Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Albert, la serenidad constructiva
Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Albert pertenec¨ªa a la generaci¨®n de la transici¨®n democr¨¢tica. Una ¨¦poca en la que personas provenientes de campos ideol¨®gicos distintos nos encontramos en un objetivo com¨²n, la recuperaci¨®n de la democracia y el asentamiento de las bases de prosperidad que proyectaran a Espa?a hacia una situaci¨®n de progreso material y espiritual.
Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Albert pertenec¨ªa a la generaci¨®n de la transici¨®n democr¨¢tica. Una ¨¦poca en la que personas provenientes de campos ideol¨®gicos distintos nos encontramos en un objetivo com¨²n, la recuperaci¨®n de la democracia y el asentamiento de las bases de prosperidad que proyectaran a Espa?a hacia una situaci¨®n de progreso material y espiritual.
Jos¨¦ Mar¨ªa (Burgos, 1925 -Logro?o, 14 de diciembre de 2007), como otros muchos, daba cumplimiento a las aspiraciones del pueblo espa?ol, que se manifestaban en una presi¨®n que empujaba a los representantes pol¨ªticos a llegar a un acuerdo general de convivencia.
Para ello se necesitaba un esp¨ªritu de cooperaci¨®n y de tolerancia que no hab¨ªa sido la moneda corriente en el pasado. Hombres como Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Albert lo hicieron posible. Su sentido del respeto del adversario pol¨ªtico, su cortes¨ªa permanente, su expresi¨®n moderada ante los problemas que se planteaban a los constituyentes, le hicieron acreedor de afecto y amistad.
En la Comisi¨®n Constitucional Gil-Albert facilitaba el contacto entre los oponentes en la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n y de los primeros Estatutos de Autonom¨ªa. Actitudes como la de Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Albert fueron pieza trascendente en la necesaria eliminaci¨®n de la fricci¨®n en debates y disputas.
Su familia, sus amigos, todos los que hemos tenido la fortuna de compartir a?os de actividad y cooperaci¨®n con ¨¦l, podemos aliviar el dolor de su desaparici¨®n con la conciencia de que si al morir "lleva el que deja", Jos¨¦ Mar¨ªa nos deja un testimonio de vida que es ejemplo y lecci¨®n.
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