Sim?o evita un enredo

Con seis delanteros en escena, a la desesperada, sin centrocampistas, sin aire, sin tiempo, sin aficionados (casi) que apoyaran al equipo, sin f¨²tbol, sin criterio, sin nada, el Atl¨¦tico logr¨® una victoria de ¨¦sas que, por heroicas, agigantan a cualquiera. Una victoria de poco m¨¦rito en cuanto a juego, pero valiente, sin duda valiente. Como lo fue Aguirre, su entrenador. Porque se encontr¨® el equipo en mitad de un Manzanares medio vac¨ªo, en mitad de una noche de perros, ante un rival de aspecto menor (pero de perros tambi¨¦n) y sali¨® indemne. Lo consigui¨® en el minuto 94, cuando ya andaba con las fuerzas marchitas. El honor le correspondi¨® a Sim?o, que transform¨® una falta colocando el bal¨®n en la escuadra y colocando, de paso, a su equipo primero de grupo, lo que evitar¨¢ que en el pr¨®ximo cruce se mida a alg¨²n rival de fuste.

A los 40 segundos, el Panathinaikos ya hab¨ªa dado el primer aviso. Salpingidis se escap¨® por la banda, superando a Antonio L¨®pez, y se plant¨® ante Abbiati. Dispar¨® arriba Salpingidis, a la izquierda del portero, y rechaz¨® Abbiati. Treinta y tres minutos despu¨¦s, Salpingidis se escap¨® por la banda, superando a Antonio L¨®pez, y se plant¨® ante Abbiati. Dispar¨® abajo Salpingidis, a la derecha del portero, y fue gol. Entre una y otra acci¨®n, 33 minutos llenos de escasez. De f¨²tbol, se entiende.

Porque el Panathinaikos logr¨® desactivar todos y cada uno de los movimientos de cuanto delantero se asomaba por su ¨¢rea. Y los hubo a pu?ados. Porque all¨ª se presentaron Luis Garc¨ªa, Maxi, Forl¨¢n, Ag¨¹ero, Sim?o y Reyes. S¨®lo faltaba G¨¢rate. No hac¨ªa el Atl¨¦tico m¨¢s que amagar cuando en una combinaci¨®n entre el Kun, Reyes y Luis Garc¨ªa lleg¨® el empate, que firm¨® este ¨²ltimo con un zapatazo cercano. Pero ese 1-1 le val¨ªa al Panathinaikos, que se sinti¨® crecer cuando Ra¨²l Garc¨ªa fue expulsado por saltar de mala manera ante un rival que hab¨ªa saltado de mala manera. M¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa era aquello para el Atl¨¦tico. Sin nadie que creara, sin aliento. El desaf¨ªo era may¨²sculo. Apret¨® el equipo, ya carente de neuronas pero con ese gesto desafiante que no se le borra de la cara. Y lleg¨® la falta al borde del ¨¢rea, el minuto 94. Y lleg¨® Sim?o, que huele a gol que apesta. Por la escuadra la meti¨®.

Atl¨¦tico 2 - Panathinaikos 1