NPor los mismos motivos expresados en la enmienda de modificaci¨®n del punto Dos de la Disposici¨®n Final primera, respecto a la patria potestad de los padres expresada en el art¨ªculo 154 del C¨®digo Civil. Se estima que la previsi¨®n contenida en el p¨¢rrafo primero de respeto a la integridad f¨ªsica y psicol¨®gica ya salvaguarda suficientemente la limitaci¨®n de los excesos que se puedan cometer en el ejercicio de la facultad de correcci¨®n.
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