Juan Cobos Wilkins charla sobre su ¨²ltimo libro con los presos de Huelva
Los internos se identifican con la vida en prisi¨®n descrita en 'El mar invisible'
Mientras le¨ªa, C¨¦sar Mart¨ªn se preguntaba si, como ¨¦l, quien hab¨ªa escrito el libro que sosten¨ªa, conocer¨ªa la c¨¢rcel. Porque C¨¦sar, de 32 a?os, sabe bien lo que es, pues lleva algo m¨¢s de un a?o encerrado en la prisi¨®n de Huelva, el triste hogar en el que ha recalado tras dejar su Venezuela natal. Ayer, entre los muros de la c¨¢rcel, C¨¦sar tuvo la extra?a suerte de poder preguntarle a viva voz por su duda al mismo escritor. "?Usted ha estado alguna vez en la c¨¢rcel? Porque cuenta las cosas como si todo esto lo hubiese vivido", le inquiri¨®.
"He de reconocer que casi se me saltan las l¨¢grimas cuando le escuch¨¦", dec¨ªa pocas horas m¨¢s tarde el autor, Juan Cobos Wilkins, que hab¨ªa acudido a la c¨¢rcel de Huelva para presentar y hablar con algunos de los internos sobre su ¨²ltimo libro, El mar invisible, editado por Plaza y Jan¨¦s. Una obra que, seg¨²n apunta el mismo autor, "trata sobre el amor, las soledades, la libertad y el poder sanador de las palabras". Y de fondo, el tenebroso paisaje de la represi¨®n de los homosexuales en las c¨¢rceles franquistas.
?Qu¨¦ mejor que presentar un libro de tem¨¢tica carcelaria en la misma c¨¢rcel? Pero la de Huelva no es un penal cualquiera. Se trata de un centro que casi se ha convertido en una segunda casa para Wilkins, pues all¨ª existe un club de lectura de los presos que fue bautizado con su nombre el mismo a?o en que public¨® su primera novela, la famosa El coraz¨®n de la tierra. Desde entonces, las visitas del novelista y poeta han sido regulares. Y emocionantes. Y la de ayer, no fue para menos.
Del t¨¦rmino de cada una de las charlas que Wilkins ha mantenido con los presos, el escritor dice que se llevaba sus miradas, sus palabras, sus silencios. "Creo que llegu¨¦ a establecer un c¨®digo con estos elementos. Es una especie de sexto sentido que, aunado con los otros cinco, permite ahondar en la capacidad de compenetraci¨®n con el otro", afirma. Algo que, desde luego, no han pasado por alto los internos de la c¨¢rcel, que reconoc¨ªan expresiones y situaciones en el texto propias del r¨¦gimen en el que viven.
Situaciones como la soledad, que es uno de los detalles que destaca Jos¨¦ Castro Betancor, un canario con 12 a?os de c¨¢rcel encima, ocho de ellos en Huelva. "Es una obra muy valiente al atreverse a hablar de aquellas c¨¢rceles de los 60 y los 70. Yo conoc¨ª la c¨¢rcel en 1979 y me ha sorprendido lo bien captado que est¨¢ ese ambiente. De c¨®mo se viv¨ªa la soledad, de c¨®mo se trataba la homosexualidad. Es una novela muy valiente", afirma el interno.
La intensidad con la que los 50 presos que escucharon ayer al autor hab¨ªan le¨ªdo el libro, no sorprendi¨® a Wilkins. "Conozco la profundidad con la que leen y comentan los libros. Y s¨¦ que la complicidad con la que han le¨ªdo ¨¦ste, es enorme". A ellos dedic¨® ayer pausadas dedicatorias a todo color en los vol¨²menes de El mar invisible. Y esper¨® que, a trav¨¦s de sus p¨¢ginas, los presos pudieran "volar lejos".
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