Tatuajes higi¨¦nicos para presos
La Generalitat combatir¨¢ el contagio del VIH en las c¨¢rceles
Dibujarse tatuajes en la piel y ponerse piercings en alguna parte del cuerpo son costumbres arraigadas entre los presos. Pero esta suerte de cultura carcelaria topa con un problema sanitario: la posibilidad de infectarse del VIH. Las medidas higi¨¦nicas son escasas -por no decir nulas- y los reos utilizan para adornarse cualquier instrumento o material a su alcance, "incluidos bol¨ªgrafos, pinchos o tuercas", explica el responsable de prevenci¨®n del sida en los centros penitenciarios catalanes, Albert Gim¨¦nez.
Dibujarse tatuajes en la piel y ponerse piercings en alguna parte del cuerpo son costumbres arraigadas entre los presos. Pero esta suerte de cultura carcelaria topa con un problema sanitario: la posibilidad de infectarse del VIH. Las medidas higi¨¦nicas son escasas -por no decir nulas- y los reos utilizan para adornarse cualquier instrumento o material a su alcance, "incluidos bol¨ªgrafos, pinchos o tuercas", explica el responsable de prevenci¨®n del sida en los centros penitenciarios catalanes, Albert Gim¨¦nez.
La Generalitat pretende combatir ese posible foco de infecci¨®n del virus con un programa piloto que lanzar¨¢ en el primer trimestre de 2008. La idea es sencilla: como erradicar estas pr¨¢cticas de las c¨¢rceles resulta harto complicado, se opta por ofrecer a los presos la realizaci¨®n de piercings y tatuajes en condiciones higi¨¦nicas y con plenas garant¨ªas. No en vano, las prisiones tienen uno de los ¨ªndices m¨¢s altos de incidencia del sida. El Gobierno catal¨¢n no ha constatado "al 100%" la existencia de alg¨²n caso de transmisi¨®n del VIH mediante estas t¨¦cnicas. "Pero m¨¢s vale prevenir, porque el riesgo existe", se?ala Gim¨¦nez.
La f¨®rmula exacta del plan est¨¢ por definir, aunque la intenci¨®n es contratar los servicios de profesionales de establecimientos acreditados. ?stos visitar¨¢n los centros penitenciarios una o varias veces al mes, en funci¨®n de la demanda. "Siempre hay uno m¨¢s manitas que otro, pero no es correcto. El tatuaje debe hacerlo un profesional", insiste el responsable de Salud.
Desde hace tres a?os, los departamentos de Justicia y Salud ejecutan programas de contenci¨®n del VIH. Uno de ellos, el de intercambio de jeringuillas, ocasion¨® al principio ciertas reticencias entre los funcionarios de prisiones, por el temor a que algunos reos utilizasen el instrumento como arma. Tambi¨¦n en este caso, la medida podr¨ªa originar rechazo. De ah¨ª que la realizaci¨®n de piercings -que se han puesto de moda frente a los tatuajes, m¨¢s propios de las c¨¢rceles de anta?o- se inicie, como prueba piloto, en el centro penitenciario de mujeres de Barcelona.
El objetivo es que, si el programa funciona, se extienda al resto de centros. Pero para eso no se ha fijado una fecha. "A¨²n tenemos que buscar los espacios adecuados, y para ello necesitamos la autorizaci¨®n de los ayuntamientos", explica Rafael Guerrero, jefe del ¨¢rea de programas de rehabilitaci¨®n y sanitarios del Departamento de Justicia. "En las mujeres, el tatuaje es m¨¢s habitual que el piercing", a?ade.
La Generalitat tampoco ha calibrado qu¨¦ acogida puede tener la iniciativa entre la poblaci¨®n reclusa. En cualquier caso, el servicio ser¨¢ de pago. O, mejor dicho, de copago. La Administraci¨®n contratar¨¢ el servicio de los profesionales y, despu¨¦s, el preso-usuario abonar¨¢ una suma por el servicio recibido. "Ser¨¢ una cantidad m¨®dica, razonable y suficiente para cubrir los gastos. No se van a hacer tatuajes gratis ni habr¨¢ barra libre", se?ala Guerrero.
La tradici¨®n carcelaria de ponerse piercings no est¨¢ regulada en el reglamento penitenciario. Pero tampoco est¨¢ prohibida, subraya el jefe del ¨¢rea de rehabilitaci¨®n. "No se castiga a nadie por hacerlo pero, ya que estamos, mejor hacerlo en buenas condiciones".
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