EA inicia su congreso sin haber logrado un acuerdo entre los dos sectores enfrentados

A pesar de airear sus buenas intenciones y su voluntad de pacificar el partido consensuando una lista ¨²nica para la ejecutiva nacional, los dos sectores en que se encuentra dividida Eusko Alkartasuna mantienen sus posiciones inamovibles. Desde que la presidenta, Bego?a Errazti, anunci¨® que no optar¨ªa a la reelecci¨®n, se han agudizado las disputas por su sucesi¨®n. Incluso sus partidarios del sector oficial est¨¢n divididos sobre la necesidad de alcanzar un consenso con el sector cr¨ªtico, mayoritariamente guipuzcoano, relegado del poder interno durante los ¨²ltimos ocho a?os de presidenta.

Despu¨¦s de un mes de conversaciones sin resultado, las diferentes sensibilidades que hay en EA han llegado al congreso, que comienza hoy en el Kursaal de San Sebasti¨¢n, sin poder exhibir la foto de la unidad, Una imagen que al menos logr¨® el PNV, el partido del que naci¨® en 1986 como una escisi¨®n y que, s¨®lo por eso, ambicionaba. Hoy se conocer¨¢ si hay una lista ¨²nica de consenso o se confrontar¨¢n dos para la futura ejecutiva. La elecci¨®n de las personas que ocupen la presidencia, la secretar¨ªa general y las diez secretar¨ªas de ¨¢rea por los 596 compromisarios se producir¨¢ ma?ana.

La discusi¨®n no est¨¢ en la estrategia, sino en las personas de la direcci¨®n

La discusi¨®n no est¨¢ tanto en la estrategia pol¨ªtica como en las personas destinadas a ponerla en pr¨¢ctica, en pactar entre las dos sensibilidades qui¨¦nes deben formar parte de la direcci¨®n. El actual secretario general, Unai Ziarreta, sucesor natural de Errazti a la presidencia, aspiraba a formar con el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, como secretario general, una ejecutiva de continuidad, en la que los cr¨ªticos contaran con tan s¨®lo una de las diez secretar¨ªas de la direcci¨®n.

Esta propuesta ha sido rechazada por insuficiente por el sector que lidera I?aki Galdos. Mayoritario en Guip¨²zcoa, ha defendido que el congreso sirviera para pacificar el partido, y su postura ha encontrado eco en Azkarraga. El consejero, se desmarc¨® de Ziarreta, su aliado natural hasta ahora, y asegur¨® que no apoyar¨ªa su candidatura si no promueve una ejecutiva de integraci¨®n.

La discusi¨®n en EA alcanza, en estos momentos, al sector oficial, dividido entre quienes pretenden un consenso con los cr¨ªticos, como Azkarraga, o seguir manteni¨¦ndolos al margen del poder interno, aunque aporten el mayor caudal de votos, y confiar en que los compromisarios apoyar¨¢n mayoritariamente la lista encabezada por Ziarreta. Azkarraga, por su parte, cuenta con apoyos dentro del sector oficial en Navarra, Bermeo, Gernika, Bilbao y ?lava.

Hoy ser¨¢ un d¨ªa de negociaciones y nadie se atreve a pronosticar si, finalmente, habr¨¢ una o dos listas. Si se produce una entente entre todas las sensibilidades, el presidente de consenso ser¨ªa Azkarraga y Ziarreta el secretario general, y adem¨¢s habr¨ªa un reparto equitativo de las secretar¨ªas. La otra opci¨®n ser¨ªa una pugna entre dos listas que posiblemente enfrentar¨ªa a Ziarreta y Azkarraga.