El bulldog
Cuentan que al ser disueltas en 1933 las Cortes Constituyentes, algunos quisieron gastarle una broma a Gregorio Mara?¨®n, diputado y fundador de la Agrupaci¨®n al Servicio de la Rep¨²blica. Le regalaron un grueso volumen en cuyo lomo pod¨ªa leerse algo as¨ª como "Gregorio Mara?¨®n. Discursos parlamentarios". En el interior s¨®lo hab¨ªa p¨¢ginas en blanco, porque efectivamente el famoso m¨¦dico no hab¨ªa pronunciado all¨ª una sola palabra.
Verdadera o falsa, la an¨¦cdota encaja bien con el contenido del libro que sobre la personalidad humana y pol¨ªtica del presidente Zapatero acaba de componer Suso de Toro. Por lo menos en lo que se refiere al pensamiento pol¨ªtico del estadista leon¨¦s, el lector repite la experiencia de su correligionario socialista Eguiagaray, expresada en un comentario cuando aqu¨¦l present¨® su afortunada candidatura al liderazgo del PSOE: su aportaci¨®n al partido era nula. "?ste no ha abierto la boca", dijo, mientras al lado Zapatero se manten¨ªa impasible, consumiendo un plato de sopa.
Ahora se trata de un silencio charlat¨¢n, por usar la expresi¨®n de la ling¨¹ista R¨¦gine Robin. De Zapatero se habla much¨ªsimo en el libro. Habla ¨¦l, hablan sus familiares, hablan sus fieles, habla Maragall. Nos enteramos de que era socialista desde muy pronto, pensando en la figura de su abuelo fusilado, que se enamor¨® de su actual mujer con entusiasmo y para toda la vida, que am¨® a su madre y que sus dos hijas son la sal de su existencia, que mira a Espa?a cargado de esperanza y, en fin, nos enteramos a pesar nuestro de muchas m¨¢s virtudes triviales, expuestas adem¨¢s con una ret¨®rica y una pleites¨ªa empalagosas.
Se nos dice que "el tipo nuevo" cuyo "advenimiento" se esperaba, (sic) encar¨® el poder con "un proyecto" bajo el brazo. Luego, a la hora de contar de qu¨¦ iba tal proyecto, vac¨ªo, encubierto de vez en cuando mediante generalidades. Porque es nada soltar dos t¨®picos sobre una Espa?a plural en el plano de las lenguas, sobre el autogobierno de las comunidades como "reconocimiento pol¨ªtico de la identidad" o sobre una vocaci¨®n reformadora reducida al matrimonio de homosexuales. Y a?adir que "socialismo es libertad". De la problem¨¢tica de reforma o disgregaci¨®n del Estado en esa "Espa?a que no est¨¢ cuajada" (sic), de los grandes temas de pol¨ªtica exterior, de inmigraci¨®n o desigualdad, ni palabra.
Para encontrar una explicaci¨®n a este extra?o viaje por un mar de agujeros, que recuerda al del Submarino amarillo de los Beatles, conviene remitirse al pr¨®logo que Zapatero firm¨® hace dos a?os para el libro De nuevo el socialismo, de Jordi Sevilla. En una exposici¨®n disparatada, pero ilustrativa, Zapatero nos dice nada menos que "ideolog¨ªa significa idea l¨®gica y en pol¨ªtica no hay ideas l¨®gicas". Qued¨¦monos con lo segundo y con el razonamiento que sigue, subrayando que en la pol¨ªtica no cuentan las ideas, ni por deducci¨®n ni por inducci¨®n, sino las diferentes opciones de cara a unos objetivos. M¨¢s que pragmatismo, puro oportunismo en un juego cuya meta consiste en maximizar el propio poder.
Es una buena clave para entender pol¨ªticas que pueden parecer incomprensibles, tanto en el caso vasco como en el catal¨¢n, respecto de Cuba, el S¨¢hara o los viajes del Rey. Elecci¨®n racional desde s¨ª y para s¨ª. Posmodernidad.
No faltan revelaciones de inter¨¦s en Madera de Zapatero. As¨ª, en los ant¨ªpodas de la libertad como no-dominaci¨®n de su supuesto maestro Philip Pettit, la centralidad del mando como n¨²cleo de la acci¨®n pol¨ªtica, sin debate ni posibilidad de desobediencia. Bot¨®n de muestra, cuando cambia de destino a L¨®pez Aguilar: "Que te he dicho que te vas a Canarias. Te quiero a muerte (sic), pero te vas a Canarias". Am¨¦n. Y sobre todo, los relatos cruzados sobre la habil¨ªsima trama de jugadas y contactos, con Felipe Gonz¨¢lez incluido, que desde su nada le permite llegar a imponerse en el Congreso del PSOE. Mando y maniobra, sus bazas pol¨ªticas. Al servicio de una enorme ambici¨®n. Ya de ni?o ten¨ªa algo especial que "en cierta medida me hizo pr¨ªncipe".
Con esa autoestima no importan los deslices en las referencias intelectuales y puede permitirse hacer un cotejo de fil¨®sofos para proclamar a Mar¨ªa Zambrano superior a Ortega. Quedar¨¢ constancia en el AVE.
A veces una personalidad pol¨ªtica resulta asociada con un animal: Clemenceau, el tigre; Berlusconi, el caim¨¢n. Buen conocedor de su amigo, en la presentaci¨®n del libro, Suso de Toro calific¨® a Zapatero de "un bulldog". Fuerte, no muy inteligente, de apariencia tranquila, callado, pero que cuando muerde de improviso no suelta la presa. Inmejorable.
(Los lectores supervivientes pueden pasar a las Cartas a un joven espa?ol, de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, o, m¨¢s les vale, a las precedentes Cartas de un joven espa?ol, de Ortega y Gasset).
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